El apellido Cañizares resuena con fuerza en la historia del fútbol español, pero ahora es una nueva generación la que se abre paso en los campos. Ahora, es su hijo, Lucas Cañizares Conchello, quien ha decidido seguir, nada más y nada menos, que los pasos de su padre. A sus 23 años, el joven valenciano, nacido en 2002, se está forjando una identidad propia, asumiendo la responsabilidad que implica un apellido con tanto peso en los terrenos de juego. Se desvela la estrategia digna de película con la que conquistó a su amor, la influencer Carla Asensi, y la divertida pulla que dedicó a su padre en plena boda, además de conocer la mayor inspiración que guía cada paso que da en el campo.
En el corazón de Lucas hay un nombre: Carla Asensi. El joven portero y la popular influencer que arrasa en TikTok e Instagram con más de un millón de seguidores, confirmaron su relación en 2023. Después de muchos rumores, decidieron hacerlo público compartiendo en sus redes un viaje inolvidable a París.
Carla, con 25 años, es una de las caras más conocidas de las redes, y aunque Lucas es más reservado, a su lado ha demostrado que le gusta compartir momentos de su vida privada con sus seguidores. De hecho, la historia de cómo surgió este romance es digna de una película, con Lucas desvelando que fue amor a primera vista y una estrategia digna de película.
Lucas recuerda perfectamente el momento en que la vio por primera vez: "Yo vi por primera vez a Carla en un restaurante". Aunque estaba con un amigo, no pudo evitar reconocerla de redes: "Madre mía, mira quién está ahí, se ve que la seguía de Instagram". El flechazo fue instantáneo y cargado de convicción, según sus palabras: "Según la vi me encantó y ya dije a mi amigo, esta va a ser la madre de mis hijos".
El único inconveniente fue que Carla estaba en ese momento en una relación complicada, que ella misma califica de "supertóxica". La influencer se lo ha reprochado con humor a Lucas: "Siempre le he dicho que por qué no me salvó". Lucas se justificó: "No me vi preparado, uno tiene que saber esperar su oportunidad".
Y vaya si esperó. "Un año y medio después" volvió a la carga, pero esta vez con estrategia. Al enterarse por otro amigo de que Carla era "espectacular" y, más importante, que era una mujer "bastante cerrada" que rechazaba a muchos chicos, Lucas lo asumió como un reto: "¡O sea que fue un reto, lo asumo! Ay, es que siempre será mi mayor logro".
Aquí es donde entró en juego la táctica de Lucas para conquistar a su "reto" soñado: "Aquí viene el momento de la estrategia... O sea, su plan era hacerse amigo de mi grupo de amigos porque así en algún punto por narices íbamos a tener que acabar coincidiendo". Y lanza un consejo a sus seguidores: "Primera regla, chicos, hay que diferenciarse, iba a ser uno más si le escribía por Instagram o le abordaba en una discoteca". Aunque suena fácil, Lucas confiesa que tuvo que quedar "cuatro, cinco y hasta en seis ocasiones con esa gente sin que apareciese ella por ningún lado" para consolidar el plan.
La broma en la boda de su padre
El lado más simpático y personal de Lucas y Carla quedó patente recientemente, durante la boda de su padre, Santiago Cañizares, con Noemí, celebrada el pasado viernes en Valencia. En un vídeo subido por su propia novia, Carla Asensi, se puede escuchar el divertido discurso que Lucas dedicó a los invitados, cargado de cariño y complicidad familiar. Con mucho humor, Lucas lanzó una inesperada pero cariñosa pulla a su progenitor por sus hábitos de viaje, desatando las risas de todos: "Por mí no ha cogido un avión por verme en Portugal. Por mi hermana Carlota tampoco y son países fronterizos. Se fue a Bolivia, 72 horas, cenó con Noemí y se volvió... ¡En turista!".
Su mayor inspiración
Pese a que Lucas proviene de una familia muy mediática, ha mantenido siempre la máxima discreción en su vida personal. Sin embargo, su camino no ha sido sencillo. El momento más duro que ha marcado su vida fue el fallecimiento de su hermano pequeño, Santi, en marzo de 2018, cuando solo contaba cinco años de edad. Esto supuso una prueba de madurez para toda la familia y, especialmente, para Lucas. Siempre que tiene ocasión, el portero valenciano recuerda a su hermano pequeño, ya sea en el terreno de juego o a través de emotivos mensajes en sus redes sociales. Uno de los homenajes más conmovedores tuvo lugar hace dos años, al cumplirse el quinto aniversario de la m
Con el corazón abierto, Lucas compartió unas palabras que resumen el profundo impacto que su hermano tuvo en su vida: "Es en esta misma mañana pero hace dos años, cuando nuestro pequeño se marchó al cielo. Desde entonces lo que peor llevo, es cuando pasa algo y me giro a buscar tu reacción. Es en ese momento cuando uno aprende a privarse de eso, aprende a no poder reír contigo, aprende a no poder jugar contigo, aprende a vivir sin ti."
Y a pesar del dolor de la ausencia, el joven guardameta encuentra en el recuerdo una gran enseñanza: "A pesar de todo esto, en esta nueva vida que me ha tocado vivir, tú me has enseñado a valorar, a querer, a llorar, a luchar, a no rendirme nunca, en otras palabras, tu me has enseñado a vivir. Por todo ello pasados dos años, cuando me vuelvo a dirigir a ti, solo puedo una vez más darte las gracias". Una declaración que culminaba con una promesa: "Y recordarte también que tu hermano, aquel que tratará de honrarte cada segundo de su vida, te quiere mucho".
Una carrera en ascenso
Habiendo crecido en una familia donde el fútbol era, naturalmente, el pan de cada día, Lucas eligió la misma posición que su padre, Santiago Cañizares. Su formación comenzó temprano, pasando por clubes como Ciutat de València y Alboraya UD, antes de dar el gran salto a la cantera del Real Madrid.
Desde que se incorporó al Real Madrid Juvenil en 2014, con apenas 12 años, Lucas ha trabajado con una disciplina férrea. Pasó por las distintas etapas de cantera de "La Fábrica" hasta llegar al equipo filial, el Real Madrid Castilla. Aunque su carrera se ha desarrollado a la sombra de los grandes focos mediáticos de los primeros equipos, su paso por la élite formativa fue crucial.
El propio Lucas vivió un periodo fundamental para su desarrollo personal y profesional, ya que su paso por la plantilla del Real Madrid le permitió consolidar hábitos de trabajo y disciplina que hoy le acompañan en su carrera como deportista. Tras acumular minutos en la Primera Federación, en 2024 decidió buscar nuevos aires fuera de España, buscando la oportunidad de demostrar su valía en un entorno distinto. Esto le llevó a Portugal, donde tras estar en el Sporting Farense y ser cedido al CD Feirense, firmó en agosto de 2025 por tres temporadas con el C.D. Tondela.
















