La vida de Elisabeth Reyes, Miss España 2006, está marcada por el largo y doloroso camino que recorrió para convertirse en madre. Tras su boda en 2014 con el exfutbolista Sergio Sánchez, la modelo soñaba con llenar la casa de niños y formar la familia que siempre había imaginado. Sin embargo, muy pronto se topó con una realidad inesperada. Al ver que el embarazo no llegaba de manera natural, decidió recurrir a los médicos. Después de someterse a varias pruebas, recibió un diagnóstico tan contundente como devastador: tenía las trompas obstruidas y necesitaba recurrir a la reproducción asistida. “Para mí fue un shock. Me enfrentaba a algo desconocido y no sabía si iba a cumplir mi sueño”, contó en Y ahora Sonsoles, el programa presentado por Sonsoles Ónega en Antena 3.
Después de varios intentos, Elisabeth se quedó embarazada, una felicidad inmensa que se desvanecería 16 semanas después. "En una revisión vieron que algo no iba bien y me tuvieron que hacer una biopsia corial, con tan mala suerte que se rompió la bolsa amniótica. El riesgo de que ocurra algo así es del uno por ciento y me tocó a mí", explicó rota de dolor. Para evitar que perdiera al bebé, la modelo estuvo "cinco días ingresada en el hospital sin moverme, completamente inmóvil", pero tristemente, el desenlace fue inevitable. "En uno de los momentos que me llevaron a hacerme una prueba, me cambiaron de camilla y se cayó todo en mis manos", recordó entre lágrimas.
Elisabeth se refugió en sus seres queridos para superar el duelo. "Lo viví con la ayuda y el apoyo de mi familia, que estuvo apoyándome siempre. Sergio, mi exmarido, me apoyó muchísimo. Él siempre estuvo a mi lado apoyándome en todo el proceso. Antes, durante y después, siempre ha estado, siempre ha sido mi gran apoyo junto a mi familia", aseguró, unas palabras que reflejan que, pese a su separación, el exfutbolista estuvo a la altura de la situación.
A pesar del golpe emocional, Elisabeth volvió a intentarlo y logró quedarse embarazada de Adriana, que hoy tiene 8 años. Aquella etapa la vivió en Rusia, destino al que se trasladó por el trabajo de Sergio, y la recuerda como un proceso muy solitario. "Soy una mujer muy familiar y siempre estoy rodeada del calor de los míos, siempre me apoyo en ellos. Vivir este embarazo fuera de mi ciudad, de mi familia y de mi entorno fue muy difícil. Estaba con mi pareja, claro, y él me ha apoyado siempre y me he sentido muy querida, pero es verdad que… es duro", reconoció.
La barrera del idioma también hizo que su embarazo fuera todavía más complicado. "Nadie hablaba en inglés ni español, todo ruso. Siempre iba con un traductor al médico. Muy complicado. Fue una sensación bastante... una experiencia también para vivirla. Embarazada, con miedo, incertidumbre de no saber… Notaba que no se movía y ya estaba asustada... La gente me decía: 'Disfruta el embarazo'. Y yo decía: 'Dios mío, si yo lo que quiero es que termine esto ya. Ya no puedo más'", declaró.
El 4 de abril de 2017 Elisabeth dio a luz a su hija, Adriana, sin la presencia de su pareja, Sergio, quien no llegó a tiempo al hospital. "Le avisé porque era su cumpleaños y estaba celebrándolo con sus compañeros. Me dijo: 'Eso es mentira', pero le insistí: 'No, es verdad, es verdad, estoy de parto'. Sergio no tardó en tomar el primer avión hacia Málaga, pero la diferencia horaria jugó en su contra. Mientras Elisabeth traía al mundo a Adriana a las diez de la mañana, él aterrizaba en el aeropuerto a las tres de la tarde", relató. Cuando por fin tuvo a su hija en brazos pensó: "Es de lo más bonito que la vida me ha regalado. Me ha costado mucho esfuerzo, pero todo ha merecido la pena, porque tengo una hija increíble".







