El 60 cumpleaños de Terelu Campos, celebrado por todo lo alto en el centro de Madrid, sigue generando titulares más allá de la felicidad de la presentadora. El posado en el photocall junto a su hija, Alejandra Rubio, su yerno Carlo Costanzia y el padre de este, Carlo Costanzia senior, provocó un inesperado revuelo. La instantánea coincidió con la publicación del libro de memorias de Mar Flores, 'Mar en calma', donde la modelo se sincera sobre su vida y su complicada relación con el italiano. Aunque Terelu ha repetido en varias ocasiones que mantiene una relación cordial con Carlo Costanzia padre, la imagen no fue bien recibida por Mar Flores, quien llegó a reconocer en la presentación de su libro que la imagen no fue “de su agrado”. Ante esas palabras, la presentadora ha querido romper su silencio con contundencia.
Terelu comenzaba con una importante aclaración: “Yo soy una persona muy respetuosa e intento hacer lo que me piden, pero no solo soy una persona respetuosa, sino que soy una persona muy respetable porque yo me he ganado durante el respeto en mi profesión, me he ganado el respeto del público durante años porque jamás les he faltado al respeto y me he ganado el cariño, por eso a mí también me gusta que se me respete. Esta no es mi guerra, yo no tengo absolutamente nada que ver con todo esto y mi hija tampoco, los hechos que ocurrieran cuando ocurrieran nosotros no existíamos ahí, no éramos amigos ni teníamos amigos comunes, yo no he publicado un libro ni me he sentado en un programa de televisión, yo solo he dado exclusivas hablando de mí. ¿Me piden silencio? Yo lo cumplo, pero que no se juegue con mi silencio”.
En medio de la tormenta mediática que enfrentan Mar Flores y Carlo Costanzia padre, Terelu se encuentra en una situación incómoda. La colaboradora de ¡De viernes! reconoce la presión que siente, sobre todo por las consecuencias que este desencuentro tiene en Alejandra Rubio. Con la emoción contenida, confesó: “Sufro mucho por mi hija cuando la veo acorralada por algo que no le pertenece, sé que esto le va a molestar que lo diga, lo siento, hija. Si a mí en algún momento se me hubiese dicho ‘vamos a comer o a tomar un café con la abuela de Carlo’ yo no hubiese tenido ningún problema en hacerlo, si eso se me hubiese pedido. Ni mi hija ni yo somos soldados de ninguna batalla, y si me preguntáis os diría que tampoco es la batalla de la pareja de mi hija”.
Entre el respeto y el hartazgo
La tensión ha ido en aumento, con declaraciones cruzadas que han evidenciado la falta de sintonía entre las consuegras. Mar Flores, en la presentación de su libro, dejó entrever su malestar al afirmar: “Yo no necesito hacerme una foto para que se vea que nos queremos”. Una frase que muchos interpretaron como un dardo hacia Terelu. La hija de María Teresa Campos, lejos de avivar la polémica, ha defendido su postura de mantenerse al margen, aunque con una advertencia que no ha pasado desapercibida: “No voy a hablar de ella porque ella lo pidió públicamente y soy muy respetuosa, pero también pido desde aquí que se me respete a mí”.
Además, Terelu desmintió haber tenido conocimiento previo de la participación de Carlo Costanzia en su propio programa, explicando que se enteró dos días antes durante su fiesta. Y sobre su entrevista con el italiano confesó sin rodeos: “No fue una entrevista fácil para mí y probablemente me equivocaría en algo. Siempre se puede hacer mejor, pero nadie es perfecto”.
Una relación imposible
Terelu no rehúye la realidad: la relación con Mar Flores nunca se ha producido. “Si a mí se me hubiera dicho vamos a tomar un café con la madre de Carlo, no hubiera puesto ni un solo problema”, aseguró, dejando claro que no ha habido voluntad por parte de la modelo de buscar un acercamiento. Aunque durante años ambas han optado por la prudencia, la reciente sucesión de gestos y declaraciones ha demostrado que la distancia entre ellas persiste. “Los abuelos de mi nieto se merecen todos mis respetos, pero yo también merezco respeto”, remató Terelu, poniendo un broche rotundo a un nuevo episodio del mediático desencuentro.