Kiko Rivera ha vuelto a su casa familiar donde permanecen sus dos hijas e Irene Rosales. El hogar donde formó una familia con su exmujer y en donde ha vivido tantos años felices con su círculo más cercano (sus pequeñas, Ana y Carlota; y Fran, su hijo mayor, fruto de su relación con Jessica Bueno). El Dj, de 41 años, ha regresado al domicilio sevillano, a las afueras de la ciudad, en el municipio colindante de Castilleja de la Cuesta, sobre las 9:30 horas de la mañana, vestido con ropa deportiva color rojo y subido en una moto con la que ha accedido hasta el interior del garaje, sin hacer declaraciones.
El motivo de su visita
El hijo de Isabel Pantoja, que ha dejado claro que no piensa "sacar partido económico" de su ruptura matrimonial, ha vuelto al que ha sido su hogar durante años en medio de fuertes rumores que relacionan a su exmujer con una posible 'nueva ilusión'. Kiko llevaba una semana en paradero desconocido, aunque algunas voces habían asegurado que el hijo pequeño de Paquirri se hospedaba en casa de un buen amigo, dada la tensa relación que mantiene con el resto de los miembros de su familia.
Hace unos días, el cantante anunciaba en sus redes sociales que muy pronto se instalaría en su nuevo hogar, por lo que esta última visita a la que ha sido su casa hasta ahora, podría deberse a su necesidad de ultimar algunos detalles de su inminente mudanza y como es lógico, para visitar a sus dos hijas. "Solo os pido un poco de paciencia para terminar de acomodarme y sobre todo, para poder instalarme en mi nueva casa", les decía Kiko a su más de 1 millón de seguidores la semana pasada.
La mudanza
Kiko Rivera ya ha sacado algunas de sus pertenencias de su casa familiar a su nuevo domicilio, tal y como se ha podido ver en el programa TardeAR, de Telecinco, que emitía las imágenes de Kiko Rivera, visiblemente más delgado, caminando hacia una furgoneta de alquiler de mudanzas."Llegó solo, contrató varias furgonetas de alquiler y, aunque contaba con la ayuda de cuatro chicos, al final se marchó en su propio coche", aseguraba una persona, testigo de la escena.