Con la honestidad que la caracteriza, Jessie J ha vuelto a abrir su corazón a sus millones de seguidores para compartir un nuevo capítulo en su lucha contra el cáncer de mama. La artista británica, de 37 años, ha sido ingresada de urgencia en el hospital tras experimentar problemas respiratorios, apenas seis semanas después de someterse a una cirugía que ella misma describió como “el comienzo del verdadero reto físico”. “Así pasé las últimas 24 horas. Seis semanas después de la operación, y he vuelto a la misma planta del hospital. No lo esperaba ni lo tenía planeado”, confesó Jessie desde su cuenta de Instagram, acompañando sus palabras con una imagen desde la cama del hospital, con una vía intravenosa en el brazo.
Tras varios días de síntomas preocupantes que apuntaban a un posible coágulo pulmonar, la cantante confirmó: “¡No es un coágulo de sangre, gracias a Dios!”. Los análisis revelaron una infección aún por identificar y la presencia de líquido en los pulmones. “Me cuesta respirar, pero decidí darme de alta anoche —detesto estar en el hospital— y seguiré las pruebas como paciente ambulatoria”, explicó con la franqueza que la ha convertido en una figura aún más admirada durante esta etapa.
Aunque la buena noticia llegó hace unas semanas, cuando los médicos le comunicaron que el cáncer estaba en fase temprana y había sido extirpado con éxito, Jessie ha querido dejar claro que el proceso no termina ahí. “La recuperación física está lejos de ser rápida o fácil, y mentalmente ha sido el momento más desafiante para mí”, reconocía. La maternidad añade un reto extra en su día a día. Madre de un pequeño de poco más de un año junto a su pareja, el jugador de baloncesto Chanan Colman, Jessie ha descrito con emoción el impacto que la enfermedad ha tenido en su vida familiar: “Ser mamá con un bebé pequeño y no poder ser la madre que suelo ser ha sido especialmente duro”.
En sus publicaciones, no ha escatimado en sinceridad. “Cambiar los planes para mi carrera este año ha sido frustrante después de trabajar tanto para estar lista y emocionada por volver a los escenarios. Pero así es la vida, lo sé”, escribió. También ha querido lanzar un mensaje sobre la importancia de aceptar los tiempos del cuerpo y respetar el proceso: “Esta no es una recuperación rápida. Y no debería serlo”.
En tono íntimo y reflexivo, se describió a sí misma como “una Aries con TDAH, dragón escupefuego, T-Rex que siempre dice ‘puedo hacerlo sola, estoy bien’”, y reconoció lo difícil que le resulta bajar el ritmo. “Pero estoy encontrando la fuerza en saber que todo se puede adaptar a un ritmo más lento, con el apoyo de mi pequeño círculo íntimo. Vosotros sabéis quiénes sois. Gracias”.
Sus palabras no han pasado desapercibidas para sus fans, quienes han seguido cada paso de su batalla desde que, a principios de junio, compartiera su diagnóstico: “Me detectaron cáncer de mama temprano. El cáncer es horrible de cualquier forma, pero me aferro a la palabra ‘temprano’”. Un mensaje que acompañó de una promesa desde el escenario del Summertime Ball: “Este es mi último concierto antes de ir a vencer al cáncer de mama. Es muy especial para mí”.
La operación, que tuvo lugar poco después, fue seguida de un periodo de reposo complicado. En tono más desenfadado, también ha compartido momentos de humor en esta etapa: “Dos semanas después de la operación me quitaron el drenaje. Fue la sensación más extraña. Ahora estoy intentando averiguar cómo vestirme con mis pechos desiguales. El izquierdo me mira como diciendo ‘¿estás bien, cariño?’”.
A pesar de su fortaleza, Jessie también se ha permitido mostrar su vulnerabilidad: “Cuando me diagnosticaron entré en modo supervivencia. No tuve tiempo de procesar. Ahora estoy experimentando tristeza y frustración, procesando lo que está ocurriendo. Me siento un poco decepcionada conmigo misma por no despedirme de mi pecho anterior. Suena tonto, pero así me siento”. En una de sus últimas reflexiones, lanza un recordatorio tan claro como necesario: “Mi cuerpo y mi sistema inmune me han dicho: ‘Siéntate, idiota’”.