Llevan más de 30 años juntas. Rosario conoció a Mariola Orellana a principios de los 90, cuando esta salía con Antonio Carmona. No tardaron en hacerse mejores amigas, hasta el punto de que la cantante confió en Mariola para que le llevara su carrera artística. Por si no hubieran compartido suficientes vivencias, las dos disfrutan ahora de su nueva aventura juntas: una tienda de ropa "vintage" que se llama Ojo de Duende y que se ubica en el madrileño barrio de Moncloa. Allí, Rosario y Mariola posan para ¡HOLA! con prendas que tienen a la venta, mientras repasan sus mejores recuerdos. "Hemos vivido muchos éxitos… y mucho dolor", nos dicen a la vez que derrochan arte, el mismo que también distingue a sus familias.
Amigas de toda la vida y, ahora, empresarias.
ROSARIO.— Bueno, socias hemos sido siempre, porque ella es mi mánager desde hace muchísimos años. Ahora tenemos esta tienda. Soy muy de ropa "vintage" y Mariola siempre ha venido conmigo a este tipo de tiendas para buscar los tesoros que me pongo en los "shows". Mariola ha vivido todo eso conmigo y ha aprendido muchísimo a mi lado. Al final, se ha hecho otra experta en ropa "vintage", en ropa especial y con un poquito de personalidad.
¿Por qué habéis abierto Ojo de Duende?
R.— Siempre me llamaba la atención que, en España, no hubiera tiendas "vintage" de ropa en buen estado, de buenas marcas y a buen precio. Y como no existía, la montamos nosotras.
MARIOLA.— Encontramos este local y era perfecto para la tienda de nuestros sueños.
R.— Es a la que me encantaría ir como cliente, donde me volvería loca y a la que vendría a comprar. De hecho, compro.
M.— También la tienda es un espacio multiusos. Se han grabado cosas y hecho subastas, las de Eduardo Navarrete. Ahora, estamos preparando grabaciones con público.
ROSARIO: "Antonio Carmona tocó en mi primer disco y ella venía a verle al estudio"
Dais una segunda vida a la ropa.
R.— Son prendas en muy buen estado y de marcas buenas, de otras temporadas.
M.— También de muestrario.
R.— Son tesoros. Por toda la experiencia artística, sabemos dónde está la ropa y el duende de la ropa.
M.— Rosario sabe comprar muy bien. Tiene un ojo… A mí me vale todo, pero ella es más selectiva.
Hay prendas de todos los gustos, precios, tallas… de todo tipo.
M.— De Zara o Mango a primerísimas marcas.
R.— También tenemos complementos, zapatos, bolsos, joyas…
M.— Y unos discos de vinilo maravillosos. Nos encanta buscar tesoros.
¿Quién recolecta y tiene ojo? Rosario, en esta tienda he visto varias prendas que tú has llevado.
R.— Sí, hay muchos tesoros míos y de muchos otros artistas que no vamos a desvelar y que se han puesto en actuaciones. Si eres fan, desde luego, te encantaría tener algo suyo.
M.— No te creas que todo el mundo entiende este concepto.
R.— Que la gente empiece a cambiar un poquito la mentalidad de comprar todo nuevo, que hay que cuidar la Tierra. La moda circular es el futuro. Hay prendas de las que te cansas, pero que pueden dar muchísima ilusión a otras personas.
La historia de una amistad
¿Cómo definís vuestra amistad?
R.— Nos llevamos bastante bien porque somos las dos bastante…
M.— Temperamentales (ríe).
R.— Pasionales, temperamentales, muy activas y muy divertidas. Creo que Mariola es la amiga más divertida que tengo. Siempre que le digo "vámonos para un sitio", está dispuesta. Cuando nos enfadamos, nos gritamos mucho, porque tenemos temperamento, pero somos como hermanas.
¿Qué destacaríais de la otra?
R.— De Mariola, su fuerza, su creatividad y su poderío para hacer lo que se proponga. Es pasión por la vida.
M.— De Rosario destacaría su arte universal. Desde que se levanta hasta que se acuesta, todo lo hace lleno de arte. Como toda su familia. Luego, la capacidad de entender a todo el mundo y ponerse en la piel de los demás. Eso me impresiona mucho, la verdad.
¿Recordáis cómo os conocisteis?
R.— Es que Antonio Carmona tocó la percusión en mi primer disco, De ley, y ella venía a recogerlo al estudio. Luego, la vida nos fue uniendo.
M.— Por entonces, coincidíamos, pero cada una tenía su grupo de amigos. Al poco, Lola Flores me llevó a trabajar con ella y su hijo. Yo tenía la sala Caracol (en Madrid), donde se hacían conciertos, y venía mucho Lola. Tras vender la sala, empecé a trabajar para ella y Antonio. Pero fue cuando ellos dos fallecieron cuando nos unimos de verdad. Yo había perdido a mis hermanos y el dolor nos unió. Poco después, nos quedamos embarazadas las dos.
Mariola, ¿qué impresión tuviste de Rosario al conocerla?
M.— De muy artista, muy ella.
R.— Ella vino a verme a la presentación de De Ley, en el año 1992, en Morocco (una sala de Madrid). Fue mi primera actuación y la gente se quedó flipada conmigo. Me hace mucha ilusión que Mariola estuviera allí.
M.— Fui por mi marido, que había participado en el disco. No tenía ni idea de lo que me encontraría y me quedé con la boca abierta. Fue uno de los momentos más impactantes de mi vida.
La conocías, pero no te la imaginabas como artista.
M.— Fue una revolución. Tardé años en trabajar con ella.
¿Cómo fue conocer a la familia Flores y entrar en ella?
M.— Cuando Lola Flores me eligió y me dijo "tú, conmigo y con mi hijo", no me lo podía ni creer. Ahí me enamoré de Lola y de todo lo que tuviera que ver con ella. Es lo más grande que he visto en mi vida.
MARIOLA: "Cuando Lola Flores y Antonio fallecieron, nos unimos de verdad. Yo había perdido a dos hermanos y el dolor nos unió"
Habéis compartido muchos momentos, ¿el más especial?
R.— Hemos vivido muchos éxitos juntas.
M.— Y mucho dolor. Mucho.
R.— Sí, hemos vivido de todo. De los más bonitos, cuando me dieron los Grammy, que Mariola estaba conmigo. También cuando hemos vendido tantos discos y llenado sitios. Ella siempre ha estado en momentos importantes de mi carrera.
M.— Uno especial fue cuando lo del "pachuru" con Ibai Llanos (en 2023). Ahí ni nos dimos cuenta, pero, ya en casa, el teléfono empezó a echar humo. Yo decía: "Pero ¿qué ha pasado?". Se hizo viral. Fue un momento muy gracioso y muy "top", la verdad. De repente, parecía que la gente estaba descubriendo a Rosario. Mucha gente se cree que la conoce y, realmente, no lo hace hasta que no la ve en directo.
De madres a hijas
Vuestras hijas han heredado vuestra amistad.
R.— Por supuesto. Se han criado juntas y son como primas hermanas. Se adoran.
Mariola, tus hijas, Lucía Fernanda y Marina, han seguido los pasos de su padre en la música.
M.— Bueno, se sufre mucho como madre, pero me encanta verlas. Son muy diferentes y muy artistas.
¿Siempre viste que las dos serían cantantes?
M.— No quería verlo ni tenía ningún interés, porque, la verdad, se sufre mucho. La gente se cree que esto es un mundo de rosa, pero es muy duro. Y más ahora como está la música. Pero se me cae la baba con mis hijas y con los de Rosario.
R.— Mi hija, Lola, es artista: pinta, dibuja, escribe… Luego, está detrás de las cámaras. Ha estado en producciones de películas internacionales. Es una fenónema.
Trabajó en Juego de tronos, cuando se rodó en España.
R.— Sí. Mi marido, Pedro Lazaga, también trabajó ahí. Lola empezó de meritoria, pero con su carácter y lo bien que hace su trabajo, se ganó a la gente. Ahora está conmigo en la gira.
¿Estás grabando algún documental?
R.— Todo el mundo tiene uno, así que me imagino que yo debo tener otro (ríe). Es un proyecto que tenemos en mente y estamos muy ilusionados. Mi hija está en la producción.
En la gira, también te acompaña tu hijo, Pedro Antonio, pero en el escenario.
R.— Lleva la música en la sangre. Tiene 19 años y estudia música. Toca la guitarra muy bien y también la percusión, así que me lo llevo de conciertos. Tiene un soniquete buenísimo.
¿Te imaginabas que tus dos hijos saldrían artistas?
—R. Viendo lo que hay casa, ¿qué iban a ser? Lo raro sería que hubieran salido dentistas (ríe). Me encantaría que hubieran sido médicos, arquitectos… Pero lo que ves cuando te crías es lo que te llena el corazón, así que se han llenado de arte desde niños.
Con la misma edad: 62 años
Rosario, el pasado 4 de noviembre cumpliste 62. ¿Cómo lo celebraste y cómo te ves?
R.— Lo celebré con la familia, con amigos y con mucha alegría por tener muchísima salud, mucha fuerza y sentirme muy joven. Mi madre me enseñó que la edad no era importante. No tengo conciencia de la edad que tengo, solo de cómo me siento.
También puedes decirlo porque estás estupenda.
M.— Exacto (ríe). Porque tenemos la misma edad y me da coraje decirlo… (Ríe).
R.— Me siento muy joven, de cabeza y de cuerpo. Tengo mucha fuerza y mucha energía.
M.— Tiene una suerte muy grande, porque mira qué piel y qué piernas… Tiene una genética… Su madre era así y las hijas también. Rosario impresiona por su fuerza en el escenario.
Mariola, en tu caso, nadie diría que eres abuela.
M.— Mi nieto me tiene loca. Nunca me imaginaba lo feliz que me haría. Lo más bonito que me ha pasado es ser abuela. Acabo de perder a mi madre y mi niño ha sido lo que me ha salvado.
Rosario, de momento, no eres abuela. Pero ha llamado mucho la atención que tu hijo salga con Lucía, que viene de otra saga de tanto arte —es hija de Alba Molina y nieta de Lole y Manuel—.
R.— Es una niña maravillosa. Los dos son muy jovencitos, pero hacen una pareja perfecta. Están muy ilusionados y eso es lo importante.
Este 2025 se han celebrado el 30 aniversario del fallecimiento de tu madre y del de tu hermano. Menudo año de emociones.
R.— Sobre todo, el documental de mi hermano, que nos tiene a todos con los sentimientos a flor de piel. Te pone los pelos de punta. Está encantando a la gente, la verdad. Da la oportunidad de conocer más a mi hermano.
¿Has descubierto algo de él?
R.— Nada (ríe). El descubrimiento es de mi sobrina, de querer acercarse más a su padre y de conocerle más. Eso me ha llenado el corazón.
Rosario, de aniversario a aniversario: el próximo año cumples 20 de casada.
R.— Me siento una privilegiada de tener un compañero que me comprenda, me cuide y sea el hombre de mi vida. Es como que te toque la lotería.
No todos los hombres logran estar al lado una mujer que brille tanto.
M.— Desde luego.
R.— Él es un artista también y tiene su mundo de cine. La verdad, nos complementamos muy bien.
En tu caso, Mariola, en unos meses, Antonio Carmona y tú cumplís 35 años de amor. ¿Cómo se consigue mantenerlo?
M.— Con mucho amor y trabajo de los dos. Todas las parejas tienen conflictos y diferencias, pero lo importante es el amor.
Ya casi estamos en Navidades. ¿Os gustan?
R.— Bueno, tienen su cosa bonita y su parte melancólica. Pero soy optimista y siempre quiero estar bien y agradecida a la vida.
¿Os juntáis las dos en estas fechas?
R.— Sí, en Nochebuena. Cantamos y bailamos. Tratamos de hacer las fiestas tan bonitas que hacía mi madre. Nuca serán iguales, pero tratamos de mantener su esencia.
¿Y proyectos? Rosario, sigues con la gira.
R.— Sí. Tenemos un verano enorme por América y por toda España. También estoy en el estudio preparando cosas nuevas.
¿Cuándo esperas tener listo el disco?
R.— De aquí a un año, espero.
M.— También estamos preparando el documental, que me tiene emocionada. Estoy en todo lo que tenga que ver con Rosario, porque no llevo nada más que a ella. Luego, estoy con la tienda, que me encanta y me divierte muchísimo. Lo que más, no te lo puedes imaginar.
R.— El sueño nuestro con esta tienda es que la gente joven y de todas las edades pueda venir y se vaya encantada con una prenda a muy buen precio. Eso me hace mucha ilusión.









