El enlace de Francesca Thyssen-Bornemisza y Markus Reymann ha sido un bodón con todas las letras: tres días de celebraciones en su adorada Venecia, donde la pareja ha tenido muy presente su pasión por el arte y su compromiso con los océanos. Como ya adelantó ¡HOLA!, el jueves 9 arrancaron los festejos para los novios. Lo hicieron con un paseo por los canales en lancha y con cena muy reducida para sus familiares y algunos de sus más allegados.
Ya el viernes 10 tuvo lugar la boda civil, que se ofició en el Ayuntamiento de Venecia. Para la ocasión, Francesca escogió un traje sastre de Dior, que combinó con un bolso también de la Maison parisina, que fue la misma firma que visito a Markus. Ambos volvieron a aparecer en lancha, aunque esta vez acompañados por los hijos y nietos de ella. A su llegada al consistorio, fueron recibidos con el sonido de gaitas escocesas. De ahí que, a su entrada al edificio, Francesca se arrancara con bailes tradicionales.
La ceremonia transcurrió en la intimidad y los testigos de los novios fueron el aclamado artista libanés Walid Raad y la icónica Grace Jones, que es íntima de la hija del barón Thyssen. De hecho, fue la jamaicana –a quien recordamos por las películas Conan, el Destructor y A View To Kill, de la saga de James Bond, pero también por temazos como Save To The Rythm o su versión de La Vie en Rose–con quien bailó Francesca, entre gaitas, en la puerta del ayuntamiento.
Tras el "sí, quiero", la jornada continuó en el Ocean Space. Se trata del espacio cultural de TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, la fundación que creó Francesca en 2002 y de la que es codirector Markus desde 2011. Allí, los recién casados tenían preparada de una velada cultural, que llevaron a cabo los artistas Álvaro Urbano y Petrit Halilaj.
La disfrutaron junto a sus seres queridos, entre los que figuraban el matrimonio formado por Borja Thyssen y Blanca Cuesta; Lady Elena Foster; Manuel Segade, director del Museo Reina Sofía; los diseñadores Jan Taminiau y Dries Van Noten. Otros de los invitados eran Roger Taylor –batería del grupo Queen– o Jónsi, líder del grupo sislandes Sigur Ros, quienes coincidieron con los creadores vanguardistas Olafur Eliasson, Ernesto Neto y Wu Tsang.
Ya el tercer y último día de las celebraciones tuvo lugar en el emblemático Arsenal de Venecia. Para ese sábado 11, Markus volvió a vestirse de Dior, mientras que Francesca se decantó por un diseño asimétrico con lentejuelas que Rick Owens y Michèle Lamy crearon especialmente para la ocasión.
Más que una fiesta de despedida, la cita se convirtió en una experiencia extrasensorial para los novios y sus seres queridos. La música corrió a cargo de la cantante Bebel Gilberto ofreció un concierto, aunque luego la velada fue animada por una sesión de DJs con música jamaicana y brasileña. Pero, también hubo una performance olfativa, creada por la artista noruega Sissel Toallas, al igual que había obras vanguardistas, como la instalación de Claudia Comte, que era un pulpo gigante.
De esta forma tan original, Francesca y Markus dieron por finalizadas las celebraciones de su boda en Venecia, una ciudad tan especial para ellos. Durante tres días, brindaron por su amor con sus seres queridos, pero también dejaron claro su compromiso con el arte y el medioambiente, algo que compartían con los asistentes a su boda.