El thriller psicológico del que todo el mundo habla está en Netflix y tiene dos nombres propios que ya nos suenan a intensidad y enganche: Claire Danes, cuatro veces ganadora del Globo de Oro, y Matthew Rhys, ganador del Emmy por The Americans. La bestia en mí, la nueva miniserie creada por Howard Gordon —responsable de Homeland—, está conquistando a los espectadores con ese aire “hitchcockiano” que mezcla misterio, obsesión y personajes llenos de aristas a los que no ves venir. Una historia inquietante que empieza como un encuentro entre vecinos y termina convirtiéndose en un juego mental del que es imposible salir. Si te gustan las ficciones que te mantienen alerta y los protagonistas llenos de sombras, esta es de las que se devoran de una sola sentada.
La historia sigue a Aggie Wiggs, una aclamada escritora que arrastra un trauma devastador: la muerte de su hijo pequeño en un accidente. Tras esta pérdida, decide retirarse de la vida pública y se refugia en una casa frente al mar, donde intenta vivir teniendo el mínimo contacto posible con el exterior. Su rutina es silenciosa y está marcada por la culpa, el duelo y una incapacidad creciente para volver a escribir. Claire Danes muestra a una mujer rota que avanza como puede entre recuerdos que duelen, rutinas que repite para sobrevivir y estallidos emocionales que nunca terminan de apagarse.
"Me encantó este personaje que era como una especie de mezcla salvaje de cualidades que no había interpretado antes", contaba la protagonista de Romeo y Julieta a People. "Realmente es bastante introvertida, controlada y contenida, pero también tiene una energía casi animal y eso generaba un contraste muy disfrutable", añadía.
El aislamiento de Aggie empieza a tambalearse cuando Nile Jarvis, interpretado por Matthew Rhys, se instala en la casa de al lado. Se trata de un magnate inmobiliario brillante, reservado y encantador, pero arrastra una sombra difícil de ignorar: la misteriosa desaparición de su esposa Nina, que lo persigue desde entonces allá donde va. Wiggs había oído rumores sobre esta historia y, cuando se convierte en su nuevo vecino, siente una mezcla de inquietud y curiosidad que marca el inicio del conflicto y, quizá, el germen de un nuevo libro.
Lo que al principio es solo una presencia incómoda se convierte poco a poco en una obsesión que Aggie no puede controlar. Observa a Nile, interpreta cada gesto y persigue los demonios ocultos de Jarvis para intentar escapar de los suyos. Desde ahí, la serie entra en un terreno en el que nada es lo que parece, en un juego del gato y el ratón que podría ser mortal. Danes crea un personaje atrapado entre el miedo y la fascinación, mientras Rhys juega con una ambigüedad magnética que lo hace parecer víctima y posible verdugo al mismo tiempo.
Para el protagonista de Cinco hermanos, de 51 años, la relación entre Aggie y Nile también es algo "que nunca antes había interpretado. Y esa era la clave para mí: cuando el verdadero suspense reside solo en dos personas hablando, entonces tienes oro", explicaba a People. "La membrana que hay entre ellos es finísima, casi como papel, y por eso la gracia de Dios pasa al otro", continuaba Rhys. "Y creo que lo ven el uno en el otro. Que en cualquier momento, dado lo impulsivos que son ambos, las historias pueden intercambiarse con facilidad. Y ahí es cuando se vuelve algo eléctrico".
La historia también refleja cómo el dolor altera la percepción de la realidad. Aggie vive atrapada en su duelo, vulnerable y expuesta, y Nile aparece justo en ese momento, convirtiendo su relación en un terreno peligroso. La serie nunca aclara si lo que ella percibe es real o fruto de su mente y esa ambigüedad mantiene al espectador enganchado episodio tras episodio.
Además de Danes y Rhys, el reparto cuenta con Brittany Snow (Pitch Perfect) como Nina, la mujer desaparecida de Nile; Natalie Morales (Anatomía de Grey), la exesposa de Aggie; y David Lyons (El agente nocturno), el agente del FBI que investiga la desaparición, entre otros. Todos ellos refuerzan la sensación de tensión y realismo inquietante que recorre la serie. Con solo ocho episodios, La bestia en mí te mantiene pegado a la pantalla de principio a fin, desvelando secretos que cambian por completo lo que creíamos saber de sus personajes y convirtiendo esta miniserie en un thriller psicológico que no se olvida fácilmente.












