Mario Casas, de 39 años, atraviesa uno de sus mejores momentos profesionales. El actor acaba de estrenar La cena, la comedia de Manuel Gómez Pereira en la que comparte protagonismo con nombres tan reconocidos como Alberto San Juan o el mítico Antonio Resines. Durante su visita a Late Xou con Marc Giró, aprovechó para recordar algunas de las experiencias más peculiares que ha vivido a lo largo de su carrera, dejando a los espectadores sin palabras.
Con un tono humorístico y distendido, Mario recordó algunas de las anécdotas más curiosas que ha vivido a lo largo de los años a causa de su popularidad. Contó entre risas la vez que un seguidor le pidió una foto en un baño público mientras intentaba mantener algo de intimidad. “Yo creo que la gente se pone nerviosa y no sabe muy bien cómo pedir”, admitió con humor, mostrando su comprensión hacia quienes, al verlo, no saben cómo reaccionar ante la emoción de encontrarse con alguien a quien admiran.
Sin embargo, no todas las experiencias han sido tan cómicas. El intérprete recordó un episodio que, según confesó, “fue de los momentos más peligrosos” que ha vivido y en el que llegó a temer por su vida. Ocurrió hace varios años en Chile, cuando una avalancha de unas 150 seguidoras intentó entrar con él en un ascensor. “Empezamos a gritar”, relató, antes de admitir que pidió con desesperación que salieran, temiendo que el ascensor pudiera desplomarse por el peso.
Otro de los momentos más sorprendentes de la noche llegó con el divertido desafío que Marc Giró lanzó a Mario Casas. Consciente de su afición al boxeo, el presentador le propuso poner a prueba su destreza con los guantes en una peculiar competición. El primer asalto consistió en sacar pañuelos de una caja sin quitárselos, reto que ganó Giró ante las risas del público. Pero la revancha no tardó en llegar: en la siguiente prueba debían abrir una botella de cerveza con un abridor, y Mario, al ver que era imposible manejarlo con los guantes, optó por una solución tan inesperada como ingeniosa: la destapó con los dientes.
Al finalizar el programa, Mario Casas se despidió con una gran ovación del público, mostrando su faceta más cercana y espontánea. Su paso por Late Xou dejó momentos llenos de humor y anécdotas que recordaron por qué el actor sigue siendo uno de los rostros más queridos del cine español. Una visita que volvió a confirmar la gran conexión que mantiene con los espectadores.