El nombre de Dani Rovira es, sin duda, uno de los primeros que vienen a la mente cuando se piensa en el mundo de la comedia española. El actor, presentador y humorista ha conseguido enamorar a su público, a lo largo de los años, a base de carcajadas, convirtiendo en comedia lo cotidiano, pero también abriéndose emocionalmente y con honestidad sobre sus luchas más duras y personales, como la del cáncer o la depresión.
En el año 2020, en pleno estallido de la pandemia, Dani se enfrentaba a su propia batalla tras recibir el diagnóstico de linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer del sistema inmune. Afortunadamente, unos meses más tarde daba una gran noticia: "¡Estoy curado!". Sin embargo, la mala racha no terminó entonces para el actor, quien tuvo que hacer frente en 2021 a una depresión.
"Cuando tu cuerpo se enfría y baja la revolución piensas: '¡Por lo que he pasado!'. Y ahí es cuando te pegas el gran hostión", ha confesado en una entrevista con El País. El cómico vivió con gran alegría su recuperación, pero fue al bajar la guardia y procesar todo lo ocurrido cuando se vino abajo: "Ojalá pudiese vivir todos los días lo que viví cuando me curé. Fue una epifanía brutal, pero es después cuando empiezas a no estar bien", ha contado.
Dani se ha mostrado muy sincero sobre lo que se le pasó por la cabeza en esos momentos. "Nunca creí que me iba a pasar a mí. Pensaba que era de gente débil", reconoce, aunque tiene muy claro que "no es así". "Al revés. Tiene que ver con cierta valentía. Algunas mañanas no me habría levantado en todo el día si no hubiese tenido a la perra", ha contado en esta entrevista.
Pero no es la primera vez que se enfrenta a la tristeza más profunda. En su nuevo monólogo para Netflix Vale la pena, reflexiona sobre la primera vez que sintió algo así: "Creo que hubo una fecha exacta. Más o menos hace unos once años, coincidió con el estreno de una película que se llamó Ocho apellidos vascos", ha revelado. Para él, el cine fue algo nuevo y el éxito le pilló desprevenido. "De la noche a la mañana me convertí en el protagonista de la película más taquillera de la historia del cine español", recuerda Dani. "Fueron unos meses donde comenzaron a pasar cosas extraordinarias y yo no sabía ni cómo gestionarlas".
En su monólogo, recuerda su historia de amor con Clara Lago: "Me eché pareja, la prota de la peli, una historia de amor superbonita. Todo genial, visto desde fuera". Sin embargo, unos meses más tarde, el actor se despertó llorando. Fue su entonces pareja quien le recomendó ir a terapia. Allí le explicaron que estaba atravesando un duelo y ni siquiera era consciente de ello. "Yo empecé a notar que ciertas cosas normales, cotidianas, la vida me las quitó". Desde entonces, Dani ha adquirido las "herramientas para combatir todo esto".
El humorista acaba de estrenar en Netflix Vale la pena, un monólogo grabado en el Teatro Coliseum de Barcelona en el que reflexiona, siempre en clave de humor, sobre el duelo, la fama, la nostalgia o la terapia, entre otros temas. De hecho, el monólogo comienza con el cómico saliendo de la consulta del psicólogo. Así, el regreso de Dani Rovira nos permite ahondar más en esta faceta personal del actor, que vuelve a enamorar a la audiencia desnudándose emocionalmente sin dejar de hacernos reír.