Mucho se ha dicho de Isabel Preysler desde que en 1970 saltara por primera vez a los titulares de la prensa de nuestro país por su relación con Julio Iglesias. Llevaba poco tiempo en España, donde llegó con la intención de quedarse solo un par de años, pero el destino quiso que se quedara para siempre y que se convirtiera en uno de los personajes más importantes de la crónica social. Desde entonces, cada uno de los capítulos de su vida ha generado un gran interés y todo el mundo ha seguido con atención sus pasos.
Se han escrito miles de artículos sobre ella dentro y fuera de nuestras fronteras, se han dicho verdades, mentiras, han circulado muchos rumores… Todos creen conocer a Isabel Preysler y los detalles de los momentos que han marcado su trayectoria. Muchas veces ha sido ella quien ha contado su historia y en ¡HOLA! hemos tenido el privilegio de ser testigos directos de los grandes acontecimientos de su vida, pero nunca antes había hablado en primera persona como ha hecho ahora en su autobiografía, Mi verdadera historia.
“Se han dicho tantas cosas falsas sobre mí a lo largo de los años sin que me molestara en desmentirlas, que he decidido hacerlo ahora”, adelantaba Isabel a ¡HOLA!, poco antes de la publicación de su libro, que ha salido a la luz este miércoles 22 de octubre. Decidida como nunca a contar su verdad y a desmontar los falsos mitos sobre ella, encontramos a lo largo de las páginas de esta autobiografía muchos desmentidos y aclaraciones sorprendentes, desde su infancia en Filipinas a su relación con Mario Vargas Llosa.
-“A lo largo de mi carrera he desfilado varias veces y siempre con fines benéficos y en ningún caso profesionalmente como se ha llegado a decir”.
-“Me enteré por la prensa de la muerte de la hija de Neile Adams (hija que el abuelo de Isabel tuvo fuera del matrimonio, que se casó con Steve McQueen) y de unas declaraciones en las que me acusaba de haber vetado una entrevista suya sobre su pérdida en la revista HELLO!, algo absolutamente falso, puesto que yo no tenía ninguna información sobre su vida, menos aún sobre la tragedia que le había ocurrido y no tampoco la intención, el poder ni el menor motivo para impedir ningún artículo de esa publicación”.
-“La muerte de Enrique (su hermano, a los 25 años) fue algo horrible, pero además tuvimos que soportar la publicación en varios medios de distintas hipótesis totalmente falsas sobre las circunstancias que rodearon su trágico final. Se dijo que en aquella habitación de hotel habían encontrado alcohol y restos de droga, algo absolutamente falso, ya que a mi hermano sus amigos le tomaban el pelo porque era abstemio y le apodaban “tomato juice”, porque era lo único que bebía cuando salían”.
-“Nunca pronuncié la absurda frase (a Julio Iglesias) que tantas veces se ha repetido a lo largo de cincuenta años: ‘Tendré más portadas que tú’”
-“Al salir del despacho de Jaime (Peñafiel) le pedí a Carmen (Martínez Bordiú) que esperase y volví a entrar para aclararle mi situación con Julio: ‘Quiero que sepas que llevamos casi un año separados, pero que nadie lo sabe porque no lo hemos hecho público’. Ni lloré ni protagonicé ninguna de esas escenas que tanto se han contado”.
-“Mis hijos se llevan maravillosamente bien por mucho que la prensa cuestione si Enrique viene o no a las bodas de la familia. Sabemos que a él los acontecimientos sociales no le gustan nada, y que, en ese aspecto, no hay nada que hacer”.
-"Me gustaba ir al campo y desconectar. No sé por qué hay gente que se empeña en decir que iba por obligación. Casa de Vacas era nuestro refugio ideal (con Carlos Falcó). Íbamos casi todos los fines de semana con los niños y también solíamos invitar a amigos”.
-“No es cierto, como se dijo, que yo visitara a Miguel Boyer en aquel apartamento (en el Ministerio de Economía, en la calla Alcalá). Sólo estuve allí una vez, durante la celebración de su cuarenta y cuatro cumpleaños en febrero de 1983, en la que reunió a un grupo de amigos. [...] En aquellos tiempos tan complicados sólo podíamos vernos en casa de íntimos: en la de Mona (Jiménez), en una de Núñez de Balboa, o en un chalet de La Moraleja".
-“Cuando pienso en él (Mario Vargas Llosa) solo quiero recordar nuestras épocas buenas llenas de felicidad y risas. Es cierto que pertenecíamos a mundos diferentes, pero tengo que desmentir rotundamente que él se sintiera desgraciado en el mío”.
-“Son falsas ciertas afirmaciones que se han hecho sobre el diagnóstico de su enfermedad (mieloma múltiple) y su ingreso en el Ruber de Juan Bravo por COVID (…) Quiero aclarar que nunca estuvo en coma ni tampoco ingresó en ningún momento en la UVI como su entorno ha hecho creer. Siempre permaneció en planta y solo necesitó oxígeno”, explica sobre el ingreso del escritor en abril de 2022.
-“No son ciertas las informaciones que han inundado los medios de comunicación y han circulado por las redes sociales asegurando que, durante nuestra relación, Mario aportaba mensualmente 80.000 euros a los gastos de la casa”.