La vida de Gabriela Guillén dio un giro de 180 grados el 31 de diciembre de 2023, cuando nació David, su hijo con Bertín Osborne. Del pequeño, de año y medio, sabemos que es "maravilloso" y "supercariñoso", tal y como confiesa la empresaria en nuestras páginas. "El niño es una monada, cariñosísimo, un amor", definía. Es por eso que el nombre elegido le queda como anillo al dedo: Arian David. Nombre escriturístico donde los haya, puesto que Gabriela siempre ha dicho que es creyente y, para ella, este nombre "significa mucho".
David, "el amado por Dios"
Concretamente, para la empresaria era de suma importancia que el pequeño se llamara David. Este es uno de los nombres tradicionales de niño más habituales en España. Sencillo y bonito, entraña un profundo significado muy ligado a la religión. De origen hebreo y bíblico, quiere decir “el amado por Dios”.
En nuestra conversación, Gabriela nos explica que el pequeño "es mi rey", haciendo referencia al rey David, uno de los grandes profetas del judaísmo y el cristianismo, conocido por haber vencido al gigante Goliat gracias a su admirable coraje y a su ingenio. "Por eso se llama así", comenta.
Según el Antiguo Testamento, fue elegido por Dios para gobernar Israel y fue un monarca justo y prudente, además de un apasionado de la música y la poesía. Por todo ello, el nombre de David se asocia al sentido de la justicia, a la valentía y al gusto por el arte.
Arian, "sagrado"
Esas cualidades las refuerza Arian, el primer nombre del hijo de Bertín y Gabriela Guillén, pues procedente del griego antiguo, significa ‘sagrado’ o ‘santísimo’ y, por tanto, se asocia a personas devotas y virtuosas. Otra variante de Arian que procede del galés se traduce como ‘plata’ o ‘blanco como la plata’ y denota fuerza.
La empresaria explica que el pequeño "me ha dado la vida". Puede ser que por eso hayan elegido un nombre que contenga tanta fortaleza. Gabriela nos confiesa que, durante estos dos años —tanto el embarazo como el año y medio donde ya tenía a su hijo— ha estado "realmente sola". "Ha sido duro. Muy muy duro", recordaba. Aunque, en medio de la tempestad, ha tenido una "fuerza interna que me ha ayudado a avanzar".
"Mi hijo me daba esa fuerza. Yo estaba luchando por él. Era verle la carita y que me volviera a nacer la ilusión. Él me ha hecho mucho más fuerte de lo que yo ya era antes", confesaba emocionada. Además, David ha ayudado a sus padres a arreglar sus diferencias, por muy difícil que fuera el proceso, para garantizarle una vida feliz y que no le falte de nada. Y para eso se necesita fuerza.
"Es un regalo"
Gabriela se deshace en halagos cuando nos habla de David. Para ella, la llegada del pequeño ha sido "un regalo de la vida". Desde hace un tiempo, ella "no pensaba ser madre", a pesar de haber querido "serlo siempre". Aunque habría preferido "tener a mi hijo dentro de una familia... digamos que homogénea o construida con amor", afirma que "Dios me tenía esto preparado".
A la empresaria, compaginar su negocio —que cumple un año en octubre y con el que le está yendo fenomenal— con pasar tiempo con su hijo le está resultando una experiencia complicada, "de las más duras de mi vida, porque quieres trabajar y también quieres estar con tu hijo". Es por eso que, todo el tiempo que no dedica a Duomar Salud y Bienestar, está enfocada al completo en su pequeño. Ni siquiera quiere buscar candidatos con quien compartir su vida, aunque pretendientes "no me faltan", nos explica divertida. "No valoro ahora mismo dedicar o perder mi tiempo con alguien sin tener la certeza de que ese alguien va a merecer la pena", afirmaba.