La iglesia de Santa Ana, en el corazón del barrio de Triana, en Sevilla, fue, el pasado 28 de noviembre, escenario del bautizo del hijo más pequeño de Francisco Rivera y Lourdes Montes, Nicolás. Toda una tradición, ya que sus dos hermanos mayores, Carmen y Francisco —al que todos llaman Curro—, también recibieron el Santo Sacramento en esta misma iglesia, conocida popularmente como "la catedral de Triana", en octubre de 2015 y en julio de 2019, respectivamente.
Nicolás, un bebé sonriente y despierto, llegó al templo en brazos de su madre y estrenando un faldón de cristianar de piqué blanco, de la firma de moda infantil Yvonne. A sus casi ocho meses, el pequeño no pudo llevar el mismo faldón con el que fueron bautizados sus hermanos, primos y antepasados. Una capa blanca, rematada con puntillas, una capota del mismo color con un lazo azul y unos pololos y patucos de punto blanco completaban el atuendo del pequeño Nicolás.
Nicolás, de casi ocho meses, no pudo llevar el mismo faldón de cristianar con el que fueron bautizados sus hermanos y primos
De rojo y granate
Su madre, Lourdes, escogió un favorecedor traje de chaqueta y pantalón de terciopelo rojo, de la firma Mirto, que combinó con joyas de Rabat. A su lado, su marido, Francisco, y la hija de este, Cayetana Rivera, vestida con un conjunto de Himba, la marca fundada por sus buenos amigos María García de Jaime y Tomás Páramo. Se trataba de una chaqueta de color burdeos, con cuello a la caja y detalles teja en contraste, que combinó con un pantalón del mismo tono. Minutos después, se unían los hijos mayores de Francisco y Lourdes, Carmen y Francisco, conjuntados en tonos verdes y felices de presenciar el bautizo del benjamín de la casa.
Cayetano Rivera apareció muy sonriente en el bautizo de su sobrino, dando muestras de la buena relación que mantiene con su hermano Francisco
Los padrinos del pequeño fueron el empresario José Luis López, conocido por todos como "el Turronero", y Paloma Rojas-Marcos. José Luis comparte una estrecha amistad con Francisco Rivera desde hace más de una década, mientras que Paloma es amiga de Lourdes desde la infancia.
El abrazo más esperado
Un reducido grupo de amigos y familiares se unió a los Rivera Montes para compartir el feliz acontecimiento. La madre de Lourdes, Lourdes Parejo, y su pareja, el doctor Esteban Blanco, vivieron con emoción la ceremonia religiosa. Lo mismo que Cayetano Rivera, quien, a pesar de la polémica que ha vivido en las últimas semanas, a causa del accidente de tráfico que sufrió en Alcalá de Guadaira, no quiso perderse el bautizo de su sobrino pequeño. Llegó solo al templo y, en el interior, saludó sonriente y afectuoso a todos los presentes.
Después, en el altar, se fundió en un fuerte y cariñoso abrazo con su hermano Francisco, mostrando la excelente relación que existe entre los hijos mayores de los recordados Carmen Ordóñez y Paquirri. Pese a los constantes rumores de distanciamiento que persiguen periódicamente a los hermanos, demostraron que están muy unidos y se apoyan mutuamente.
En las últimas semanas, Francisco ha vivido con mucha preocupación la situación de su hermano y este, por supuesto, no quiso faltar en un día tan importante para el mayor de la casa. Tras saludar a su hermano, hizo lo propio con el resto de la familia y vivió con atención toda la ceremonia.
Tampoco faltaron la hermana de Lourdes, Sibi Montes, con un elegante traje de chaqueta en blanco y negro, y su marido, Mateo Ibáñez, que hace unos días bautizaron también a su hijo, Mateo, en Sevilla. A su llegada a la iglesia Sibi coincidió con su ex, José Raúl Gracia, "el Tato", con quien mantiene una excelente relación. El torero aragonés, amigo personal de Fran Rivera, llegó acompañado por su actual pareja, la empresaria texana Kate Kapekas. La chef Pepa Muñoz fue otra de las invitadas a la celebración del sacramento. Además de la amistad que le une con Francisco y Lourdes, la popular cocinera es la madrina de Bautismo de Carmen, la hija de la pareja.
Nicolás lloró con toda la fuerza que le dieron sus pulmones cuando el sacerdote derramó el agua bautismal sobre su cabeza
Guitarras rocieras
El padre Jaime Conde fue el encargado de oficiar la misa por el Bautismo del pequeño Nicolás, que lloró con toda la fuerza que le dieron sus pulmones cuando el sacerdote derramó el agua bautismal sobre su cabeza; una reacción que sus hermanos vivieron entre ilusionados y fascinados a pocos centímetros de él, junto a la pila bautismal.
Francisco y Lourdes vivieron muy emocionados toda la ceremonia religiosa junto a sus amigos más íntimos y sus seres queridos
El potente llanto de Nicolás se cortó en seco cuando empezaron a sonar las guitarras con los primeros acordes del mítico "Soy rociero". Esta canción está cargada de simbolismo para los padres del pequeño, Francisco y Lourdes, que cada año acompañan a la Virgen del Rocío en su peregrinación. Al borde de las lágrimas, padres, hermanos, padrinos y abuela escucharon la emotiva interpretación del tema que tantas vivencias y recuerdos les trae a todos a la memoria.
Los encargados de interpretar la canción son grandes amigos de Francisco, lo que hacía más especial aún el momento. El veterano músico Doctor Kelly, Juan Urruti, el Pay, Javi Castro y Jesús Guerrero, miembros del grupo Una y nos vamos, conmovieron a todos los presentes con sus voces. Junto a ellos, Francisco Rivera ha hecho varias incursiones en la música en los últimos años, con actuaciones en fiestas privadas y celebraciones.
Santa Ana y el niño
Finalizado el ritual del Bautismo, el sacerdote se llevó al pequeño Nicolás hasta el altar mayor de la iglesia para ofrecérselo a Santa Ana y al niño Jesús. En ese momento, Francisco tomó una guitarra y se unió a su grupo de amigos para tocar junto ellos la Salve rociera, otro instante cargado de emoción para todos los asistentes, en especial para el padre del protagonista del día.
Todavía en la iglesia, Francisco cogió su guitarra y se unió a sus amigos del grupo Una y nos vamos para interpretar la «Salve rociera»
Una vez terminada la ceremonia religiosa, Francisco y Lourdes, acompañados de sus seres queridos, se desplazaron hasta la Hacienda Santa Eufemia, en la cercana localidad de Tomares.
Alrededor de las dos de la tarde, hasta esta casa solariega del siglo XVII con espectaculares jardines —considerados los más bellos del Aljarafe sevillano—, fueron llegando los invitados que habían estado en la iglesia, además de otros asistentes que, debido al reducido espacio o a sus compromisos de trabajo, no habían podido unirse a la ceremonia religiosa.
Cayetano Rivera se incorporó de nuevo bien entrada la tarde y se quedó con su hermano hasta el final de la celebración, disfrutando juntos de un día que, sin duda, quedará en su recuerdo. La actuación del grupo Los Alpresa, íntimos amigos de los anfitriones, fue la guinda de un día lleno de momentos especiales.























