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La crítica del que sabe

Jennifer Lawrence cae al abismo más profundo en 'Die My Love' ('Muere, mi amor') y su última película nos ha dejado en 'shock'


Si no quieres ver a una mujer entrar en una espiral de autodestrucción tan salvaje como lo hace su personaje, mantente lejos de esta apabullante joya cinematográfica que llega por fin a las salas españolas


Jennifer Lawrence en 'Die My Love'© Mubi
Martín Gálvez PiquerasPeriodista experto en cultura, deporte y espectáculos
14 de noviembre de 2025 - 6:13 CET

Las obras de arte que exploran los recovecos de la mente humana son siempre arriesgadas. La delgada línea que separa lo verosímil de lo caricaturesco está ahí, al acecho, capaz de romperse en cualquier momento. También se puede caer en un hiperrealismo tan exagerado que acaba por deformar el retrato de una persona, lo que obliga al creador (aquí hablamos del cineasta) a hilar especialmente fino para no cometer ninguno de estos pecados. Afortunadamente, Die My Loveprotagonizada por Jennifer Lawrence y Robert Pattinson, es el último ejemplo de cómo hacer una película magistral sobre la psique y no morir en el intento.

Jennifer Lawrence, en una escena de 'Die My Love'© Mubi
Jennifer Lawrence (35 años), en una escena de 'Die My Love'

Tan visceral como luminosa, tan descarnada como perturbadora, cuando uno se pone delante de una joya del celuloide como esta, según avanza su historia, es posible que pasen dos cosas: que te fascine o te horrorice, o que experimentes a la vez ambas sensaciones, que no tienen por qué ser opuestas (a veces, incluso, son complementarias). Sin embargo, más allá de lo que le provoque al público que la vea, lo que resulta indiscutible es la perfecta conjunción y engranaje que se ha dado aquí entre su directora -la escocesa Lynne Ramsay-, su productor -el mismísimo Martin Scorsese- y los dos actores principales.

Precisamente, el legendario realizador estadounidense -responsable de títulos tan icónicos como Uno de los nuestros o Casino- nos atrapó de lleno en su día con poderosísimos personajes que, de la mejor o peor manera, sobreviven a su propia locura. Lo hizo, por citar solo a algunos de ellos, en los setenta con De Niro en Taxi Driver (1976) y más de tres décadas después con Di Caprio en Shutter Island (2010). No es que Die My Love nos recuerde a ellas, ni mucho menos, ya que esta última imprime su propio sello de forma apabullante, sin ambages ni medias tintas.

Robert Pattinson, en una secuencia de la película© Mubi
Robert Pattinson (39 años), en una secuencia de la película

Obviamente, no es algo nuevo lo de mostrar a gente devorada por sus propios demonios o dejadas de la mano de dios, sumidas en una incesante espiral de autodestrucción tan salvaje como la que ofrece la cinta en cuestión. Así, a bote pronto, también nos vienen a la cabeza Alguien voló sobre el nido del cuco (Milos Forman, 1975) o Atracción Fatal (Adrian Lyne, 1987), que no tienen absolutamente nada que ver la una con la otra, pero a las que Die My Love se asemeja en buena medida por reflejar con toda la crudeza cómo alguien puede perder la cordura hasta límites insospechados.

No es exactamente lo que nos habían contado

Estrenada el pasado mayo en el marco del Festival de Cannes, la sinopsis que se nos ofrecía del filme es, cuanto menos, curiosa (por no decir errática). ¿Qué es eso de que "nos sumerge en los rincones oscuros de la maternidad"? ¿O que "aborda los síntomas de la depresión postparto"? No podemos estar más en desacuerdo con tal descripción, la cual adolece de un simplismo que abruma. Explicar con esas palabras lo que que sufre Grace, el rol que interpreta Jennifer Lawrence, no es que sea reduccionista, es que es inexacto.

Del amor al odio y del odio al amor, la relación de Grace y su marido es como una montaña rusa© Mubi
Del amor al odio y del odio al amor, la relación de Grace y su marido es como una montaña rusa

De hecho, durante la trama se expone con meridiana claridad que dichas consideraciones son las que desquician y enervan aún más a la protagonista, cuando las escucha de forma paternalista por parte de quienes la rodean. No somos expertos en neurología y jamás nos atreveríamos a dar un diagnóstico de la 'enfermedad' que ella padece, como tampoco lo hace la película. Ciclotimia, trastorno bipolar, esquizofrenia, brotes psicóticos... son asuntos tan delicados con los que a la propia ciencia y la medicina les cuesta lidiar, como para que alguien juzgue o pontifique sobre ello.

Hay tantas causas que convergen en la caída en desgracia de Grace, que contarlas todas sería hacer demasiado 'spoiler'. Por citar solo algunas: una urbanita empedernida que, de la noche a la mañana, se ve viviendo en un viejo caserón aislado de toda civilización en plena naturaleza. Muy bucólico, sí, pero... ¿recuerdan lo que pasaba en la mítica y espeluznante El resplandor (Stanley Kubrick, 1980) con Jack Nicholson y Shelley Duvall? Pues eso.

Grace es el personaje principal de la cinta© Mubi
Grace es el personaje principal de la cinta

También es una mujer que arrastra un trauma terrible de su infancia relacionado con su familia, y alguien que ahora ve cómo su marido ha pasado de desearla sexualmente con pasión desenfrenada, a tratarla de forma condescendiente o terminar directamente por ignorarla. Por si no fuera ya suficiente, una escritora de la vieja escuela como es ella ha perdido la inspiración de repente sin entender muy bien cómo ha sido, y lo único que sale de sus entrañas sobre el folio es mezclar la tinta de la pluma con la leche que le ha sobrado del pecho tras amamantar a su bebé.

Es más, ese niño de apenas unos meses de vida es a quien ella se agarra durante la mayor parte del largometraje para encontrar un sentido a su existencia, aunque en ocasiones no parezca estar muy entusiasmada con la idea. Es una leona enjaulada y se siente incomprendida, y quien tiene cerca de ella tampoco la ayudarán a escapar de lo que le aprisiona. Esta especie de agorafobia campestre la vivió en primera persona la autora del libro en el que se basa Die My Love, la argentina Ariana Harwicz. Lo reveló ella misma en algunas entrevistas sobre esta, su novela Mátate, amor (2012), de carácter autobiográfico pero que es llevada al extremo en su adaptación a la gran pantalla.

Muchos vez a Jennifer Lawrence ganando su segundo Oscar con esta grandiosa interpretación© Mubi
Muchos vez a Jennifer Lawrence ganando su segundo Oscar con esta grandiosa interpretación

Ensoñaciones en una atmósfera asfixiante

Arranca Die My Love con un bosque en llamas, un paisaje tan hipnótico como tenebroso que te da ya una idea de lo que está por venir. De estética 'indie' y una tremenda fuerza visual en cada uno de sus planos, también es a ratos algo confusa debido a sus numerosos pasajes alucinógenos de ensoñación por los que deambula. Es cuando Grace construye una realidad paralela y juega con fuego, hasta quemarse, mientras transita por ella. Entre lo poético y lo explícito, tampoco es esto algo novedoso para una extraordinaria Jennifer Lawrence, quien llegó a ser nada menos que la 'Madre Tierra' en la onírica y difícil de clasificar Oh, mother! (Darren Aranofsky, 2017) acompañada por Javier Bardem.

La cotizada actriz norteamericana, ganadora del Oscar en 2013 por El lado bueno de las cosas, ha estado dos años sin hacer cine. Entre los motivos, prefería volcarse en criar y cuidar de sus hijos pequeños (de hecho, rodó estando embarazada) nacidos en 2022 y 2025 fruto de su matrimonio con el galerista Cooke Maroney. La larga espera por verla de nuevo delante de las cámaras ha merecido la pena, volviendo por la puerta grande con este thriller psicológico, o drama con tintes de terror (como ustedes prefieran catalogarla). Y para los melómanos, con una banda sonora prodigiosa de clásicos ochenteros como el Hey Mickey, de Toni Basil, o una amarga versión final del Love Will Tear Us Apart, de Joy  Division, entre otras.

Sissy Spacek, la mejor maestra que Jennifer Lawrence podía tener para una película de estas características© Mubi
Sissy Spacek, la mejor maestra que Jennifer Lawrence podía tener para una película de estas características

Cuidado, Die My Love no es apta para pieles finas / sensibles. Es altamente tensa y angustiosa, con escenas de una violencia y brutalidad que asustan. En cualquier caso, si uno las soporta bien, es más que recomendable. En ella trabajan además dos secundarios de auténtico lujo como son los veteranos Nick Nolte (El cabo del miedo, El príncipe de las mareas) y Sissy Spacek. La elección de esta última para su papel tampoco parece casual, y tal vez todo esté conectado entre sí. Cuando ella fue la atormentada Carrie (1976, Brian de Palma) hace casi medio siglo, nos dejó profundamente impactados. Ahora, como entonces, Jennifer Lawrence también nos deja en 'shock'.

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