La casa donde María Jiménez vivió los últimos años de su vida, situada en Chiclana de la Frontera, es un fiel reflejo de la personalidad de la artista trianera: alegre, vital y colorida. Una vivienda de una sola planta con una enorme parcela, piscina y cerca de la playa, en donde la cantante se instaló en el año 2003, tras separarse de Pepe Sancho. La propiedad está compuesta por 4 apartamentos independientes, de unos 25 metros cuadrados cada uno, y ahora, algunos de ellos pueden alquilarse, tal y como ha contado el hijo de la artista, Alejandro: "Como lo diseñó ella y tal, es una cosita bonita de poder compartir con la gente", ha comentado en el programa Fiesta, de Telecinco. ¿Quieres conocer cómo es la casa por dentro? ¡No te pierdas el vídeo!