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En una noche en la que el talento emergente fue el gran protagonista, hubo un detalle que hizo que todos los asistentes sonrieran: los helados de Regma. El stand de la firma cántabra se convirtió en parada obligatoria.
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Allí, los invitados pudieron disfrutar de una carta de sabores pensada para todos los gustos: desde los clásicos que nunca fallan, como mantecado, chocolate, nata o fresa, hasta propuestas irresistibles como tarta de queso, moka, stracciatella, avellana o limón. Y porque la indulgencia puede ser también ligera, había opciones sin azúcar, así como conos sin gluten, demostrando que el placer de un buen helado puede ser para todos y compartido.
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El momento de elegir entre vasito o cono se convirtió en un ritual divertido, y más de un invitado no dudó en repetir para probar varios sabores. Bajo las luces del hipódromo, con la música y el ambiente festivo de fondo, los helados se transformaron en un auténtico símbolo de celebración, en ese gesto sencillo y dulce que une generaciones.
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Pero la presencia de Regma en el evento fue mucho más que un detalle gastronómico: fue también el escenario perfecto para anunciar una gran noticia. La marca, que ya es un emblema en Cantabria y cuenta con locales en distintas ciudades de España, prepara la apertura de una nueva tienda en Madrid, un paso que promete acercar su experiencia heladera a un público aún más amplio y cosmopolita.
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Este movimiento se suma a la evolución que está viviendo Regma en los últimos años: una nueva línea de interiorismo de sus heladerías, desarrollada por Zooco Estudio, que aporta un aire contemporáneo y elegante a sus espacios; y un packaging renovado, pensado para reflejar la frescura, el diseño y la calidad que definen a la firma. Todo ello sin perder de vista lo más importante: esa manera única de elaborar helados con alma artesana, tradición familiar y un sabor que ha marcado generaciones.