Hay historias que parecen escritas para el cine, con un guion lleno de obstáculos, giros y finales inspiradores. La de Viola Davis es una de ellas. Nació en el corazón rural del sur de Estados Unidos, en una cabaña sin agua corriente ni electricidad, y creció soñando con un mundo que parecía inalcanzable. Hoy, a sus 60 años, es una de las actrices más laureadas de la historia, miembro del exclusivo club EGOT —que distingue a quienes han ganado Emmy, Grammy, Oscar y Tony—, figura de estudio en las escuelas de arte dramático y dueña de una colección de éxitos inolvidables.
La de Davis es de esas que se cuentan con reverencia, porque tiene todos los ingredientes de una gran historia: un comienzo humilde, una lucha constante contra la adversidad y un ascenso meteórico hasta la cima de la interpretación mundial. Nació el 11 de agosto de 1965 en la cabaña de una plantación, en St. Matthews, Carolina del Sur, donde su abuelo trabajaba como aparcero. Pasó sus primeros meses de vida en una casa de una sola habitación, sin agua corriente, antes de que su familia se trasladara a Rhode Island en busca de mejores oportunidades.
Sus primeros pasos profesionales fueron en el teatro, donde deslumbró en Broadway con interpretaciones que le valieron dos premios Tony: el primero en 2001 por King Hedley II y el segundo en 2010 por Fences, de August Wilson. Desde entonces, su trayectoria se convirtió en una sucesión de hitos: en 2015, hizo historia al ser la primera mujer negra en ganar el Emmy a mejor actriz protagonista de drama por Cómo defender a un asesino. En 2017, ganó el Oscar por la versión cinematográfica de Fences, junto a Denzel Washington. Y en 2023, su Grammy por la narración de sus memorias Encontrándome la incorporó al club más exclusivo del espectáculo.
Helen Hayes en 1977, Rita Moreno ese mismo año y Whoopi Goldberg en 2002. Solo ellas tres habían alcanzado antes el prestigioso EGOT, reservado a quienes poseen un Emmy, un Grammy, un Oscar y un Tony. En 2023, Viola Davis se sumó a este exclusivo panteón del talento, escribiendo su nombre junto al de estas leyendas. Además, es la primera actriz negra en alcanzar el EGOT y, al mismo tiempo, la “Triple Corona” de la interpretación —Oscar, Emmy y Tony por actuaciones—, un hito que solo 21 artistas han conseguido en toda la historia.
Davis siempre ha reconocido que su inspiración viene de grandes referentes que le enseñaron el valor de la verdad interpretativa: «Meryl Streep, Cicely Tyson y Whoopi Goldberg fueron mis modelos. Viéndolas, entendí que había un lugar para mí». Esa fe en su destino la llevó a graduarse en la prestigiosa escuela Juilliard, donde perfeccionó una técnica actoral que combina la fuerza dramática con una honestidad emocional sin fisuras. Ahora, su carrera está jalonada de colaboraciones con figuras legendarias como la propia Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Liam Neeson, Julia Roberts, Hugh Jackman y George Clooney, engrandeciendo cada producción con una presencia que parece multiplicar la intensidad de todo lo que la rodea.
Una filmografía para enamorarse
Si aún no conoces la obra de Viola Davis, aquí tienes algunas joyas imprescindibles. Cada una es un viaje único y, juntas, forman el retrato perfecto de su inmenso talento… y el plan ideal para un maratón de cine en casa este verano.
Cómo defender a un asesino (2014-2020)
Durante seis temporadas, Davis encarnó a Annalise Keating, una abogada y profesora de Derecho brillante, compleja y llena de secretos. Su papel le dio el Emmy a mejor actriz protagonista en 2015, convirtiéndola en la primera mujer negra en lograrlo en esa categoría. La serie es adictiva, con giros de guion inesperados y un personaje femenino tan fuerte como vulnerable. Ideal para maratones de fin de semana.
Criadas y señoras (2011)
En el Misisipi de los años 60, Aibileen Clark —interpretada por Davis— es una criada que ha criado a los hijos de familias blancas toda su vida, mientras guarda para sí una historia marcada por la pérdida y la injusticia. La película, basada en la novela de Kathryn Stockett, fue un fenómeno mundial, nominada a cuatro Oscar y ganadora de uno (Octavia Spencer, mejor actriz de reparto). Viola fue nominada al Oscar y al Globo de Oro por este papel, que muchos críticos calificaron como “el corazón de la película”. Si buscas una historia que combina emoción, historia y un mensaje de dignidad, esta es la tuya.
Prisioneros (2013)
Un intenso thriller dirigido por Denis Villeneuve. Davis interpreta a la madre de una de las niñas desaparecidas, en una trama que mantiene la tensión hasta el último minuto. Compartió pantalla con Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal, Maria Bello y Paul Dano en una película alabada por su atmósfera inquietante y sus interpretaciones. Perfecta para los amantes del suspense que buscan algo más que acción: aquí hay dilemas morales y emociones a flor de piel.
La duda (2008)
En apenas ocho minutos en pantalla, Viola Davis logró una nominación al Oscar a mejor actriz de reparto. Frente a Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman y Amy Adams, ofreció una escena tan poderosa que se estudia en clases de interpretación. Ambientada en un colegio católico en 1964, la película es un duelo de interpretaciones y un ejemplo de cómo el talento no se mide en minutos, sino en impacto. Si quieres ver lo que significa “robar una escena”, este es el título.
Un amor de película
Viola Davis siempre ha dicho que su vida personal es su mayor premio. En 1999 conoció a Julius Tennon en el rodaje de la serie City of Angels. Apenas tres semanas antes, había hecho una lista de las cualidades que buscaba en un compañero y las convirtió en una oración: «Alguien que entienda mi mundo, que sea generoso, que ame a Dios y que tenga sentido del humor». El destino le respondió.
Se casaron en 2003, adoptaron a su hija Genesis en 2011 y fundaron JuVee Productions, una productora que da voz a creadores diversos y a historias que rara vez llegan a la pantalla. Sobre su relación, Viola ha dicho: «A través del fuego y las pruebas de la vida, nos hemos sostenido, entendiendo que, pase lo que pase, la promesa es no soltarnos». Su secreto, según cuentan, está en compartir momentos sencillos, como charlar cada noche en el jacuzzi, desconectando del mundo y volviendo siempre a lo importante: ellos.
Un doctorado con mensaje
Hace apenas unos días, Viola Davis recibió el título de Doctora Honoris Causa por el American Film Institute. En su discurso, se dirigió a los nuevos graduados con una frase que resume su visión del arte: «Están creando historias para que la gente no se sienta sola... y para que puedan decir: “No soy la única”». Con más de sesenta créditos en cine y televisión, dos premios Tony, un Emmy, un Oscar, un Grammy y ahora un reconocimiento académico de este calibre, Viola Davis no solo ha conquistado la industria: ha cambiado la forma en que vemos a las protagonistas en la pantalla.