María Palacios ha roto su silencio. La discreción siempre ha sido su máxima -y así seguirá siendo-, pero, en esta ocasión, tras el comentado despido de su marido, Alessandro Lequio, de Mediaset, y tras encontrarse, una vez más, en el centro de un huracán mediático, la comunicadora toma la palabra.
No habla "desde el rencor ni desde la venganza", sino "desde la vida compartida, desde la experiencia diaria, desde la libertad de una mujer que jamás ha sentido miedo en su propia casa. Yo no soy víctima, ni mucho menos cómplice".
En una sincera entrevista, aclara que Alessandro, que la llamó por teléfono para contarle la situación y "ha recibido el cariño inmenso de todos sus compañeros”, "nunca ha sido juzgado ni procesado ni condenado. Ni por malos tratos ni por ningún otro delito".
© ANTONIO TERRÓNY, también, nos desvela lo que muchos se preguntan: cómo están viviendo estas semanas.
"Con preocupación, rabia y con una sensación de que se nos ha colocado en una posición injusta y estigmatizante, no sólo a Alessandro, sino a toda la familia y, por supuesto, a nuestra hija, que ayer, al volver del colegio, ya nos estaba preguntando qué significa la palabra ‘maltratador", nos explica.
Alessandro y María llevan juntos casi tres décadas -26 años- y han pasado 17 desde que se dieron el ‘sí, quiero’, en una boda celebrada el 15 de noviembre de 2008 en el monasterio de Sacramenia.
Seis años más tarde, daban la bienvenida a su hija Ginevra Ena, que, actualmente, tiene nueve años, y es su gran prioridad.
© ARCHIVO ¡HOLA!Una decisión inesperada
Ni María ni Alessandro se esperaban la decisión que tomó la cadena. Fue "totalmente inesperada", nos cuenta.
"Inesperada porque Antonia lleva con esta cantinela muchos años. Para ser exactos, desde el año 2001. Es muy importante señalar que entre 1991, cuando se separaron, y el 2001, es decir durante 10 años, jamás insinuó, mencionó ni denunció a Alessandro por este tema, ni públicamente ni en los juzgados".
"Y con esto, no estoy diciendo que no considere su relato por el simple hecho que no lo denunciara durante los primeros diez años tras la separación. No le doy ningún crédito porque, para mí, el conjunto no encaja. Primero de todo porque conozco a Alessandro".
"Tampoco encaja la actitud que mostró, los celos obsesivos y la rabia que tenía (y que todos vimos) cuando él la abandonó y la dejó por Ana; si realmente tenía tanto miedo, no encaja que, apenas hace diez años, dijera en una entrevista en ¡HOLA!: "Lo que me dolió fue la manera en la que nos dejó, cómo se fue de nuestro lado"; tampoco encaja que posara con su gran enemiga Ana Obregón en 2016 y que ahora la señale como encubridora; no encaja que, no hace mucho, también dijera en estas mismas páginas: "Ahora nos respetamos y somos amigos".
"¿Cómo se puede respetar y ser amiga de alguien que, según ella afirma, le daba patadas estando embarazada? No encaja que se venga a comer con nosotros en varias ocasiones, ni que nos llame para venir a ver a nuestra hija, ni que nos felicite las Navidades, ni que llame a un programa en directo para decir que Alessandro es el mejor. ¿Pero es que algo de esto tiene sentido?"
"Y sobre todo, Alessandro nunca ha sido juzgado, ni procesado, ni condenado. ¿Alguien se ha parado a pensar, el porqué de esto? ¿A alguien se le ocurre por qué? No es difícil adivinar".
