El mundo de la cultura llora la pérdida de Eusebio Poncela, fallecido en Madrid a los 79 años. Actor de cine, teatro y televisión, fue uno de los grandes nombres de la interpretación en España, reconocido por su magnetismo en escena y su capacidad para dar vida a personajes intensos y complejos. A lo largo de cinco décadas de carrera trabajó con directores de referencia como Eloy de la Iglesia, Iván Zulueta, Pedro Almodóvar o Juan Carlos Fresnadillo, y su nombre quedó ligado a títulos imprescindibles como 'La semana del asesino', 'Arrebato' o 'La ley del deseo', considerada una de las películas más emblemáticas del cine español contemporáneo.
También en televisión y teatro dejó una huella profunda, construyendo una trayectoria que osciló siempre entre el riesgo artístico y la autenticidad. La Academia de Cine quiso rendirle homenaje recordando uno de sus hitos profesionales: “Fallece el actor Eusebio Poncela a los 79 años. En 2001 fue nominado en los Premios Goya a Mejor Actor Protagonista por la película Intacto”.
Criado en Vallecas, su infancia no fue fácil: expulsado de numerosos colegios, se forjó un carácter indomable que lo acompañaría toda su vida. Él mismo solía contar que en los setenta estuvo en París y que también probó el Nueva York contracultural. Esa irreverencia vital, ese espíritu inconformista, quedó siempre reflejado en su forma de interpretar.
Su debut en el cine llegó en 1972 con ‘La semana del asesino’, de Eloy de la Iglesia, en la que encarnaba a un personaje atrapado en una relación ambigua con el protagonista. Era un papel adelantado a su tiempo, con el que ya dejaba entrever la inclinación que tendría por dar vida a personajes incómodos y arriesgados.
La consagración no tardó en llegar. En 1979 protagonizó ‘Arrebato’, de Iván Zulueta, una película que, con el paso de los años, se convirtió en obra de culto. El film, arriesgado en fondo y forma, reflexionaba sobre la adicción, el poder de las imágenes y el vacío existencial. Hoy es una referencia ineludible para entender la modernidad del cine español.
En la década de los ochenta, su rostro pasó a ser uno de los más representativos del cine más innovador. Pedro Almodóvar confió en él para películas como ‘Matador’ y, sobre todo, ‘La ley del deseo’. Allí dio vida a un director de cine enamorado del personaje interpretado por Antonio Banderas, en una historia en la que también brilló Carmen Maura. Esa película no solo marcó un antes y un después en la filmografía de Almodóvar, sino que también en el cine español. De aquella película queda grabado un diálogo inolvidable, que hoy muchos recuerdan como el mejor resumen de lo que Poncela transmitía en pantalla: “Antonio, cariño, aunque tú lo hayas decidido así, no estoy enamorado de ti. Me emociona tu ternura, pero no te recomiendo que te enamores de mí, soy demasiado egoísta y llevo una vida incompatible”.
Más allá del cine, su compromiso con el teatro fue absoluto desde finales de los sesenta, cuando comenzó a forjarse como intérprete sobre las tablas con compañías punteras de la época. A lo largo de su carrera trabajó en montajes de autores clásicos y contemporáneos, desde Shakespeare hasta Valle-Inclán, pasando por obras que exploraban la modernidad y el riesgo escénico, un terreno en el que siempre se sintió especialmente cómodo. La fuerza de su voz, su imponente presencia y esa capacidad única para dotar de verdad a cada gesto lo convirtieron en un actor imprescindible en los escenarios españoles.
En televisión también dejó una impronta profunda. Durante las décadas de los setenta, ochenta y noventa participó en producciones que marcaron a toda una generación, entre ellas la popular serie 'Los gozos y las sombras', adaptación de la obra de Gonzalo Torrente Ballester en la que encarnó a Carlos Deza, un papel que le dio gran notoriedad entre el gran público. Posteriormente intervino en otras ficciones como 'La huella del crimen' o 'El comisario', siempre fiel a un estilo sobrio, magnético y cargado de intensidad.
El gran público pudo disfrutarlo en producciones muy recordadas, entre ellas la serie histórica 'Isabel', en la que dio vida al Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, un papel que puso de relieve, una vez más, su capacidad para dotar de hondura y magnetismo a personajes complejos. Cada aparición suya en la pequeña pantalla era sinónimo de autenticidad, reafirmando que su talento no conocía fronteras entre el teatro, el cine o la televisión.
Su último proyecto televisivo
El actor volvía a la pequeña pantalla con 'Matices', el thriller estrenado en junio que ha captado todas las miradas por su trama intensa y su reparto estelar. En esta serie interpretaba al carismático Dr. Marlow, un psiquiatra con métodos poco convencionales que logra resultados extraordinarios con pacientes que arrastran traumas complejos. Junto a él, Elsa Pataky, Juana Acosta, Maxi Iglesias y Hovik Keuchkerian completan un elenco que mantiene al espectador en tensión capítulo tras capítulo. Esta producción confirmaba, una vez más, la versatilidad y la fuerza magnética de Poncela en roles dramáticos y misteriosos, consolidando su legado como uno de los grandes de la interpretación española.