Barack y Michelle Obama pusieron el broche final a sus vacaciones de verano con un exclusivo fin de semana a bordo del superyate de Steven Spielberg, valorado en más de 200 millones de euros y fondeado frente a la costa de Portofino, Italia. La exprimera dama fue la primera en llegar al barco del cineasta, donde fue recibida con un cálido abrazo. Horas más tarde se unió a ella el expresidente de Estados Unidos, acompañado por su equipo de seguridad. Michelle optó por un look cómodo y desenfadado: vaqueros, camiseta blanca, mochila al hombro, gafas de sol y sandalias de plataforma. Barack, en cambio, lució una camisa marrón, pantalones blancos y un sombrero a juego.
La amistad entre el matrimonio Obama y Spielberg se remonta a la campaña presidencial de 2008, cuando el director apoyó públicamente la candidatura de Barack y participó en actos de recaudación de fondos. Desde entonces, se les ha visto compartir momentos memorables, como el concierto de Bruce Springsteen en Barcelona —amigo de ambos— o vacaciones en Mallorca, donde Michelle fue fotografiada con sus hijas, Malia (26) y Sasha (24), en Puerto Portals, mientras muchos se preguntaban por la ausencia de Obama.
© GTRESEn esta ocasión, el destino elegido ha sido Italia. Barack, de 64 años, y Michelle, de 61, reaparecen tras acallar los rumores de separación en el podcast de Michelle y su hermano Craig Robinson, IMO, el pasado mes de julio. Ella aseguró entonces que “no ha habido un solo momento en [su] matrimonio en el que [ella] haya pensado en dejar a [su] hombre”. Y añadió: “Hemos pasado por momentos muy difíciles y hemos tenido muchos momentos divertidos, muchas aventuras y me he convertido en una mejor persona gracias al hombre con el que estoy casada”.
© Getty ImagesEl hecho de que Michelle Obama decidiera no acompañar a su esposo en algunos eventos públicos fue para algunos una muestra de que algo no marchaba bien en el matrimonio. A inicios de año, la autora decidió no acompañar a Barack en el funeral del presidente Jimmy Carter, y después se ausentó en la investidura de Donald Trump. Pero ella misma lo aclaró con contundencia: “Eso es con lo que luchamos las mujeres: decepcionar a la gente. Tanto es así que este año la gente ni siquiera podía imaginar que estaba tomando una decisión por mí misma. Tuvieron que asumir que mi esposo y yo nos divorciamos. No podría ser una mujer adulta tomando decisiones por sí sola, ¿verdad? Pero eso es lo que la sociedad nos impone”.
© Getty ImagesY profundizó sobre la presión social sobre las mujeres- “Empezamos a preguntarnos: ‘¿Qué soy? ¿Qué estoy haciendo? ¿Para qué hago esto?’ Y si no encaja en el estereotipo de lo que la gente cree que deberíamos hacer, entonces se etiqueta como algo negativo y horrible”, opinó. Pero celebró en el momento actual en el que se encuentra: "Quiero decir que en esta etapa de la vida para mí, personalmente, es la primera vez que he sido completamente libre. He experimentado una liberación donde cada decisión que tomo no tiene que ver con mi esposo, ni con su carrera, ni con mi familia, ni con las necesidades de mis hijas ni con su futuro; se trata totalmente de mí”. Y concluyó con un mensaje de satisfacción: “Aquí es cuando empezamos a vivir, señoras”.
