A sus 61 años y con una carrera marcada por papeles inolvidables, Russell Crowe ha cambiado el set de rodaje por el sol y la brisa de la Costa del Sol, donde se le ha visto disfrutando de unos días de descanso en Marbella, junto a su novia, Britney Theriot.
El actor neozelandés, ganador del Oscar por Gladiator, ha optado por un plan sencillo y relajado: paseos por la arena, baños en el Mediterráneo y largas conversaciones al sol con su pareja, con quien mantiene una relación estable y discreta desde hace varios años. Sin prisas ni protocolo, Crowe paseó con bañador centrado en saborear la tranquilidad del verano andaluz.
Este paréntesis vacacional llega justo antes de que el actor retome la promoción de su nuevo trabajo, Nuremberg, en el que interpreta a Hermann Göring, un papel tan desafiante como alejado de su imagen habitual, que se presentará próximamente en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
Marbella se ha convertido en el refugio perfecto para uno de los grandes del cine internacional. Y Russell Crowe, lejos del rugido de los estadios romanos, ha encontrado aquí su propia versión del descanso del guerrero.