La música era su hobbie, pero nunca imaginó que acabaría teniendo un privilegiado hueco en la industria. Miguel Ángel Cabrera empezó haciendo versiones de otros artistas con Dioni Martín, que en ese momento trabajaba vendiendo en mercadillos. Compuso una canción y decidieron grabar su propia maqueta, una idea para la que llamaron a Ángeles Muñoz, cuñada de este último que entonces se ganaba la vida como encuadernadora. Empieza así la historia de Camela, una fábrica de éxitos para la que no hacen falta presentaciones. El teclista y compositor, que abandonó el grupo en 2013, ha recordado cómo fue el boom que vivieron, ha revelado las razones de su comentada salida y se ha sincerado también sobre el peor momento de su vida.
Arista autodidacta, Cabrera se dejó llevar por amor a la música para componer, acompañado de un teclado que le compraron su madre y su hermana. Esos temas derivaron en Lágrimas de amor y tanto él como sus compañeros pensaron que su andadura acabaría ahí. Pero sus letras y ritmos pegadizos han llegado lejos. Muy lejos. Con ese disco vendieron más de un millón de copias y su popularidad creció a pasos agigantados. Todo se disparó aún más a raíz de la entrevista que Camela le dio a Nieves Herrero, quien los invitó a su programa de televisión al descubrirlos mediante la niñera de sus hijas. "Fue un impacto muy fuerte, un impacto brutal, pasó todo muy deprisa", ha recordado el teclista en Y ahora Sonsoles.
Tras más de dos décadas triunfando, Miguel Ángel dio un paso atrás. En 2013 abandonó el grupo, poniendo así fin a una etapa de la que ahora ha hablado con nostalgia. "Me da pena. No volvería porque no les hago falta, pero es que lo que hemos logrado es muy fuerte. Media España no sabe ni que soy de Camela ni que he hecho esas canciones, pero los fans lo saben. No tiene culpa nadie", ha dicho sobre el grupo pionero en la electrorumba que ha sido distinguido con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y con la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo de la Comunidad de Madrid.
Su salida de Camela provocó rumores de mala relación con sus compañeros, informaciones de las que se ha pronunciado mientras da los motivos de su decisión: "Me fui porque no estaba bien, yo lo he pasado también mal en Camela. A mí nadie me echó. Ni Dioni ha tenido culpa ni Ángeles ha tenido culpa de nada. Los quiero mucho porque media vida he estado con ellos y se han portado muy bien conmigo. Lo que pasa que me cansé, la música te quema mucho, más cuando es un grupo".
Cabrera ha contado que la última etapa no fue fácil: "Yo a las promociones iba mal. Hacía un viaje y a veces Dioni y yo no nos hablábamos, otras veces ellos no se hablaban... Así que me fui". Ha detallado, además, que antes de tomar la decisión, Dioni le puso unas condiciones por temas económicos. "Me dijo que quería que siguiera, pero dije que no. En ese momento tuve mucho orgullo, pero vuelvo a repetir que no es culpa de nadie. Estaba muy cansado y decidí que no. He llorado mucho en Camela, igual que me he divertido mucho y he ganado mucho", ha remarcado el músico, que se compró un deportivo rojo con su primer sueldo. Al mirar para atrás, se siente orgulloso de su legado, las canciones que compuso y que siguen sonando.
La muerte de su hijo y su regreso a Camela
Con los ojos llenos de lágrimas se ha sincerado sobre el día que su vida se paró al perder a su hijo. En 2022 murió Rafael a los 18 años en un accidente de tráfico sufrido en Aranjuez. "Es un dolor diferente a los demás, en la vida solo existe ese dolor cuando te pasa", ha confesado el músico, que encuentra alivio en sus visitas diarias al cementerio y en la fuerza que le trasladan su hija y sus nietas. "Hay que tirar para adelante", ha comentado. Desde aquella fatídica llamada, Miguel Ángel solo viste de negro y dice que dejará de hacerlo cuando visite Nueva York, viaje que quería hacer su hijo, quien para él "sigue vivo".
La tragedia ha propiciado su reencuentro con Camela, y es que ha avanzado que van a volver a compartir estudio: "Nos vamos a juntar una última vez los tres para grabar Tu corazón lo regalaste". Se trata de un tema que él mismo ha compuesto y que va dedicado a su hijo, cuyos órganos donaron en un gesto de absoluta generosidad. Ha desvelado que ya en el tanatorio empezó a gestarse la idea de hacer una canción y que fue allí mismo donde se lo comentó a Dioni y Ángeles, quienes llegaron a la capilla ardiente directos de un viaje laboral para apoyarlo. Ambos le prometieron que volverían a formar equipo para este homenaje y cuatro años después se están perfilando ya los últimos detalles que se verá en el próximo disco del grupo.







