Iván Helguera colgó las botas a finales de 2008 tras jugar durante siete temporadas en el Real Madrid, equipo con el que ganó tres ligas, dos Supercopas de España, dos Champions, una Supercopa de Europa y una Intercontinental. Desde entonces, lleva una vida muy tranquila junto a su mujer, la que fuera periodista deportiva Lorena Casado, y sus dos hijos, Lucca y Enzo, de 19 y 17 años. Aunque prefiere evitar los focos, anoche hizo una excepción: acudió al estreno de El cautivo, la nueva película de Alejandro Amenábar, y posó así de sonriente para los fotógrafos. Lo hizo acompañado de su esposa y de su primogénito, que apunta maneras como joven promesa del tenis.
Tras retirarse del fútbol, Helguera comenzó una nueva vida como agente inmobiliario, aprovechando los conocimientos en finanzas de su mujer. "Buscamos terrenos, vendemos edificios, tenemos hoteles...un poco de todo y no nos va nada mal", contó recientemente en el podcast Offsiders. "Hay que intentar diversificar y a la vez pasarlo bien", añadió. Además, aseguró que "no es tan difícil ganar dinero como la gente se cree, lo que pasa es que tenemos un déficit importante en España sobre el aprendizaje de la economía". Para triunfar en esta profesión, explicó, estudió “dos años sobre las bolsas”.
Al lado de Lorena, el exfutbolista ha construido la vida que siempre soñó. Se casaron el 9 de julio de 2004 en la iglesia de San Pedro Apóstol, en la localidad cántabra de Noja, y celebraron el banquete en el Palacio del Marqués de Albaicín.
Al enlace acudieron más de 300 invitados, entre ellos, los entonces futbolistas Manolo Sanchís, Emilio Butragueño, Aitor Karanka, Michel Salgado o el francés Claude Makelele.
Una vez convertidos en marido y mujer, la felicidad del matrimonio aumentó con la llegada de sus dos hijos, a quienes han inculcado la pasión por el deporte, aunque ellos se han decantado por la raqueta en lugar del balón. "Juegan al tenis, lo hacen bien y, bueno, es un deporte complicado, pero les gusta”, expresó con orgullo Helguera en declaraciones a Europa Press. “La verdad es que ya tienen una edad en la que podrían estar haciendo otras cosas y, sin embargo, practican deporte; para mí eso es maravilloso”.
Helguera ha reconocido que se sufre mucho como padre de dos jóvenes tenistas e incluso, a veces, cuando juegan, tiene que marcharse de la pista. Pese a ello, se muestra realista y su único objetivo es que ambos disfruten. "Ellos quieren competir y lo hacen bien, pero yo lo único que quiero es que hagan deporte. A todos nos gusta ganar y que nuestros hijos sean unos fenómenos y puedan llegar arriba, pero en el tenis es muy complicado", declaró en una entrevista con La Provincia. "Yo conseguí mi sueño, ser futbolista profesional y jugar en un equipo tan grande como el Real Madrid. Ahora les toca a mis hijos, que los dos juegan al tenis, luchar por conseguir sus sueños y, si no, pues que disfruten del deporte", añadió en declaraciones a La Tribuna de Albacete.