Están siendo unos días inolvidables para Lolita, una recta final del año inigualable. Vive con una mezcla de emociones la buena acogida que está teniendo Flores para Antonio, documental que recorre la obra y la vida de su hermano; conquista sobre las tablas protagonizando Poncia en el Teatro Bellas Artes de Madrid; y en medio de su exigente rutina hace malabares para disfrutar del papel que más le gusta: el de madre y abuela. De la relación con su familia, de sus ganas de enamorarse e incluso de su sorprendente amor platónico ha hablado la artista.
El 2 de diciembre está marcado en rojo en su calendario desde que en 1993 se convirtió en madre por segunda vez. Guillermo Furiase ha cumplido este martes 32 años y ha soplado las velas en familia. "Lo hemos celebrado. A mediodía hemos comido, hemos soplado la tarta y se ha ido con sus amigos. Ya son grandes, no los puedo llevar a las piscinas de bolas, y eso me da mucha pena. Daría algo porque mis hijos fueran otra vez pequeños", ha comenzado a decir Lolita durante su visita en Y ahora Sonsoles.
La intérprete de Sarandonga ha contado que la relación que tiene con Elena y Guillermo Furiase es muy cómplice. "Soy su madre, pero soy su amiga, y hacen conmigo lo que quieren. Me río mucho con ellos y ellos conmigo. Para mí siguen siendo pequeños", ha confesado. Además, adora estar con Noah y Nala, sus dos nietos, con los que juega todo lo que puede y quienes la ofrecen constantemente quedarse a dormir con ellos. A pesar de ser pequeños, ya saben que su abuela es actriz y estuvieron una vez con ella en el teatro. "Noah se asustó al verme detrás de la cortina antes de empezar la función", ha recordado Lolita, que hace videollamadas con ellos y tiene fotos suyas en el camerino.
En su familia son una piña, y por eso no ha podido contener las lágrimas al hablar del documental sobre su hermano, que murió en 1995 solo dos semanas después que su madre. La cantante y actriz ha confesado que solo pudo ver la proyección en el Festival de San Sebastián porque emocionalmente no se siente preparada: "No lo puedo ver más porque es mi paraíso, donde mi hermana y yo queremos irnos el día que muramos. Tengo la herida abierta todavía, me cuesta mucho hablar del tema". Elogia, eso sí, el trabajo que ha hecho su sobrina Alba y agradece que el resultado demuestre "quién era mi hermano, un compositor maravilloso, un hombre que se vestía por los pies, con un corazón inmenso, adorando a su familia y todo lo que le salía del corazón lo escribía en un papel".
Los mensajes a su amor platónico
Diez años después de separarse de Pablo Durán, la artista ha confesado que deja las puertas abiertas al amor: "Ya estoy en el momento que sí". Echando la vista atrás, reconoce que los hombres que han pasado por su vida nunca han sido buscados, "siempre me han llegado andandito, unos se han desviado y otros he seguido teniéndolos ahí como amigos". Entre risas ha confesado que cuando era más joven tenía varios pretendientes y que ahora tiene un amor platónico: "Solo busco a Jacob Elordi, le mando mensajes a todas las televisiones. Es muy joven, pero yo no lo quiero para casarme ni nada de eso". Curiosamente, el protagonista de Euphoria y Frankestein tiene raíces vascas.







