Gianluca Simeone y su novia, Eva Bargiela, nos anuncian que están esperando su primer hijo

En la vida de Eva Bargiela hay seguramente muchos cumpleaños que la han marcado, pero el del 23 de diciembre de 2023 le cambió la vida para siempre, aunque, en ese momento, ella no lo sabía. "Había ido con unas amigas a una discoteca a festejarlo y estuvimos charlando un rato con Gian, pero nada más que eso. Ni intercambiamos los teléfonos ni nada", recuerda la modelo, hoy novia de Gianluca Simeone, el segundo de los tres hijos de Diego Pablo Simeone y Carolina Baldini, con quien espera su primer hijo. "Después nos volvimos a reconectar por casualidad a través de una videollamada en Año Nuevo. Una amiga mía estaba hablando con Carla Pereyra por FaceTime y le comentó: “Aquí estamos con los hijos de mi marido”. Ahí apareció Gian en cámara y yo le dije: “Estuviste en mi cumple”". "Empezamos a charlar y todo se fue dando naturalmente. Yo estaba jugando en España y no podía volver a Argentina porque me quedaban cuatro o cinco meses más de partidos", recuerda Gian.

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—¿Cuándo se produjo el encuentro?

GIANLUCA.—Esperamos a que yo tuviera mis vacaciones para viajar a Argentina. Fue entonces cuando nos conocimos.

EVA.—Siempre digo que nosotros fuimos al contrario de lo que hace la mayoría hoy en día. Nosotros llevábamos cuatro meses de charlas divinas en la distancia y yo sabía todo de él y él de mí.

—Y cuando os visteis cara a cara, Eva, ¿surgió el flechazo?

—Él acababa de llegar a Buenos Aires y quedamos para merendar. Desde entonces, nunca más nos hemos separado.

—¿Cómo fue el momento en que os enterasteis que estabas embarazada?

E.—Estábamos en Madrid y, como soy muy regular, enseguida me di cuenta de que algo pasaba. Yo debía volver a Argentina, sí o sí, porque tenía unas campañas cerradas, no podía postergar mi vuelta. Entonces le dije a él que hiciéramos el test porque, si estaba embarazada, quería que nos enterásemos los dos juntos.

G.—Fue un momento de pura alegría. Pero la decisión de que yo volviese a vivir en Argentina ya estaba hablada desde antes del embarazo. No es que hayamos tenido que acomodar todo por el bebé.

E.—La ideal inicial era que yo empezara a trabajar un poco en España, pero, en octubre del año pasado, murió mi mamá y yo le dije: "Con todo el amor que te tengo, ahora no puedo instalarme en otro país, no puedo estar lejos de mis hermanas, de mi papá... Los necesito y me necesitan".

—¿Cuál es la fecha del parto, Eva?

—A mediados de octubre.

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—¿Tenéis planes de boda?

—La idea está ahí, pero ahora viene el nacimiento. Después veremos. A lo mejor es que nadie me ha propuesto nada todavía, ¿eh? (Ríe).

—¿Cómo recibieron vuestras familias el anuncio del embarazo?

E.—Lo mantuvimos guardado durante los primeros tres meses para nosotros y la primera que lo supo fue mi hermana, Mavi, porque yo tenía que hacerme una ecografía. Gian no estaba y quería que alguien me acompañara.

G.—Cuando el resultado de la eco salió bien, se lo empezamos a contar a todos.

El primer nieto

—¿Cuál fue la reacción?

G.—De mucha felicidad. Estaban todos locos de contentos, mis "viejos", mis hermanos (Giovanni y Giuliano), mis hermanitas (Francesca y Valentina). Mi abuela también se emocionó mucho. Es el primer nieto por parte de las dos familias. ¡Imagínate!

—Gianluca, compartisteis un vídeo durante una ecografía en Madrid y ahí estaban tus hermanas menores.

—Ahí supimos que era un varón. Mis hermanas no se lo podían creer, decían que iban a ser tías con muchísima emoción.

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—¿Cómo imaginas a tus padres como abuelos?

—Creo que mi papá va a serlo igual que es como padre. Alguien que transmite y da mucho cariño. Siempre está cuando tiene que estar. Y mi "vieja" lo mismo. A ella le dices: "Me tengo que ir a la Luna", y agarra una mochila y se va contigo. Está muy contenta y como abuela va a ser tan genial como lo es como mamá.

—¿Cómo estáis viviendo vosotros la etapa del embarazo?

E.—Estoy muy tranquila, cero ansiosa. Por mí, ni hubiera querido saber el sexo del bebé hasta el nacimiento. Me ocupo de que todo esté bien, me cuido, me hago todos los controles. Estoy disfrutando mucho todo el proceso.

G.—Yo la verdad es que estoy deseando que nazca ya, quiero verlo (risas).

—¿Tu cambio físico cómo lo llevas, Eva?

—Mirarte al espejo y no reconocer tu cuerpo es raro, ¿sabes? Ponerte tu ropa de siempre y que no te quede como tiene que quedarte... Por otra parte, en el día a día de mi trabajo, no me siento tan segura como me sentí siempre. Nunca imaginé que a mí me iba a pasar eso de que todos me dijeran "estás hermosa" y yo me viera, no sé, ¿rara? Mi trabajo es muy físico, muy de imagen y, de pronto, no sentirte cómoda con tu herramienta de trabajo te resulta extraño. No lo vivo de forma traumática, pero es lo que me ocurre.

—¿Tienes antojos?

—No, solo hambre todo el tiempo.

—¿Ya habéis elegido el nombre del bebé?

—Estamos entre dos o tres nombres, pero nada definido.

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—¿Empiezan con "G", como los nombres de los hermanos Simeone?

—No, todos los que tenemos en mente empiezan por la letra "A".

—¿Y los padrinos?

G.—El padrino va a ser Giuliano, mi hermano más chico, y la madrina va a ser Mavi, la hermana de Eva. Mi hermano estaba supercontento, muy motivado. No decía nada, pero, desde el principio, se le notaban las ganas.

E.—Eso fue lo que nos hizo decidirnos por ellos, ver que los dos tenían muchas ganas de ser padrinos.

—¿Cuál fue el primer regalo que recibisteis?

E.—En realidad, el primer regalo lo compró Gian.

G.—Un chupete y una camiseta, los dos con el escudo del Atlético de Madrid. Y el segundo regalo, un "body", pero de River. Ese fue de César, el papá de Eva.

—Para terminar, ¿os gustaría más de un hijo?

G.—A mí me gustarían tres, como mis hermanos y yo.

E.—Déjame pasar el primero para decidir (ríe). Yo me imagino otro hijo seguro, porque tener, al menos, un hermano es lo mejor de la vida. Después, lo que Dios quiera.