La Promesa dejaba boquiabiertos a sus espectadores con un episodio que ha roto todos los esquemas. Todo arrancaba con Curro (Xavi Lock) secuestrando a Lorenzo (Guillermo Serrano) y llevándolo a una habitación secreta para obligarle a confesar los crímenes que le atribuye y liberando a Ángela (Marta Costa), a la que ha obligado a prometerse con él para herir al joven sabiendo que ambos están enamorados. No hay sitio para medias tintas: lo que sigue es un duelo interpretativo a punta de pistola, cargado de tensión, secretos y un giro inesperado cuando la hija de Leocadia irrumpe en escena y cambia por completo el rumbo del enfrentamiento. Un episodio que muchos ya consideran uno de los más arriesgados e impactantes de la ficción diaria de La 1… y eso que ha tenido unos cuantos.
¿Cómo se han preparado los protagonistas para uno de los capítulos más intensos de la serie? ¿Qué les resultó más complicado durante el rodaje? Los creadores de La Promesa siempre buscan sorprender y mantener al espectador al borde del asiento, pero, en esta ocasión, la sorpresa también se la llevaban los propios actores. Guillermo Serrano recuerda que, antes de las vacaciones de verano y sin conocer nada sobre este episodio, se encontró con el director Miguel Conde y este le dijo: “¿Has hablado con Josep [Cister]?” Ante la falta de información, pensó: “Hasta aquí llegó Lorenzo”, comentaba entre risas en RTVE convencido de que iban a acabar con su personaje.
Xavi sí sabía lo que iba a suceder, pero no soltó prenda y guardó silencio durante semanas, mientras que Marta Costa asegura que a ella también la cogió de improviso: “Fue una sorpresa supergrata y nos lo tomamos los tres como una oportunidad de hacer algo diferente”, explicaba. Ya con el guion en las manos, Lock tuvo una reacción que muchos espectadores habrían imitado: "Mirar el final, sé que está mal, pero lo hice: mirar el final", contaba divertido. Una confesión que muestra hasta qué punto intuía que el episodio iba a ser distinto a todo lo anterior.
Pese a ser una ficción coral, el capítulo 724 se desarrolla íntegramente en un cuarto con Curro y Lorenzo solos hasta la incorporación de Ángela en las últimas secuencias. Es decir, tres protagonistas y un solo escenario. Esta entrega rompe totalmente con la estructura habitual de la serie: “Uno de los grandes retos que tiene el capítulo, desde la escritura del guion por parte de Josep, es ser capaces de sostener casi una hora de contenido con dos personajes en el mismo decorado. Y yo creo que se sostiene perfectamente”, asegura Conde.
Además, la audiencia pudo observar a los protagonistas comportándose de un modo muy distinto al que nos tienen acostumbrados. Ese era uno de los retos de esta entrega: “Josep nos dijo claramente que esto era un ejercicio para ver qué posibilidades tenían los personajes de ser lo más diferente posible a los roles que han ejecutado durante 700 capítulos”, confiesa Serrano.
La relación entre el capitán y el lacayo, que antes fueron padre adoptivo e hijo, atraviesa su peor momento. En ese contexto, este episodio se presenta como “un juego de dos personajes en una especie de gato y ratón donde no sabes muy bien hasta el final del capítulo —con sorpresa incluida— quién es el gato y quién es el ratón”, revela Josep Cister, creador de La Promesa, sobre este cambio de actitud que mantiene la incertidumbre sobre quién tiene realmente el control hasta los instantes finales.
Aunque Lock califica el resultado como "magnético", reconoce que no fue un rodaje sencillo y que supuso un auténtico desafío para él: “Necesitaba estar muy energético, que no se cayese nunca esa energía, porque entonces la escena iba para abajo”, relata. Para mantener la tensión durante las largas tomas, el actor se preparó tanto física como mentalmente, consciente de que cada gesto y cada mirada contaban en un duelo actoral cargado de emoción. Por su parte, Guillermo define el episodio como "frenético" y señala que fue “un reto interpretativo que nos sacó de nuestra zona de confort”, añadiendo orgulloso que "el equipo ha hecho una hazaña para rodar un capítulo así en un día".
Fueron muchas horas de ensayo y preparación y técnicamente tampoco fue fácil. En un espacio muy reducido para los actores “había que generar situaciones de tensión, de movimientos, de planos, de arriesgar un poco más…". Los responsables tenían claro desde el principio que "teníamos que hacer un capítulo especial también en cuanto a la narrativa visual. El reto está en cómo crearlo, pero, sobre todo, cómo ejecutarlo teniendo en cuenta que hemos tenido tomas de casi media hora sin cortar”, asegura el director.
El esfuerzo de unos y otros terminó con un episodio valiente, arriesgado y muy diferente, que marcaba un antes y un después en La Promesa, y que acababa con el equipo aplaudiendo emocionado a los actores por su brillante interpretación y obsequiándoles con flores. "Todo lo bueno de tener un ramo, sin ir al paro después", bromeaba Guillermo en un video de la cuenta oficial de la serie.












