Este viernes, la Policía Nacional informó de que el exfutbolista Iker Casillas había sido víctima de un robo en su propia casa, y detuvo a un matrimonio como principal sospechoso del hurto. La pareja robó cinco relojes de alta gama, de los cuales las autoridades han conseguido recuperar dos, y pretendían abandonar el país de manera inminente.
La denuncia se interpuso el 16 de octubre y las detenciones se produjeron el pasado martes, día 21, en un arresto que se precipitó al conocerse su huida. Los detenidos son un hombre y la empleada del hogar del deportista, de quien él mismo había sospechado en ocasiones previas. Entre los cinco relojes se encuentra un Rolex valorado en 50.000 euros, y se ha podido saber que el coste total de las piezas asciende a los 200.000 euros. La investigación sigue abierta para poder recuperar los otros tres relojes que también fueron sustraídos. De los dos que las autoridades policiales han recuperado, uno está intacto y el otro está por piezas.
La vivienda de Iker Casillas está situada en la urbanización La Finca, en Pozuelo de Alarcón, en Madrid. La empleada del hogar trabajaba para el exfutbolista, mientras que su pareja era portero en otra urbanización. El exguardameta se percató de lo que había ocurrido al comprobar que los relojes que tenía guardados en su vestidor no eran los suyos, y tampoco originales, sino réplicas de los modelos robados. La investigación apunta a que los sospechosos cogieron los relojes poco a poco. La Policía Nacional cuenta con grupos especializados en la investigación del robo de relojes de lujo, algo muy frecuente en capitales como Madrid, pero también en zonas especialmente turísticas, como Barcelona o la Costa del Sol.
"El único culpable soy yo"
Tras la noticia, el programa El tiempo justo, emitido en Telecinco y conducido por Joaquín Prat, ha podido contar con el testimonio de uno de los dos sospechosos en exclusiva, pues mantuvo una conversación con el reportero del magacín de tarde. “Efectivamente, se declara culpable. Él robó dos relojes, no cinco. Los vendió a una casa de relojes por 26.000 euros, así lo dice literalmente”, revelaban desde el formato.
“El único culpable soy yo. Mi pareja no entiende de relojes. Se los cambiaba sin que ella se diera cuenta”, ha comenzado diciendo el detenido al programa, exculpando a su pareja, la empleada del hogar, del mediático hurto. “Gané unos 26.000 euros", explicaba. “En esta parte la víctima es ella, es lo que más me jode. La están haciendo culpable de algo que no es, nunca supo que yo le estaba dando el cambiazo”, contó al reportero de Telecinco.







