A sus 31 años, Estela Grande se encuentra inmersa en una de las épocas más emocionantes y llenas de ilusión de su vida. Embarazada de seis meses, la modelo e 'influencer' y el futbolista Juan Iglesias, con quien forma una preciosa pareja, esperan con inmensa alegría la llegada de sus mellizos, un niño y una niña que prometen revolucionar su hogar. La madrileña, conocida por su paso por 'GH VIP', está exprimiendo cada instante de este proceso, una etapa que, según ella misma ha avanzado, será su última experiencia, ya que "me planto con dos".
Lejos ya de los focos televisivos, tras su paso por GH VIP y su relación con Diego Matamoros, Estela ha centrado su vida en el mundo digital, donde cuenta con más de 400.000 seguidores. Allí comparte su día a día con discreción, mostrando tanto su faceta profesional como personal, y ha querido abrir el corazón para compartir que se ha cumplido uno de sus mayores temores.
Afortunadamente, Estela está disfrutando mucho de este periodo, sintiéndose "muy fuerte" a pesar de alguna pequeña molestia habitual del embarazo. La felicidad es desbordante, y así lo compartió con una emotiva reflexión al hacer público su embarazo: "A veces crees que ya lo has sentido todo, que ya conoces la profundidad de querer a alguien... y entonces, la vida te sorprende". Pero, su última visita al ginecólogo ha traído consigo una noticia que no era la que la pareja esperaba.
Con la honestidad que la caracteriza, Estela compartía con sus seguidores en redes sociales su última actualización médica. "Me dejó regular es que no voy a poder experimentar un parto vaginal, va a tener que ser cesárea", confesaba con total naturalidad. Una decisión que, si bien al principio le dio mucha lástima, poco a poco ha asimilado, entendiendo la importancia de anteponer la seguridad de sus hijos y la suya propia.
La modelo ha explicado que la confirmación de la cesárea programada es casi total: "Me lo confirmaron a un 99,9%. Se queda ese pequeño porcentaje porque si me pongo de parto y llego súper dilatada, salió, pero en principio va a ser una cesárea programada por la salud de los bebés y por la mía", detallaba. Pese a que la modelo estaba muy confiada en su deseo inicial, Estela ha admitido que la posibilidad de una cesárea rondaba su cabeza. Aunque se lamenta de que el parto vaginal "no va a poder ser", se muestra comprensiva y responsable ante la situación: "Es algo que podía pasar".
El motivo de esta decisión médica venía de antes: hace dos años Estela se sometió a una intervención para extirparle dos miomas, uno de los cuales era "muy grande y estaba dentro del útero". Por ello, el equipo médico ha sido tajante para evitar cualquier riesgo: "Con esa cicatriz tan grande los médicos no se la pueden jugar a que se rompa". Lo más importante es que tanto la futura mamá como los bebés se encuentran en perfecto estado, pero el escenario para el nacimiento ha cambiado.
Si todo sigue su curso, los tan deseados mellizos de la pareja, llegarán al mundo el próximo mes de enero para llenar de alegría la vida de sus padres. Mientras llega ese día tan especial, Estela se está centrando en su preparación física para el postparto. Asumiendo la realidad, la 'influencer' se resigna desde sus redes sociales: "Asumimos que será cesárea y necesitaré mucha más ayuda y ya está". Con la mirada puesta en la pronta recuperación, Estela sigue llena de optimismo y alegría: "Ya estoy en proceso de prepararme bien para tener la mejor recuperación posible y así poder coger a mis bebés y tener independencia lo antes posible".
Una etapa agridulce para la pareja
Este duro golpe llega en uno de los momentos más especiales para la pareja. Estela Grande anunció recientemente su embarazo con un emotivo vídeo en blanco y negro en el que se escuchaba el latido de sus dos bebés durante una ecografía. “Vamos a ser papás, dos vidas que llegan para hacernos más grandes, más fuertes, más uno”, escribió entonces la modelo, que no podía ocultar su felicidad.
El vídeo, que mostraba también escenas junto a sus perros y unas pequeñas prendas de bebé, emocionó profundamente a sus seguidores, entre ellos amigas como Alba Carrillo, quien escribía: “No puedo estar más feliz, voy a ser tía”, o rostros conocidos como Adara Molinero y Violeta Mangriñán, que no dudaron en llenarla de mensajes de cariño.











