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Recordamos la entrevista más difícil de Robert Redford en ¡HOLA!: "Ha sido muy dura la separación"


De su 'rechazo' a Elizabeth Taylor al divorcio del gran amor de su vida y madre de sus cuatro hijos, Lola van Wagenen


Robert Redford© Getty Images
17 de septiembre de 2025 - 20:30 CEST

Se ha apagado una estrella en Hollywood. Robert Redford nos ha dicho adiós. El actor y director, eterno galán del cine a su pesar –“no comprendo por qué las mujeres tienen que casi enloquecer al verme”, llegaría a decir- falleció ayer a los 89 años en su casa de Sundance, en las montañas de Utah, “el lugar que amaba y rodeado de aquellos que le querían”. 

Media Image© Archivo ¡HOLA!

Nos deja un legado inmenso. Clásicos que pertenecen a la historia del Séptimo Arte -como Dos hombres y un destino, El golpe, Todos los hombres del presidente o Memorias de África-, que mantendrán por siempre viva la leyenda del mito que, en verdad, soñó antes con los pinceles que con la actuación. “De mi pasado sólo recuerdo que, como no tenía dinero, me dedicaba a pintar cuadros (…) Como me gustaba mucho el helado, casi siempre hacía retratos de gente comiendo helado”.  

A principios de los setenta, cuando ya era el ídolo de América, ¡HOLA! publicaba un reportaje, en exclusiva, en el que hablaba, como nunca antes, de su vida... y del precio de la fama.

El día que rechazó a Elizabeth Taylor 

“Hace seis años, yo no era lo que soy hoy, bien es verdad, pero ya entonces sabía lo que quería y cómo podía lograrlo…”. Tanto así que, como contábamos en las páginas de nuestra revista, ‘se resistió’ a la mirada violeta de Elizabeth Taylor, una de las reinas de la industria. 

Media Image© Archivo ¡HOLA!

La actriz quería que Redford protagonizase con ella la película El graduado -una cinta que tendría un gran éxito-, pero, como él confesaría después, “no me gustó la película cuando la vi terminada, y pensé que los Burton habían hecho mal en hacerla… por eso no acepté el papel”.

“Recuerdo que todos los que estaban conmigo se asombraron mucho. ‘¿No quieres trabajar con los Burton?’, me preguntaron con extrañeza… no comprendí entonces el porqué, ni en verdad lo comprendo ahora…, como si el simple hecho de que los Burton fueran los Burton, tuviera que ser una obligación para aceptar un papel con ellos”. 

Taylor -al menos públicamente- no mostró su malestar, pese a su sonada negativa, “ella procuró que su malhumor no fuera conocido por todos”, rezaba nuestro artículo.

Media Image© Archivo ¡HOLA!

"Se negó a saludar a la madre de Jackie Kennedy"

Tenía por costumbre “mantenerse alejado de las personalidades”. Por ello tampoco le dio mucha importancia a que Jackie Kennedy fuese una de sus admiradoras más célebres. 

Era una de las personas más importantes del mundo -la viuda de América-, pero a él no le importaba. Cuando Jackie se presentó junto a su madre, Janet Auchincloss, en el set de rodaje del Great Gatsby -que el actor protagonizaba junto a Mia Farrow-, ni siquiera se acercó a hablar con ellas. 

“Lo acusaron de arrogancia, de frialdad y de orgullo, pero él sigue en las suyas y no se deja impresionar. Es su modo de mantenerse alejado de los cotilleos del mundo en el que se desenvuelve”. 

Media Image© Archivo ¡HOLA!

El orgullo era, en efecto, el mayor de sus defectos, como él mismo reconocía. “Los demás problemas”, decía, sincero, “proceden de mi fama. Ella me los ha ocasionado, y el peor de todos es que he llegado a un punto en que les tengo miedo a las chicas, especialmente cuando tienen que trabajar conmigo”.

"Ha sido muy dura la separación"

Tenía un pacto, no casarse hasta los 35, que rompió cuando Lola van Wagenen se cruzó en su camino. Cuando la “encontré, no lo dudé ni un momento y decidí casarme… Lo hice quince años antes de lo que había decidido hacerlo… claro que, cuando uno encuentra a una persona que se sube a la montaña contigo, que rama en tu bote a tu lado y que sabe estar junto a ti sin crearte problemas…, sería una tontería esperar quince años sólo por una idea juvenil. ¿No les parece?”.

Se conocieron en 1957, en Los Ángeles, y un año después se dieron el ‘sí, quiero’. Tuvieron cuatro hijos, Scott -que falleció a los pocos meses de nacer-, Shauna, James -quien perdió la vida a los 58 años a causa de un cáncer- y Amy.

Media Image© Archivo ¡HOLA!

Tras casi tres décadas de amor, en 1985, llegaba su separación, y el actor hablaba, por primera vez, de su ruptura, con ¡HOLA!: “La vida de un actor es difícil, y más cuando estás casado con una mujer que no tiene nada que ver con esta profesión. Lola tiene sus estudios de Psicología y analizaba todo, no comprendía muchas cosas. Sin embargo, de haber sido actriz, lo hubiera visto desde otro prisma”. 

Reconocía, también, que, para él, “ha sido muy dura la separación matrimonial… fueron muchos años de convivencia y de compartirlo todo”. 

Al hacerse pública la ruptura, sonaban con fuerza los rumores de un romance con su compañera Debra Winger -a la que conoció en el rodaje de Peligrosamente juntos-. Un romance que, aseguraban, había traspasado la pantalla, aunque él lo negaba, con severidad, a nuestra revista: “todo lo que se ha publicado sobre esta historia es falso. Mi relación es meramente profesional, pero parece ser que hay personas que confunden los términos”.

Media Image© Archivo ¡HOLA!

Su discreto romance que no duró mucho -ella después se casaría con Timothy Hutton-. 

“No me preocupo de buscar una mujer para compartir mi vida. Cuando un matrimonio fracasa, se necesita un tiempo para reflexionar sobre el camino que ha de seguir”, señalaba. 

Siempre discreto sobre su vida privada, volvió a encontrar el amor al lado de la actriz brasileña Sonia Braga, aunque, sin duda, la otra mujer de su vida sería Sibylle Szaggars, su segunda esposa -con la que se casó, en 2009, en Hamburgo-.

Media Image© Archivo ¡HOLA!

La artista alemana y el actor se conocieron en 1996, en Utah, y, como ella explicaría más tarde, no era consciente de la fascinación que suscitaba su marido ni “conocía ninguna de sus películas”. Un “comienzo maravilloso”, puesto que “empezó como dos seres humanos que se conocieron y encontraron una conexión como seres humanos, en lugar de verse influenciados por el éxito”.

Después de casi treinta años juntos, ahora, Sibylle despide a su último amor, y el mundo llora con ella la pérdida de un mito que deja huérfanos a los amantes del séptimo arte. 

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