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Mónica Pont está disfrutando de sus vacaciones de verano al lado de una de las personas más importantes de su vida, su hijo Javier Sagrera, fruto de su matrimonio con el empresario Javier Sagrera Sabater, de quien se separó en 2007. La modelo y la joven promesa de la Fórmula 1, de 21 años, han paseado su espectacular físico por las playas de lbiza, donde están aprovechando cada minuto de su tiempo juntos para bañarse en sus cristalinas aguas, tomar el sol y compartir confidencias entre madre e hijo.
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© GTRESUna promesa madre e hijo
Con un diminuto biquini color azul turquesa y gafas de sol oscuras, la actriz de Hostal Royal Manzanares puede presumir de conservar un físico imponente que, sin duda, ha heredado su único hijo. La intérprete catalana, que ha vivido en México durante más de un lustro, decidía volver a su país natal, donde ha elegido la isla balear como destino para pasar el mayor tiempo posible con Javier, quien siempre tuvo claro que su futuro estaba ligado al motor, lo que le ha llevado a vivir en Londres, lejos de su madre y mantener con ella una relación a distancia: "Hablamos todas las semanas por FaceTime y hemos llegado al acuerdo de pasar juntos, siempre que nuestros compromisos profesionales nos lo permitan, la Navidad, la Semana Santa y las vacaciones de verano. Tenemos muy claro que no queremos perder el vínculo afectivo entre madre e hijo", nos decía Mónica para las páginas de ¡HOLA! sobre la promesa que había hecho con el joven deportista.
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© GTRESSu ruptura con Javier Moro
El pasado mes de abril conocíamos la noticia de la ruptura entre Mónica Pont y Javier Moro tras varios meses de relación. La actriz salía del domicilio de su ex, donde se había instalado al comenzar su romance, con varias bolsas, cajas y maletas que guardaba en el maletero de un coche aparcado en el arcén de la calle Goya, junto al Parque de El Retiro, para dirigirse después a su nuevo hogar situado en una exclusiva urbanización al noroeste de Madrid, en la zona de Aravaca.
© Europa PressLa Fórmula 1: la pasión de Javier Sagrera desde que era un niño
Javier Sagrera lleva 9 años compitiendo, primero en karts y después en coches, cumpliendo así con el sueño que tuvo desde que era un niño. Su talento al volante y sus ganas por crecer como piloto le han llevado a ganar el campeonato europeo de F3 y fichar por un equipo alemán que pertenece a Mercedes-Benz: "Mi familia siempre ha sido muy aficionada al mundo de la gasolina. De hecho, mi padre fue piloto de rallies y compañero de escudería de Carlos Sainz. Quizá, sea ese el motivo de que me haya gustado siempre muchísimo este deporte. Recuerdo que, con tres o cuatro años, ya me ponía un casco y me subía a los karts, en los que me colocaban unos neumáticos en la espalda para que pudiera alcanzar los pedales. Pero todo empezó realmente cuando un día fui a un circuito de karting en la Costa Brava, donde vive mi familia. Yo tenía nueve años y, al verme pilotar, el propietario me preguntó si querría dedicarme profesionalmente a ello", comentaba Javier Sagrara en ¡HOLA!.
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