Esther Uria, actriz y pedagoga vasca, falleció la semana pasada a los 55 años tras una breve enfermedad en el Hospital de Donostia. Uria deja una huella imborrable tanto el mundo de la educación como en el de la interpretación, donde ha logrado cautivar la atención y el cariño de muchísimos espectadores.
La actriz comenzó su carrera en la escuela Antzerti, donde se graduó de Arte Dramático. Uria debutó con la obra La cacatúa verde, del director Mario Gas. También participó en los rodajes de Como agua para chocolate y La importancia de llamarse Ernesto. Desde ese momento se le consideró como una más dentro del teatro vasco.
Una larga trayectoria profesional
La donostiarra colaboró, en varias ocasiones, en la pantalla pequeña vasca. Apareció en proyectos como Euskolegas o Pilotari, ambos de la ETB. Pero su labor en la televisión no se quedo aquí, y participó en las cadenas nacionales con diferentes series, Amistades peligrosas, El doctor Mateo o El comisario, entre otras. Pero la fama le llegó, sin duda, con su aparición en las conocidísimas series de Hospital central y Cuéntame cómo pasó.
Esther Uria era mucho más que una gran actriz. En 2008, decidió retomar sus estudios pedagógicos y dar un vuelco a su vida. De esta forma, logró obtener el Premio Extraordinario en Educación Especial y el Premios Fin de Carrera en Psicopedagogía. También estudió el máster en Formación del Profesorado para Secundario. Pero nunca olvidó sus cualidades actorales.
Entre aulas y escenarios
En 2014 recibió una beca de la Universidad del País Vasco para realizar su tesis y decidió desarrollarla sobre cómo el teatro podía convertirse en una herramienta pedagógica para fomentar la convivencia entre adolescentes. "Los profesores tienen mucho de actores: deben saber hablar, dirigirse a un público y lograr que les entiendan", comentaba ella. La actriz y pedagoga declaró, a su vez, que el hecho de mezclar teatro y enseñanza le aportaba "la riqueza de mirar la realidad de otra manera".
En 2013, junto a su pareja Eduardo Errondosoro, creó la obra Cada día es solo una vez al día. Errondosoro, que es miembro del grupo vocal y humorístico vasco Golden Apple Quartet, reivindicó en este monólogo la relevancia de la risa como motor vital. "No nos lamentemos del pasado; tenemos el presente, y una forma muy positiva de vivirlo es empezar a hacerlo con humor reflexivo. Vivamos el presente con humor y amor".
En estos momentos tan difíciles para todo el entorno de la intérprete, la Asociación de Actores Vascos (en vasco, Euskal Aktoreen Batasuna) quisieron poner en valor todo su trabajo y el cariño y respeto que le seguirán teniendo: "Queremos trasladar nuestras condolencias a la familia y a los amigos de Esther". De este modo, Esther Uria será recordada como una gran profesional por todos los que pudieron disfrutar de su compañía.






