La salida de Montoya del reality Supervivientes 2025 dejó impactado a todo el mundo que seguía al carismático perfil televisivo. Apenas unos días antes de la gran final, el exconcursante anunciaba su abandono definitivo de la televisión mediante un comunicado en el que dejaba claro que su prioridad era su bienestar mental: “Todo no vale en esta vida”, afirmaba con rotundidad.
Dos meses después del sorprendente 'adiós', Montoya reapareció en sus redes sociales, grabando un vídeo para sus seguidores en el que daba explicaciones de por qué había decidido dejar la televisión. “No soy un robot, soy una persona que sufrió, se enamoró y necesitó parar para no perderse a sí misma”, explicó entonces.
Tras varias semanas de absoluto silencio, Montoya decidió retirarse completamente de los focos, alejarse de los platós y centrarse en su recuperación. Su regreso generó un gran revuelo en redes sociales, al explicar, con total honestidad, lo que había vivido durante este tiempo. “Lo que me pasó le ha podido pasar a cualquiera, pero lo complicado es que se haga viral. Y cuando tu sufrimiento es objeto de consumo público, es muy difícil seguir adelante”, explicó en el vídeo.
Pues bien, apenas seis días después de su vídeo, el sevillano no ha querido perderse la Velada V, el evento organizado por el streamer Ibai Llanos que se celebró este sábado en el estadio de La Cartuja. Los allí presentes le han pillado siendo el Montoya de siempre, dicharachero y con mucha guasa, y el exconcursante no ha perdido la oportunidad para hacerse ver.
Ha sido en su ciudad natal, y rodeado de espectadores y fans, cuando Montoya ha vuelto a ser el de siempre: no en vano, las cámaras le han pillado bailando la 'Macarena', el icónico baile asociado a la histórica canción de Los Del Río. Sonriendo y sin miramientos, el andaluz no ha querido perderse el evento de su amigo Ibai.
Una ruptura televisada
El sevillano reconoce que el fenómeno mediático que vivió tras sus participaciones en televisión fue difícil de gestionar. Asegura que el verdadero punto de inflexión fue su ruptura con Anita Williams, retransmitida en directo y seguida con atención por millones de espectadores. “Lo que me pasó le ha podido pasar a cualquiera, pero lo complicado es que se haga viral. Y cuando tu sufrimiento es objeto de consumo público, es muy difícil seguir adelante”, explica.
Durante estos dos meses de desconexión, Montoya ha trabajado intensamente en su bienestar personal. En su mensaje destaca la importancia del apoyo profesional y familiar: “He aprendido a priorizarme, a cuidar mi mente y a no permitir que la exposición pública destruya mi felicidad”, señala. También insiste en que su vida no se reduce a la televisión: “No quiero ser parte de un circo mediático ni estar en los platós por obligación”, afirma.
Montoya reconoce que todavía está en proceso de recuperación, pero su discurso se centra en la superación y en el optimismo. “Ahora empieza una nueva etapa. Lo mejor está por venir”, asegura, dejando claro que su futuro lo construirá a su propio ritmo y lejos de cualquier presión externa.