El verano avanza y, con él, la cuenta atrás para un cambio importante en la vida de Sofía Palazuelo y Fernando Fitz-James Stuart. En unas semanas, se convertirán en familia numerosa con el nacimiento de su tercer hijo, el primer niño, que nacerá en otoño y llevará el nombre de Fernando, como su padre y su abuelo materno. Sin embargo, lejos de detenerse, el ritmo familiar se está manteniendo activo en estas semanas previas.
Los duques de Huéscar están aprovechando el verano para pasar tiempo con sus hijas, Rosario, que cumplirá cinco años en septiembre, y Sofía, de dos años, en Sotogrande, una parada veraniega que forma parte de una tradición familiar que cada año reúne, en la costa andaluza, a varios miembros de la Casa de Alba. Cabe recordar que la lujosa urbanización gaditana no ha sido el único destino en su agenda estival. A mediados de julio, viajaron a la isla griega de Spetses y, poco después, fueron vistos en la localidad cántabra de San Vicente de la Barquera.
A principios de agosto, Sofía, que se encuentra en su octavo mes de embarazo, también asistió a la boda de la galerista Cristina Herraiz, en Galicia. Todo esto, mientras atraviesa la recta final de un embarazo que, según comentó durante su asistencia a la ópera en el Teatro Real, a finales del pasado mes de junio, está llevando con normalidad.
La llegada del nuevo integrante de la familia no será el único evento importante que marcará el otoño. En el calendario cercano, figuran dos bodas que concentran la atención del entorno familiar: la de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan, que se celebrará en Sevilla el 4 de octubre, y la de Fernando Palazuelo —hermano mayor de Sofía— con la actriz peruana Micaela Belmont, el 11 de octubre en Cáceres. Esta última ciudad tiene, además, un valor especial para el futuro cuñado de los duques, ya que allí última la reapertura del Palacio de Godoy como gran hotel, prevista para principios de septiembre.