Sueños de libertad se ha ganado, capítulo a capítulo, un hueco entre las series diarias más seguidas de la televisión. Las intrigas en torno a la familia de la Reina, sus amores imposibles y los secretos que esconde cada personaje mantienen a millones de espectadores pegados al televisor cada tarde. Con el inicio del rodaje de la tercera temporada a la vuelta de la esquina, los fans han vuelto a llevarse un pequeño susto. Cuando aún no han logrado superar la marcha de Fina, interpretada por Alba Brunet —que dejaba la producción tras su maternidad—, muchos han pensado que tocaba decir adiós a otro miembro clave de la ficción, que, aunque no es de los más queridos del público, es una pieza fundamental en la trama.
Se trata de Pelayo, el yerno de Damián (Nancho Novo). Su papel como gobernador civil de Toledo y como esposo de Marta de la Reina (Marta Belmonte) se ha convertido en uno de los ejes más intensos de la ficción de época de Antena 3. Aunque ha conseguido sacar de quicio a los espectadores —quienes no le perdonan que separara a las Mafin— y su personaje recibe más críticas que cariño, lo cierto es que la historia ahora no se entiende sin su presencia. Las alarmas saltaban cuando Alejandro Albarracín, el actor que le da vida, compartía un mensaje en sus redes sociales que muchos entendieron como una despedida.
“Una vez mi terapeuta me dijo: ‘Tienes que dejar de controlar’. ‘¿Y eso cómo se hace?’, le pregunté yo”, comenzaba escribiendo el actor en su perfil, dando paso a una reflexión que rápidamente captó la atención de sus seguidores. “Con el tiempo he entendido que dejar de controlar es confiar. Confiar en que todo se va colocando, que las cosas se afrontan cuando llegan, que cada cambio trae algo que aprender y que hay que pasárselo bien por el camino. De eso va la vida, ¿no?”, proseguía.
El protagonista de Gavilanes continuaba hablando de los cambios, del vértigo que provoca siempre volver a empezar y de cómo, en su profesión, esa sensación se repite una y otra vez. “Cuando ya tienes tu rutina, tus hábitos… Todo se mueve. Nuevos compañeros, lugares, experiencias…”, relataba, aumentando la preocupación de sus fans, antes de revelar que se encuentra en plena mudanza y que acaba de iniciar una nueva etapa, reiterando que todo ello "da vértigo, sí... pero también ilusiona".
Su texto, con palabras como "cambios", "volver a empezar" o "nueva etapa", rápidamente se interpretaba como una despedida velada de Sueños de libertad tras más de 250 episodios interpretando a Pelayo. Los buenos deseos de su compañero Dani Tatay, Andrés en la serie —"¡A por la nueva etapa! ¡Éxito asegurado! ¡El que te mereces!"—, incrementaban aún más las sospechas de los seguidores.
Sin embargo, el propio Albarracín, de 42 años, no tardaba en tranquilizarlos, dejando claro que sus palabras no tenían nada que ver con su continuidad en la exitosa producción de Atresmedia. “No me voy de la serie”, respondía a varios comentarios, explicando que su mensaje se refería únicamente a cambios en su vida personal y al final de sus vacaciones y no a un cambio profesional. Además, aprovechaba la ocasión para agradecerles que siempre estén ahí apoyándole.
¿Qué quiere para Pelayo?
De hecho, lejos de despedirse, el actor ya piensa en lo que le gustaría que ocurriera con su personaje en la tercera temporada, que comienza sus grabaciones este lunes 27 de octubre. Cuando Pelayo llegó a Sueños de libertad, su entrada en la familia de la Reina fue estratégica. Ambicioso y adelantado a su tiempo, vio en Marta una oportunidad para alcanzar sus sueños políticos. Su matrimonio de conveniencia con ella le permitió acceder a una posición de poder, pero también lo sumergió en un torbellino emocional y moral que lo ha transformado profundamente. "Él quería ir de frente, pero ahora está sacando lo peor", ha explicado en una entrevista con Antena 3.
A lo largo de la serie, el personaje ha evolucionado de ser un hombre decidido a un ser marcado por la duda y la culpa. La marcha de Fina a Argentina, tras la muerte de Santiago, cambió por completo la dinámica con Marta y lo dejó enfrentado a sus propios sentimientos y decisiones. "Pelayo no entiende lo que hay entre Marta y Fina", ha reconocido el actor, haciendo referencia a uno de los triángulos amorosos más comentados de la ficción.
En los nuevos capítulos, Albarracín expresa su deseo de que el gobernador civil de Toledo encuentre una vía de redención. “Ojalá Pelayo se enamore y deje a las Mafin tranquilas”, comentaba, insinuando que es posible que incluso ya lo esté, pero no se permite vivir ese amor, añadiendo entre risas que “ojalá sean felices los cuatro”. Una evolución que daría paso a una versión mucho más luminosa del personaje, que por fin sería capaz de comprender qué significa el amor.
Aunque no da pistas concretas sobre el rumbo que tomará Pelayo, Alejandro dejaba claro que le gustaría explorar nuevas facetas más allá del conflicto con Marta y su familia política, dejando entrever que todavía queda mucho por descubrir de su historia. ¿Se cumplirán sus deseos? Atentos a la pantalla porque pronto lo sabremos.













