Juan del Val nunca ha ocultado los momentos más oscuros de su vida y anoche, cuando se convirtió en el ganador del Premio Planeta 2025 con la novela Vera, una historia de amor, habló de ellos con total sinceridad. "Mi vida está llena de momentos maravillosos que siempre parecían estar destinados a cualquier otro que no fuera yo. Verme aquí me parece casi un milagro y creo que tengo que recordar algunos momentos donde mi vida estaba completamente destinada al fracaso", comenzó diciendo.
"Expulsado del sistema, fueron años en los que todo era polvo, era hormigón, eran obras, era tierra. Y ahora me veo aquí y creo que es la mejor manera de comprender lo mejor que tiene la vida y es que nunca se sabe", añadió totalmente emocionado antes de dedicar el galardón a su mujer, Nuria Roca, ya que sin ella, según dijo, "nada tiene sentido".
El escritor hizo referencia en su discurso a su complicada adolescencia, que estuvo marcada por su decisión de dejar de estudiar. "Yo empecé a trabajar con 17 años en una obra, desemboqué ahí porque después de una adolescencia un poco compleja, no estudié y hubo un momento en el que ya, después de varios problemas en institutos, que me echaron, acabé trabajando ahí", contó a principios de 2022 en Fuera del Mapa, el programa que Alberto Chicote presentaba en laSexta.
"Fue una época complicada donde yo no estaba bien y, sobre todo, sufría de una manera innecesaria porque no tenía ningún motivo real para padecer tanto, pero era como me sentía", explicó. Afortunadamente, tenía una red familiar que nunca le abandonó y bien aconsejado accedió a recibir ayuda psicológica. "A mí no me importa decir que he estado años en tratamiento porque ese es el primer punto para poder estar bien. Cuando yo empecé a tratarme no era como ahora, que está mucho mejor visto, pero antes te identificaban directamente como un loco", señaló.
Tras su paso por la obra, Juan comenzó a trabajar en la redacción de El independiente, un semanario de actualidad política que se lanzó el 20 de junio de 1987 y cerró sus puertas el 31 de octubre de 1991. "Entré, fundamentalmente, mintiendo. Yo dije que era estudiante de Periodismo y me metí en la redacción. Entré de manera furtiva y casi ilegal", recordó. Aquel primer día entre periodistas le hizo darse cuenta del futuro que quería. "Ver a la gente limpia en la redacción me provocó una emoción, porque yo venía de la obra, y entonces pensé: 'está oportunidad a mí no se me escapa'".
En los momentos más difíciles de su vida, el ganador del Premio Planeta contó con el apoyo incondicional de sus padres, Fernando y Ángeles, de 88 y 84 años. Anoche, emocionado casi hasta las lágrimas, se acordó de ellos. "Tengamos la edad que tengamos, yo creo que somos siempre un niño que queremos que nuestros padres estén orgullosos de nosotros. Yo espero que esta noche estéis un poquito más orgullosos de mí con los años que os he dado yo", pronunció.
"Gracias, papá, por tu sentido del humor y tu ironía, que siempre la tengo dentro", dijo. "Y gracias, mamá, por enseñarme que pase lo que pase, siempre hay esperanza", concluyó, ya que su progenitora está al frente de la Asociación Pro-Recuperación de Marginados, cuya finalidad es la reinserción social de la población reclusa y exreclusa.