Cuando aún resuenan los ecos de su última entrevista televisiva emitida la semana pasada, donde habló de algunos de los episodios más importantes de sus 49 años de vida, Blanca Romero ha vuelto a sincerarse como nunca sobre su lado más íntimo y personal. Para empezar, echando la vista atrás, la intérprete asturiana se considera una "afortunada y privilegiada" tras haber podido superar las adversidades que se han cruzado en el camino, ha dicho en declaraciones a Europa Press.
La actriz gijonesa, en pleno rodaje de su nueva serie que lleva por título Pura sangre, ha recordado cómo fue el dar a luz a su primogénita en septiembre de 1998 y los problemas de salud que padeció entonces. "El nacimiento de mi hija que fue traumático", ha reconocido. "El médico me dijo que podía quedar en silla de ruedas, coja o que podía haber muerto... y la niña camina, desfila, está sana y está bien", dice sobre Lucía Rivera (26), quien ha seguido sus pasos como modelo.
"Todas esas heridas están sanadas"
Sobre cómo fue la difícil crianza de su niña al ser Blanca madre soltera, y por las ausencias obligadas que esta tuvo debido a su trabajo en las pasarelas, señala que "todas las compañeras de profesión ven a sus hijos lo mismo, porque hoy están en Nueva York, mañana en París, luego haciendo en Japón...". En este sentido, reflexiona que "muchas veces nos sentimos culpables, pero viajamos por el mundo entero y es a lo que me dedicaba". Por ello, jamás renegará de lo que le dio comer a ella y a su hija, "tanto es así que hoy en día incluso ella ejerce de eso", apostilla.
La que fuera conductora de las campanadas 2024 en Mediaset y de programas como
"A Cayetano lo adoro y lo adoraré siempre"
Preguntada por cómo recuerda la época que vivió con su exmarido y padre adoptivo de Lucía, la actriz responde que "en la vida todo llega cuando tiene que llegar, en el momento oportuno. Tanto lo bueno como lo malo son lecciones para crecer y evolucionar". A partir de aquí, y teniendo claras sus ideas, sentencia que "a Cayetano lo adoro y adoraré siempre", ha dicho sobre el torero al que estuvo unida en matrimonio de 2001 a 2004. También sobre la que fue su suegra, la añorada Carmina Ordóñez, cuenta que la recuerda como "la morena más guapa que hubo en España", ha dicho al cumplirse el 21 aniversario de su trágica muerte.
Por último, al hablar del rodaje de la ficción en el que está inmersa para Telecinco, lo califica como "uno de los mejores de los que he hecho hasta ahora". Reconoce que "tenía mucho miedo a volver porque me fui muy cansada y quemada de las series, de estar horas y horas con tantísimo trabajo, pero estos diez años de descanso en el monte me han servido para volver con muchísimas ganas e ilusión". Además, al ser un reparto muy coral, tiene muchos ratos libres para estar con sus seres queridos. "Me está resultando superfácil y la gente con la que trabajo me quiere mucho", se ha felicitado.