Julio Iglesias tiene una vida de película, de eso no cabe duda, y cada recuerdo que atesora el artista en su mente es una auténtica joya. Infinidad de experiencias que marcan una trayectoria inigualable en el mundo de la música, las que han forjado su leyenda y que él mismo rememora de vez en cuando para deleite de sus millones de fans por todo el planeta. Así ocurría este viernes cuando, a través de su perfil social, la estrella ha traído al presente el que es uno de los momentos clave que cambió para siempre su existencia.
"A la hora en que escribo estas palabras -que son siempre de agradecimiento-, recuerdo aquel año 1968, cuando el jurado de Benidorm dijo “sí” a La vida sigue igual", comienza diciendo el cantante madrileño afincando en Miami (EE.UU.) en su emotivo texto. Se refiere así al 17 de julio de la citada fecha, cuando se proclamó vencedor del popular certamen en la localidad alicantina con el que es uno de sus temas más míticos. Una victoria que, desde luego, supuso el gran empujón para su brillantísima carrera ya que hasta entonces era alguien bastante desconocido para el gran público.
"Una canción escrita con la emoción de quien enfrenta un futuro muy incierto, pero con una esperanza firme", señala Julio Iglesias sobre cómo fue el componer la letra y los acordes, en una época muy dura para él puesto que todavía estaba convaleciente del grave accidente de tráfico que había sufrido meses atrás y que lo tuvo inmovilizado una larga temporada. Ahora, tras viajar al pasado, señala que "57 años son muchos, pero siguen tan presentes como si fuera aquel año 68", dice sobre el tiempo que ha pasado desde que triunfara en lo que hoy se conoce como el Benidorm Fest.
"Siempre hay por qué vivir se convirtió en un pensamiento que aún permanece en mi vida. Gracias por tanto y por todo", concluye el artista en lengua hispana que más discos ha vendido a lo largo de la historia. Acompaña su mensaje con una foto en blanco y negro de aquella actuación, la que le descubrió a todo un país y le catapultó directamente a la fama. Una etapa en la que tenía solo 25 años y nadie o muy pocos presagiaban lo que vendría después, la historia de un hombre que soñaba primero con ser futbolista del Real Madrid y acabó siendo un ídolo de masas con sus inconfundibles melodías.
La canción se llamaba La vida sigue igual, un título que no fue en absoluto premonitorio de lo que estaba por llegar para él, ya que su vida cambió por completo gracias a ella. Antes de encandilar a varias generaciones, Julio Iglesias la grabó en un sencillo magnetófono con la única ayuda de su guitarra y se la ofreció a una discográfica. Su objetivo, que se la compraran para que otro más profesional la interpretara. Sin embargo, el gerente de dicha compañía quedó encantando tras escuchar la grabación y le hizo una propuesta en firme: "¿Y por qué no la cantas tú?".
Ante la pregunta, Julio Iglesias respondió negativamente: "Porque yo no soy cantante", les contestó (y quién lo diría, viendo la figura que este representa hoy en día). Finalmente, le convencieron y se presentó con ella al prestigioso festival, llevándose mucho más que el triunfo para casa. Este primer éxito le hizo firmar un contrato con Columbia Récords, recibir varios premios y ocupar el número uno en las listas españolas, lo que nos da una idea clara de la enorme repercusión que tuvo.
Con el tiempo, La vida sigue igual ha sido versionada por distintos grupos y solistas (como hizo Chayanne en 1994 o Tamara en 2005) y cantada en otros idiomas como el italiano o el portugués. De hecho, el fenómeno llegó a tal punto que se rodó y se estrenó una película con el mismo título en 1969, protagonizada por Julio Iglesias y con tintes biográficos, que narra la propia historia de su paso por el Festival de Benidorm.