Entre concierto y concierto, una tarde de compras. Fue Carrie Bradshaw -la icónica protagonista de Sexo en Nueva York a la que dio vida Sarah Jessica Parker- quien popularizó la idea de que ir de tienda en tienda sustituía una clase de cardio en el gimnasio. Fue precisamente eso lo que Jennifer López debió pensar durante su estancia en Turquía: un viaje que se ha convertido en una pesadilla para ella.
Esta semana, la intérprete de Let's get loud tenía concierto en Estambul y, en uno de sus días de descanso, aprovechó para visitar el exclusivo centro comercial Istinye Park, donde Jennifer quería visitar algunas tiendas de lujo. Fue allí donde la cantante neoyorquina vivió una de las escenas más surrealistas de su carrera: se acercó al local de Chanel y, según informan medios locales como el periódico Turkiye Today, un guardia de seguridad que se encontraba dentro de la tienda le impidió que entrara.
Aunque se quedó sorprendida, Jennifer López mantuvo la compostura: "Está bien, no hay problema", le dijo al guardia de seguridad. La imagen fue viral y, aunque más tarde los empleados de la tienda intentaron convencerla para que volviera, ella se negó. En vez de gastar dinero en conjuntos de tweed y bolsos icónicos de la marca de Alta Costura francesa -como el Le Boy o el 2.55-, la cantante decidió gastar su fortuna en tiendas contiguas.
Pues bien, la cosa tiene truco. Según ha informado Page Six, la tienda de Chanel ubicada en ese espacio de Estambul tiene una malísima puntuación en Google. Muchos clientes, cuyas opiniones recoge el medio estadounidense, se han quejado de lo maleducados que son los dependientes y de la poca atención que se pone para que los compradores estén cómodos.
La lujosa tienda de alta gama situada en el Istinye Park de Estambul tiene una baja puntuación de 2.9 sobre 5 estrellas en Google. La mayoría de las quejas provienen de clientes enfadados por el mal trato que recibieron por parte del personal de seguridad.
"En lugar de tranquilizar a los clientes, crearon un ambiente incómodo y casi hostil", cuenta un cliente en una de las opiniones vertidas sobre la tienda en internet. "La diferencia entre el excelente servicio dentro de la tienda y este mal trato en la entrada es realmente decepcionante. Es una situación inaceptable para una marca de este nivel", añadía el consumidor hace tres meses.
Otro cliente escribió una queja similar por esas fechas, diciendo: "El personal del interior era increíblemente amable, profesional y servicial, tal y como cabría esperar de una marca de alta gama. Sin embargo, el equipo de seguridad fue una completa decepción. Su actitud era grosera y poco acogedora, tratando a los clientes con recelo en lugar de respeto, incluso a aquellos que claramente estaban allí para realizar compras importantes. Es inaceptable que una experiencia de lujo se vea arruinada en la puerta".
Las críticas negativas se remontan a hace tres años y llegan hasta la semana pasada. Una de las más recientes también recalcó el mal trato que recibió en la puerta, en una experiencia que seguro resuena con la experiencia de Jennifer: "¡Esta podría ser la peor sucursal debido al equipo de seguridad!", admitía un cliente.
Otra persona escribió hace una semana: "Tuve un incidente con uno de los empleados masculinos: cuando le pregunté por el precio con impuestos incluidos, me respondió en tono elevado: 'No te voy a atender'. El personal de seguridad (mujer) también se comportó de la misma manera, poco profesional. Chanel, como marca, debería preocuparse más por sus clientes y evitar contratar a personal poco profesional". Sin duda, la cantante de Jenny from the Block no ha sido la única que ha tenido que lidiar con un mal trago en esta tienda. ¿Pondrá también ella una mala crítica?