,type=downsize)
Durante el funeral de Ozzy Osbourne en Birmingham, celebrado la pasada semana, vimos a su familia devastada y unida. Tras un multitudinario homenaje por las calles de la ciudad que lo vio crecer y convertirse en leyenda de la música, llevaron a cabo en la más estricta intimidad las voluntades del príncipe de las tinieblas: ser enterrado junto al lago que hay en los terrenos de su impresionante mansión de Welders House, perteneciente al pueblo de Jordans, en Buckinghamshire. Días después de la despedida, todo ha estallado por los aires al descubrirse que la aparente armonía que vimos en su último adiós no era más que un espejismo.
© Getty ImagesEn sus 76 años de luces, sombras y excentricidades, tuvo seis hijos de dos matrimonios diferentes. Parte de esa vida privada la mostró en The Osbournes, reality show en el que mostraba su día a día más allá del espectáculo. Y es precisamente este formato el que nos da la primera clave del cisma familiar. Solo aparecían su mujer, Sharon, y sus dos hijos pequeños, Jack y Kelly. Aimee, la mayor, rechazó la posibilidad de aparecer porque quería volcarse en lanzar su propia carrera musical desvinculada de todo, deseo que tiempo después se hizo realidad bajo el nombre de ARO (sus iniciales). Todo apunta a que fue entonces cuando sus caminos comenzaron a distanciarse.
© Getty ImagesJack participó hace unas semanas en el podcast Disrespectfully, donde le preguntaron que si su hermana mayor se arrepiente de no haberse incorporado al reality con el que obtuvieron tanta repercusión internacional. Su respuesta cobra ahora más sentido que nunca. "Nunca he tenido esa conversación con ella, no tenemos ninguna relación. No tenemos una gran relación, ella será la primera en decírtelo, así que no es ningún secreto", explicaba. Esta situación se suma a la tensión que Aimee tiene desde hace años con su hermana Kelly, la más conocida del clan, como esta última contó: "No hablamos. Simplemente somos muy diferentes. Ella no me entiende y yo no la entiendo a ella".
© GTRESAimee, que se fue de casa con 16 años, regresó a la vida pública en el funeral de su padre. Durante el recorrido que hicieron por el centro de Birmingham, en el que participaron miles de seguidores, estuvo con la familia, pero las tensiones quedaron patentes. Ella estaba por un lado, mientras que por otro se encontraba su madre y sus hermanos, inseparables los tres y rotos de dolor por la muerte del que para todos ellos era mucho más que una leyenda de la música.
