Gran preocupación en el ámbito televisivo tras el último comunicado del actor Adrián Rodríguez, a quien conocimos en la pequeña pantalla dando vida a DVD en la exitosa serie Los Serrano y de David en Física o Química. El intérprete, que desde hace tiempo lucha contra una enfermedad que él mismo define como una adicción a ciertas sustancias,, ha tomado la decisión de frenar todos sus proyectos temporalmente para volver a ponerse en manos de especialistas y retomar su proceso de desintoxicación.
Hace apenas unas semanas, el actor se mostraba optimista sobre su camino en una conversación con Lecturas. “Estoy bastante bien. Ha sido muy importante el ser consciente de que tengo un problema. La recuperación me está enseñando a cambiar cosas”, compartía Adrián. Sin embargo, la felicidad no ha durado lo esperado. El actor ha emitido, con honestidad, un comunicado urgente en sus redes sociales: “Después de varios meses creyéndome que estoy mejor y demás proyectos que quería llevar a cabo, tengo que reconocer que todo ha sido parte de mi enfermedad.
Con una sinceridad admirable, Adrián Rodríguez ha explicado a sus seguidores que su propia consciencia le ha dado la fuerza para volver a pedir ayuda. “Y la poca luz que aún me queda en mi interior ha vuelto a iluminarme para volver a ponerme en tratamiento”, confesaba en su escrito. Esta vez, la determinación es absoluta: “Esta vez no hay tiempo, no hay un hasta pronto. Solo volveré cuando realmente me encuentre bien y fuerte.”
El actor, que fue durante años uno de los rostros más reconocidos de la televisión española, ha dejado claro que la disciplina es vital: “Esto es obedecer y hacer las cosas bien cada día, así que doy las gracias a todos y, sobre todo, pedir disculpas a toda la gente que haya causado deudas o cualquier otro inconveniente.” Con estas palabras, el intérprete se ha despedido temporalmente de su audiencia: “Estaré complemente incomunicado. Gracias y un beso muy fuerte. Adri”, un gesto que demuestra su total compromiso con su salud.
El precio de la fama
Adrián siempre ha hablado abiertamente de su enfermedad, la cual comenzó a manifestarse en su adolescencia. “Yo empecé con 14-15 años. Empecé muy pronto en la tele y entonces me cree un personaje para ser más aceptado, para ser más chulillo, para estar más cerca de una chica que te gusta...”, analizaba en Lecturas. El éxito y la vorágine de trabajo le pasaron factura, confesando que era una persona “muy sensible y vulnerable” a la que todo le afectaba “el doble”.
“Con ese vacío que sientes recurres al consumo. Luego pasas de pasártelo bien a necesitarlo”, detallaba el actor, quien reconoce que el consumo era una vía de escape, aunque “la gran mentira es que lo haces para evadirte porque al final el problema sigue ahí”. Más aún, explicó a Sonsoles Ónega cómo la autoexigencia contribuyó a este bucle: “Al final, la presión y la exigencia propia hacen que caigas en los infiernos”.
Para Adrián, el problema es profundo y va más allá de lo evidente. “Ahora tengo herramientas... detrás hay mucho más: vacíos, conductas destructivas, sensibilidad mal gestionada”. El actor insistía en que se confundía su personalidad con la patología, pues aunque es sensible, su enfermedad le pedía “ruido y fiesta”. “En realidad lo que había era soledad. El éxito te dispara la dopamina y acabas buscando en las drogas, la fiesta, la gente y la ovación, pero luego llegas a casa y estás solo. Ahí es donde empieza el verdadero peligro”, confesaba a la revista.
El peor momento en su proceso, y el que lo hizo reaccionar con más fuerza, llegó con la muerte de su madre a causa de un cáncer. Fue ella quien se dio cuenta de que algo no iba bien y le buscó el primer terapeuta. Aunque la situación lo llevó a un parón en el tratamiento (cuando le avisaron de que su madre “ya no podía seguir con nosotros”), luego volvió con más fuerza. “Empiezas a darte cuenta de que, en uno de esos días de consumo, te puedes ir. Y ahí ya no es por valentía, es por miedo. Dices: o salgo o me mato”, reconocía.
En su proceso, que no ha sido una “línea recta” y en el que ha tenido recaídas que, afortunadamente, han sido “un día determinado y puntual” y no de años, llegó incluso a tener que vender sus pertenencias y abrir un canal de contenido en una conocida plataforma para conseguir dinero, momento en el que se dio cuenta de la magnitud de su problema.
Hace apenas unos meses, el actor se había mudado a Chiclana de la Frontera con su pareja y el profesional Álex Manejo para intentar una nueva rutina. “He encontrado el camino de la recuperación. Poco a poco y cada día abrazando mis ganas de vivir”, comentaba en agosto. Ahora, tres meses después de esa declaración y con el apoyo de un gran equipo de profesionales a su lado, Adrián Rodríguez vuelve a demostrar su valentía al priorizar su salud, reafirmando que “lo importante es reconocer que tienes un problema y que no pasa nada por pedir ayuda. No hay que sentir vergüenza.”












