Anabel Pantoja continúa con paso firme su participación en Bailando con las estrellas. Se atreve con todo y su evolución es notable. Sin embargo, esta cuarta gala ha sido muy significativa para la influencer, que nos ha regalado una de sus actuaciones más emotivas. No tanto por el baile, sino por el trasfondo que había detrás de la coreografía que ha ejecutado junto a su compañero, el bailarín Álvaro Cuenca.
El desafío era mayúsculo, pero Anabel lo asumió valiente, dando lo mejor de sí misma, como viene haciendo desde que arrancó el talent show de Telecinco. La sevillana se enfrentó al reto de interpretar un pasodoble cargado de sentimiento, al compás de Se me enamora el alma, una de las canciones más emblemáticas de la cantante y profundamente significativa para ella. Y no defraudó en su actuación, con la que quería rendir homenaje a su tía.
La puesta en escena estaba cuidadosamente diseñada para evocar la estética de Isabel Pantoja en su recordada película Yo soy esa, junto a José Coronado, que su sobrina recreó a la perfección. Anabel lució una flor roja en el pelo y unos caracoles elaborados con mechones. El vestuario, su actitud y la energía que desplegó en la pista, con una actuación que reflejaba la fuerza y el dramatismo del pasodoble, hicieron que el público conectara de inmediato con la emoción del momento. Hasta el jurado la felicitó: "Anabel, lo que ha ardido ha sido la pista con este pedazo de pasodoble que te has marcado", le dijo Pelayo Díaz.
Tras finalizar su número, confesó que no había podido avisar a su tía por mantener el anonimato de la actuación. Y expresó su deseo de que le hubiera gustado su actuación: “Estoy muy orgullosa de llevar su sangre. Evidentemente, estoy muy lejos de ella, pero si me ve hoy, espero que esté orgullosa de mí”, reconoció emocionada.
Ante esta afirmación, Jesús Vázquez intentó tirarla de la lengua para saber dónde se encontraba la cantante: "¿Ella no está en España ahora?", le preguntó entre risas. A lo que Anabel le contestó con una divertida evasiva: "Pues no lo sé. Lo mismo está en Marte. Pero ella me ve seguro".
Un reencuentro muy especial
Este homenaje no solo marcó un punto de inflexión en el recorrido de Anabel Pantoja en Bailando con las estrellas, sino que vino acompañado de una sorpresa que emocionó mucho a la influencer: el inesperado reencuentro con Irene Rosales.
Tras su ruptura con Kiko Rivera, Irene ha apostado por un nuevo comienzo. Ha vuelto a los platós de televisión y ha aceptado la invitación del programa presentado por Jesús Vázquez y Valeria Mazza, para participar con una actuación especial. Y fue precisamente en los ensayos del programa donde se vivió uno de los momentos más comentados de la noche. Las cámaras captaron el instante en que Irene entraba en la sala de ensayo y se encontraba con Anabel, tumbada y descansando entre coreografía y coreografía. “¿Estabas durmiendo?”, le preguntó entre risas. La respuesta fue un abrazo sincero, largo y cargado de complicidad, que dejó claro que el vínculo entre ambas sigue intacto, a pesar de la distancia física que las separa, una Sevilla y otra a caballo entre Canarias y Madrid, y de los cambios personales que han sufrido sus vidas.
Irene interpretó Soy yo, el famoso tema que hizo famosa a Marta Sánchez en 2002. Satisfecha con su actuación, lanzó una propuesta a la organización del programa: “Si en otra edición me queréis aquí, me traéis. Es muy divertido, hay muy buen rollo y se disfruta mucho”.