Desde sus primeros años, la infanta Sofía ha caminado siempre al lado de su hermana mayor. Con apenas un año y medio de diferencia — la princesa Leonor nació en octubre de 2005 y Sofía en abril de 2007—, ambas han crecido bajo la atenta mirada de la Familia Real, compartiendo colegio, actos oficiales y un vínculo que la heredera al trono describió en la última edición de los Premios Princesa de Asturias como: “Las hermanas cómplices, son nuestras grandes compañeras de viaje”.
A lo largo de los años, Sofía ha desempeñado un papel que muchos podrían considerar secundario, pero que en realidad está lleno de matices. Más allá del foco institucional que recae sobre la princesa Leonor, la infanta ha actuado como apoyo constante de su hermana. A lo largo de los años hemos apreciado cómo ambas hermanas han tejido recuerdos comunes que refuerzan su unión, incluso cuando la agenda institucional las separa.
Ahora, en un momento de transición para Sofía —tras su mayoría de edad y sus nuevos retos académicos fuera de España que ha elegido, hemos querido analizar, con la ayuda de la psicóloga Silvia Manjavacas cómo evoluciona su identidad fuera del papel tradicional de ‘hermana de la heredera’. ¿Cómo se posiciona en su propio camino, cuál es su papel real y qué implicaciones tiene para la imagen de la Casa Real?
"Como psicóloga sistémica, suelo observar que los vínculos entre hermanos marcan profundamente la seguridad emocional de una persona. En el caso de Leonor y Sofía, esa unión se percibe sin necesidad de palabras: Sofía está, acompaña, sostiene. ¿No es eso lo que todos necesitamos alguna vez, alguien que simplemente esté ahí, sin exigir, sin competir?", nos enuncia nuestra experta.
La personalidad de Sofía
"Sofía parece tener una personalidad tranquila, empática y con los pies en la tierra. Le gusta el deporte, la naturaleza y el trabajo en equipo, rasgos que hablan de equilibrio y de buena autorregulación emocional. Esas actividades ayudan a descargar tensión y a mantener una mente estable, algo fundamental en un entorno tan exigente", explica Silvia.
La certeza de que la princesa Leonor no está sola
"Cuando Leonor le dedicó estas palabras a su hermana en los Premios Princesa de Asturias - "Las hermanas cómplices, son nuestras grandes compañeras de viaje"-, no solo hablaba su hermana mayor, hablaba también una joven que se siente acompañada y sostenida por una figura de referencia. Detrás de ese gesto hay algo muy importante: la certeza de que no está sola", sigue nuestra psicóloga.
Y acaba explicando que: "En terapia lo veo a menudo: cuando existe un lazo fraterno sano, se construye un lugar interno desde el que uno puede atreverse más, equivocarse y volver a levantarse. Sofía aporta esa base emocional que permite a Leonor mostrarse con serenidad. Y es que, incluso en las familias reales (como en cualquier otra), los hermanos son ese espejo que te devuelve quién eres cuando el resto del mundo solo ve el papel que representas".










