De anfitrión de la gran cita de la gastronomía a llevar la Navidad a su querida Málaga. Dos días después de reunirse con los chefs más destacados del mundo en la gala de las estrellas Michelin, Antonio Banderas reaparecía la noche del viernes 28 de noviembre, para encender las luces navideñas de la calle Larios, en pleno corazón de la ciudad. Uno de los momentos más esperados de la temporada, que marca el inicio de las fiestas y que, en esta ocasión, contó con el malagueño más internacional.
El actor es, desde hace años, el mejor embajador de su tierra, y no dudó en unirse al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y a Domingo Merlín —con el que suele colaborar en sus proyectos escénicos— para participar en el alumbrado, que miles de personas quisieron contemplar. Entre ellas, su pareja, Nicole Kimpel, que se mostró tan ilusionada como él de poder presenciar este acto que llega después de un año muy especial para el artista.
Hace casi dos meses, Antonio asumía uno de los papeles más importantes de su vida: ser padrino de la boda de su hija Stella con Alex Gruszynski. Como mostramos en exclusiva, en ¡HOLA!, acompañó a la "niña de sus ojos" en su camino hacia al altar. "Soy andaluz, soy actor y soy padre… Ha sido una tormenta de emociones. He intentado guardar la compostura, pero era inevitable emocionarse ante la felicidad de mi hija. Era difícil no soltar alguna al verla", nos confesaba tras el "sí, quiero", celebrado en la Abadía de Retuerta (Valladolid).
También nos desvelaba que tiene muchas ganas de ser abuelo… Aunque "no hay prisa" porque "lo importante es que disfruten de esta nueva etapa", nos aseguraba.
Málaga por bandera
Para Antonio, que Stella estuviera vinculada a sus raíces españolas era una de sus mayores prioridades y, que decidiera casarse en su país natal, le llenó de una inmensa alegría. Una cosa que ha heredado Stella de su padre —además de su pasión por la literatura— es, sin duda, el amor por el país mediterráneo. Es habitual ver a la familia Banderas disfrutando de la cultura española, de la que son admiradores —y, en el caso del que fuera Alejandro Murrieta en la ficción, orgulloso representante de esta—, sobre todo por las calles de su querida Málaga.
En la capital de la Costa del Sol se reúnen para celebrar las fechas más importantes del calendario, como la Semana Santa —Antonio es el mayordomo del trono de la cofradía de María Santísima de Lágrimas y Favores— y algunos días de la temporada estival. Además de disfrutar de los rayos de sol y de la emoción de las procesiones, el ganador de un premio Goya ha vivido, con una ilusión inconmensurable, encender las luces de su ciudad natal, inaugurando la Navidad junto a sus vecinos y su círculo más cercano. Aunque, tristemente, Stella y su marido Alex no pudieran asistir, Nicole Kimpel —uno de sus pilares fundamentales—, estuvo apoyándole en todo momento.
Lo hizo junto a su compañero y amigo Domingo Merlín, organizando un homenaje a uno de sus proyectos más exitosos: Imagine, el cual mezcla música, circo y teatro. Más de 300.000 luces LED conformaron los 16 rosetones, de cinco metros cada uno, en los que se representa el misterio de la Navidad a través de unas preciosas ilustraciones. Sin duda, una anécdota para no olvidar.
No es el único evento al que ha acudido estos últimos meses. También en Málaga, el intérprete estrenó, de nuevo, su musical Godspell en el teatro Soho Caixabank —cita en la que estuvo acompañado por su pareja, su hermano Javier y la mujer de este, Mª Ángeles—. La obra tuvo una gran acogida en 2022 de la mano de Emilio Aragón y, para esta nueva edición, contaba con Angy Fernández en el elenco, aunque ha tenido que retirarse debido a una lesión.







