Después de superar momentos muy complicados, Gabriela Guillén nos abre las puertas de su corazón para hablar del gran protagonista de su vida, su hijo de año y medio David, así como de su actual relación con el padre del niño, Bertín Osborne.
© Pepe MesaFueron meses complicados en los que Gabriela decidió que no quería que su hijo creciera sin un padre en el que apoyarse, ya que en su infancia tampoco estuvo presente esta figura. Así es como, en un momento de serenidad y calma, lleno del amor que David le ha traído a su vida, la empresaria se abre para contarnos detalles sobre su nueva vida como madre y a quién se parece su niño.
© Pepe MesaSin duda David ha sido un regalo del cielo para Gabriela, ya que siempre quiso ser madre pero, con el paso del tiempo lo había descartado. Es por ello que eligió su nombre por significar “el amado de Dios”. “Él es mi rey, el motor de mi vida. Para mí, su llegada fue un milagro, porque ya me había resignado a no ser madre”, confiesa emocionada. Desde ese instante, para ella, todo en su día a día gira en torno al bienestar de su hijo.
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© Pepe MesaSobre el parecido de David con sus padres, tanto en lo físico como en la personalidad, Gabriela nos cuenta que muchas personas le dicen que les recuerda a ella, pero cree que hay rasgos que lo vinculan sin lugar a duda de forma innegable a su padre. “Es idéntico, se ríe igual que él. La misma sonrisa picarona. Así, como de lado.”, asegura.
© Pepe MesaAdemás de esa sonrisa tan característica, David ha heredado el pelo rizado de la familia Osborne. Su piel, mucho más clara que la de Gabriela, contrasta con unos ojos idénticos a los de su madre, enmarcados por largas pestañas y cejas rubias que llaman la atención de todos. Una combinación única que hace del pequeño un niño muy especial.
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© Pepe MesaLa conexión entre padre e hijo se nota. Gabriela cuenta cómo Bertín lo ha subido a caballo, lo ha acompañado en sus primeras brazadas en el agua y disfruta viéndolo reír a su lado.
© Pepe MesaAdemás, el pequeño ya ha empezado a hablar pronto, “el niño es maravilloso, supercariñoso. Y muy inteligente. Ha empezado a hablar pronto y ya se le entiende todo”, comenta Gabriela, que nos revela que, entre otras palabras, ya dice “papá”. Un niño despierto que aprende rápido y que se ha convertido en su mayor fuente de alegría. “He tenido una fuerza interna que me ha ayudado a avanzar. Él me ha hecho mucho más fuerte de lo que yo ya era antes”, nos explica.
© Pepe MesaCentrada en su papel como madre y en su proyecto empresarial, disfruta de la calma después de la tormenta, en una nube de amor con su hijo. Orgullosa de su presente, ha encontrado en su maternidad toda la fuerza necesaria para salir adelante, sanar vínculos y trabajar por y para el futuro de su hijo; siempre queriendo junto a Bertín, lo mejor para el pequeño.
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