El mundo del cine y la televisión llora la pérdida del actor Javier Manrique (56), cuyo fallecimiento ha anunciado la Academia de Cine a través de un breve comunicado en su cuenta oficial: "Fallece el actor Javier Manrique, que participó en películas como Mi gran noche, Todo es mentira, El día de la bestia, Así en el cielo como en la tierra o Más que amor, frenesí, y series como Camera Café, A las once en casa o Jacinto Durante, representante".
Javier Manrique, nacido el 27 de noviembre de 1968 en Lima (Perú), fue un reconocido actor cómico y habitual del director Álex de la Iglesia, con el que hizo varias películas. Su último trabajo delante de la cámara fue el corto El camino de la totalidad, que rodó en el año 2018.
Javier Manrique descubrió muy pronto que su vida estaba llamada a transcurrir entre escenarios y cámaras. Con apenas 20 años decidió dar un giro decisivo: dejar atrás Perú para instalarse en España, un país que lo acogería como su segundo hogar. Lo hizo con la maleta cargada de sueños y una vocación firme por la interpretación, dispuesto a abrirse camino en una industria exigente pero apasionante. Ese viaje marcaría el inicio de una trayectoria que lo vincularía para siempre al cine y la televisión españoles, convirtiéndolo en parte del imaginario de una generación de espectadores.
Manrique encontró en España el lugar donde consolidar su vocación artística. Tras formarse en interpretación, comenzó a trabajar en televisión y pronto dio el salto al cine, participando en algunos de los títulos más icónicos del audiovisual español de las últimas décadas.
Trabajó en la película de culto de Álex de la Iglesia El día de la bestia (1995) y en televisión formó parte del elenco de la serie juvenil A las once en casa, muy popular en los años 90, y apareció en algunos episodios de la exitosa Camera Café, consolidando su perfil de actor versátil, capaz de moverse entre la comedia y el drama. Ya en la década de 2010 volvió a trabajar con De la Iglesia en Las brujas de Zugarramurdi (2013).
Además de su carrera frente a la cámara, Manrique se dedicó a la formación y representación de actores, participando en proyectos de docencia y promoción de nuevos talentos. Desde su estudio creativo impulsó talleres y actividades que acercaban la interpretación a las nuevas generaciones.
Su faceta como agente de talentos le permitió acompañar a otros intérpretes en su desarrollo profesional, convirtiéndose en una figura respetada no solo por su trabajo actoral, sino también por su compromiso con el crecimiento artístico de quienes lo rodeaban.
Con más de 20 títulos entre cine y televisión, Javier Manrique deja un legado marcado por la pasión por su oficio. Su participación en proyectos clave de la cultura audiovisual española lo sitúa como parte de una generación de actores que dieron vida a algunos de los títulos más recordados de los últimos 30 años. El público y la profesión despiden así a un intérprete que, además de brillar en la pantalla, supo transmitir su amor por el arte a quienes le acompañaron a lo largo de su carrera.