Brad Pitt ha vuelto. Y no solo como Cliff Booth, el doble de acción más carismático del Hollywood de Tarantino, sino también como ese galán de melena dorada que nos hizo suspirar en los años noventa. Las primeras imágenes del rodaje The Continuing Adventures of Cliff Booth, el spin-off de Érase una vez en Hollywood, ya han salido a la luz y nos han sorprendido a todos con el cambio de look que luce el actor, de 61 años.
Pitt, que en los últimos tiempos había optado por un corte de pelo mucho más corto y juvenil, que le sentaba de maravilla, reaparece ahora, por obra y gracia del cine, con una melena rubia y un bigote rubio que, a juzgar por las fotos, parece suyo. El resultado: un aire de galán truhan que desarma. Ese pelo largo, inevitablemente, nos lleva directo a sus papeles más icónicos de los años noventa.
¿Quién no recuerda al indomable Tristan Ludlow, en Leyendas de pasión (1994), con esa melena dorada al viento? ¿O al melancólico Louis de Pointe du Lac en Entrevista con el vampiro (1994), donde su cabello largo y cuidado acentuaba la fragilidad del personaje frente al malvado Lestat interpretado por Tom Cruise? Y no olvidemos su interpretación de Heinrich Harrer, en Siete años en el Tíbet (1997), con un corte en capas largas teñido de rubio platino, que le daba un aire de explorador existencial.
Este regreso al pelo largo, no es casual. Su contexto es otro. La secuela de Érase una vez en Hollywood, está ambientada en los años setenta y Cliff Booth, el doble de acción más cool del cine de Tarantino, vuelve a la vida con un look que mezcla nostalgia y provocación. Y lo cierto es que a Pitt le sienta muy bien.
El rodaje del spin-off de 'Érase una vez en Hollywood'
The Continuing Adventures of Cliff Booth nos sitúa en 1977, ocho años después de los eventos de la cinta original. Cliff Booth, tras enfrentarse al clan Manson, sigue su camino como solucionador de problemas en la industria del cine. La película, dirigida por David Fincher y escrita por Quentin Tarantino, promete un tono más oscuro y reflexivo. Y aunque Tarantino no dirige el largometraje, su sello narrativo está presente. El rodaje ha comenzado en Los Ángeles, y las imágenes muestran a Pitt con camisa amarilla estampada, vaqueros y gafas de aviador, fiel al estilo setentero del personaje. El bigote rubio, que algunos ya han bautizado como “el nuevo accesorio de Booth”, añade un toque de decadencia encantadora. Según Just Jared, el reparto incluye a Elizabeth Debicki, Scott Caan y Yahya Abdul-Mateen II.
¿Y qué hay del cabello? Pues sí, Brad ha vuelto a lucir melena, pero no por capricho nostálgico, sino por exigencias del guion. La historia se sitúa en plenos años setenta, y el personaje de Cliff Booth pide ese aire desenfadado de la época, donde los caballeros lucían pelo largo y con volumen. ¡Era la moda! Así que la magia del cine lo ha vuelto a hacer, porque en las primeras imágenes del rodaje vemos a Pitt con pelo largo cuando el actor había dado un giro radical a su imagen: pelo rapado, estilismo mucho más casual y ese aire de madurez relajada que no le queda nada mal.
En cualquier caso, este proyecto supone el reencuentro entre Brad Pitt y David Fincher, juntos hicieron algunas de las mejores películas del cine moderno, como El club de la lucha, Seven y El curioso caso de Benjamin Button. La película llegará a Netflix en 2026, y aunque no se considera una secuela directa, sí amplía el universo de Tarantino. Pitt ha declarado que es “un episodio”, una especie de spin-off que explora más a fondo a Booth, sin necesidad de repetir fórmulas. Así que sí, Brad Pitt ha detenido el tiempo. O al menos, lo ha hecho retroceder unas cuantas décadas. Y nosotros, encantados de volverle de nuevo con melena, aunque sea de ‘mentirijilla’.