,type=downsize)
El pasado 2 de junio, Jorge Romanov recibió la llegada de la pequeña Kira Leónida, su segundo hijo con la escritora italiana Rebecca Bettarini. Ahora el heredero al trono imperial ruso, como hijo de la gran duquesa María Vladimirovna Romanova —descendiente de Alejandro II de Rusia, el antepenúltimo emperador—, nos recibe en su casa de Moscú para presentarnos a la nueva princesa de la familia.
"Están siendo unas semanas más intensas, con dos niños en casa", nos reconoce el "zarévich" y también príncipe, como hijo de Francisco Guillermo de Prusia. "Pero estamos felices, adaptándonos a nuestra nueva realidad. Siendo la segunda, también es más fácil, que ya estábamos preparados para lo que iba a venir", añade Jorge.
© Casa Imperial Romanov—¿Cómo es la pequeña?
—Kira Leónida parece tener buen carácter. Es tranquila y sonriente. Nos deja dormir bastante más de lo que se esperaba. Ojalá siga así.
—Físicamente, ¿a quién se parece?
—Todos dicen que se parece a su papá.
—¿Cómo la ha recibido su hijo mayor, Alejandro? ¿Siente algo de celos?
—Como todos los niños, se pone, a veces, un poco celoso. Desde luego, es un cambio muy grande para él, que no tiene ni tres años.
© Casa Imperial Romanov—¿Y cómo lo gestionan su mujer y usted?
—Como le encantan los coches de juguete, nos aconsejaron que, cuando se la presentáramos, su hermanita le trajera un coche de regalo, así que compramos uno y pusimos a Kira Leónida dentro. Alejandro se entusiasmó más por el coche que por su hermana, la verdad, pero la cosa va mejorando. Su madre y yo intentamos que se sienta muy especial al ser hermano mayor.
© Casa Imperial RomanovBautizo en Moscú
—En julio, bautizaron a Kira Leónida en la catedral de Cristo Salvador de Moscú. Supongo que, hace años, no se imaginaba celebrar algo así en Rusia.
—Siempre es muy especial celebrar en nuestro país cualquier acontecimiento en nuestras vidas. Durante casi un siglo, ningún miembro de nuestra familia podía ni pensar en entrar en la Unión Soviética. De repente, en 1991, la familia fue invitada a volver. No solo hemos celebrado nuestro matrimonio y el bautizo de nuestros hijos. Ya celebramos la canonización del Zar y su familia, como los funerales oficiales de mis abuelos, los grandes duques Vladimir y Leónida en el panteón de los Romanov, en San Petersburgo.
—Al bautizo de Kira Leónida, acudieron Maximiliano de Habsburgo y Emanuele Filiberto de Saboya, junto a su pareja —Adriana Abascal—. Ambos son padrinos de su hija.
—Ella tiene quince padrinos y madrinas, entre los que también está mi primo David Bagration de Georgia. Emanuele Filiberto y Maximiliano de Habsburgo no son solo amigos sino familiares, con diferentes grados de parentesco. Claro, fue un placer pasar ese día tan importante juntos.
© Casa Imperial Romanov—Por supuesto, tampoco faltó a la cita su madre, la gran duquesa María Vladimirovna. ¿Cómo es su madre como abuela?
—Una abuela cariñosa. Siempre nos da buenos consejos y se vuelca plenamente en sus nietos, contándoles cuentos y mimándoles, como toda abuela.
—¿Cómo se define como padre?
—La paternidad no es algo fácil. Conlleva mucha responsabilidad el hecho de criar a las futuras generaciones. Todos los que tenemos hijos queremos dejar una huella en ellos, para que sean capaces de enfrentarse al mundo y ser mejores que nosotros. Ahora, son pequeños y disfrutamos de ellos, inventamos juegos… Siempre intento sacar mi lado más juvenil y juguetón cuando estoy con ellos.
Un hijo políglota: cinco idiomas
—Usted nació en España y su mujer en Italia, pero viven en Rusia. ¿En qué idiomas hablan con Alejandro?
—Él habla todos los idiomas que hablamos en casa: inglés, francés, italiano, español y ruso. No vivimos siempre en Rusia, sino entre Europa, Rusia y los Emiratos, donde estoy trabajando una temporada con mi consultoría. Es importante que los niños aprendan idiomas y diferentes culturas para que tengan la mente abierta.
—Aunque su hijo es muy pequeño, ¿le ha hablado de sus antepasados y de que es el heredero de la Casa Imperial rusa?
—Aún no. Ya habrá tiempo para conocer la historia de nuestra familia y la de su abuelo, el príncipe Franz Guillermo de Prusia, que es nieto del Káiser Guillermo de Alemania; así como la de la familia de mi abuela, los Bagration, Reyes de Georgia; o todos los enlaces dinásticos que tenemos con las diferentes casas reales.
"Vivimos entre Rusia, Europa y los Emiratos, donde trabajo con mi consultoría"
© Casa Imperial Romanov—Viviendo cerca de Moscú, ¿qué percibe del pueblo ruso?
—Cada año, pasamos una temporada en Rusia, en una "dacha" —casa de campo— a las afueras de Moscú. Los rusos tienen conciencia de su historia y su pasado. Aunque nuestra familia haya sido casi exterminada por los bolcheviques y desacreditada durante la época soviética, vemos que mucha gente sigue teniendo cariño a la dinastía Romanov, a su historia y lo que ha representado para su país.
—¿Ya ha venido a España con su familia, desde que fue padre? ¿La conoce Alejandro?
—Tengo amigos y a mi familia en Madrid. Pasamos mucho tiempo en España y siempre nos alegramos cuando vamos de vacaciones. Alejandro ya conoce varios sitios, como San Sebastián, las Baleares. Esperamos ir a Andalucía y la Feria de Sevilla.
—Está emparentado con nuestra Reina Sofía. ¿Qué destaca de ella y de Felipe VI?
—Sus vidas están dedicadas al servicio de su país. Son símbolos de continuidad y unidad. Un ejemplo muy importante para nosotros, para toda España y su imagen en el extranjero.
