Pilar González del Valle y García de la Peña, marquesa de la Vega de Anzo, ha fallecido a los 78 años de edad. Referente de la aristocracia española, amante de la tauromaquia y activa impulsora de iniciativas solidarias, falleció en Madrid a consecuencia de un aneurisma. Sus restos mortales han sido velados en el tanatorio de La Paz de Tres Cantos en Madrid, donde se celebró una emotiva misa en su recuerdo, antes de que su incineración. Posteriormente se celebrará una misa en Asturias, tierra a la que siempre mantuvo un fuerte lazo emocional y donde también fue homenajeada en vida. "Es mi tierra, mi patria chica, mi patria grande, donde nació España. Cuando paso el Negrón, pienso: 'Soy de aquí y pertenezco aquí'. Es una fuerza, un carisma", decía.
Era bisnieta de Emilio Martín González del Valle y Carbajal, primer marqués de la Vega de Anzo desde 1889, nieta de Martín González del Valle y Fernández Miranda, e hija de José María González del Valle y Herrero, de quien heredó el marquesado de la Vega de Anzo, en 1992. Un título nobiliario que heredarán sus descendientes, que hoy lloran su pérdida. Pila, viuda de Rafael Ureña Francés, deja atrás dos hijos, María y José María, seis nietos y una numerosísima familia, además de infinidad de amigos, que lamentan su pérdida. "Era muy querida, porque se volcaba con todo el mundo, siempre tenía ochocientos regalos para todos sus seres queridos. La vamos a echar mucho de menos", ha señalado un familiar al diario El Debate.
Nacida el 12 de julio de 1947 (otras fuentes citan 1948) en San Sebastián, era descendiente de una familia asturiana con profundas raíces en la cría de toros de lidia. Su padre, José María González del Valle Herrero, fue ganadero y le transmitió su afición y conocimiento del mundo taurino, convirtiéndola en una de las mayores expertas en la materia. Pilar fue la primera mujer en presidir la peña taurina de José y Juan y formó parte del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, así como de la peña taurina Las Majas de Goya. Su presencia era habitual en Las Ventas y las Ferias de San Isidro y de Begoña en Gijón.
Pilar siempre será recordada como una mujer ejemplar, de gran generosidad y vitalidad, muy querida tanto por familiares como por amigos, además de por reconocidas figuras del mundo taurino. Su presencia era habitual en el callejón de la plaza de Toros de las Ventas de Madrid, donde disfrutó de la última feria de otoño cada tarde y de la despedida de su querido Morante de la Puebla. Además de su afición a los toros, también destacó por su labor filantrópica, especialmente como vicepresidenta de la asociación Nuevo Futuro, junto a su amiga, la fallecida infanta Pilar, ayudando a niños desamparados a través del tradicional Rastrillo, y volcada con la tierra de su familia, Asturias. Pilar disfrutaba de largas temporadas tanto en Gijón como en Grado, donde el pasado mes julio el Club Deportivo Mosconia le rindió un cariñoso homenaje por la contribución de su familia a la construcción del campo de fútbol, que lleva el título familiar, Marqués de la Vega de Anzo.