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Teresa Urquijo y José Luis Martínez-Almeida bautizan a su hijo Lucas en una ceremonia familiar en la finca 'El Canto de la Cruz'

El alcalde de Madrid y su esposa han elegido el mismo escenario de su boda para esta celebración íntima


18 de julio de 2025 - 18:47 CEST

En abril de 2024, salieron de El Canto de la Cruz convertidos en marido y mujer. Quince meses después, regresan convertidos en familia para celebrar uno de los acontecimientos más emocionantes de su historia de amor. José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo han vuelto a la finca madrileña donde celebraron su boda, esta vez para bautizar a su hijo, quien llegó al mundo el 3 de julio en el Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario. Mientras que en su enlace reunieron a cerca de 500 personas —entre ellas el rey Juan Carlos, sus hijas y nietos—, en esta ocasión el matrimonio ha optado por un acto sencillo y muy íntimo, en el que todas las miradas se han centrado en el recién nacido. Con apenas dos semanas de vida, Lucas se ha convertido en el gran protagonista de su entorno.

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A media tarde ha comenzado el trasiego en los alrededores de esta finca ubicada en Colmenar Viejo, a los pies del imponente Cerro de San Pedro, en plena Sierra de Guadarrama. Primero se ha visto a un operario haciendo unos cambios en la bandera que preside la entrada a la propiedad e instantes después han acudido de forma escalonada los asistentes. El alcalde de Madrid ha llegado conduciendo su propio vehículo, un todoterreno oscuro en el que ha accedido a la propiedad evitando hacer declaraciones, quizá para no entretenerse demasiado y poder organizar los últimos detalles antes de dar la bienvenida a sus íntimos. 

También de los primeros ha sido Juan Urquijo, único hermano de Teresa y una de las piezas claves del bautizo. Y es que la pareja de Irene Urdangarin ha sido elegido como padrino del niño. Está volcado en su faceta de tío primerizo y no solo estuvo varias veces en el hospital, también visita con frecuencia la casa en la que se han instalado su hermana y su cuñado para no perderse nada de la evolución de Lucas. La madrina es Leticia, sobrina del alcalde que apuesta por la discreción. José Luis es el menor de seis hermanos y tiene un total de 17 sobrinos con los que siempre ha tenido una gran conexión. Para los Martínez-Almeida, la llegada de Teresa a sus vidas ha sido una bendición y con el pequeño están pletóricos.


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Poco a poco, y sin importar las altísimas temperaturas que marcan los termómetros de la capital este viernes, han continuado llegando los invitados.  En coches separados se han acercado Lucas Urquijo y Fernández de Araoz y Beatriz Moreno de Borbón-Dos Sicilias, los orgullosos abuelos del niño. También al volante de su vehículo ha accedido Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma,  que no puede estar más feliz con su bisnieto. La prima de Juan Carlos I, que está casada con Íñigo Moreno y de Arteaga y es una de las más distinguidas criadoras de caballos de pura raza árabe, está doblemente emocionada porque la finca es de su propiedad desde 1991 y para ella es muy importante que el pequeño Lucas reciba precisamente aquí las aguas bautismales. Tampoco ha faltado a esta cla otra bisabuela, Piru Urquijo, descendiente de Gregorio Marañón y una de las damas más queridas y admiradas de la sociedad madrileña.

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Con una enorme sonrisa ha entrado Magdalena Martínez-Almeida, que iba de copiloto en un coche conducido por su hijo Pablo de Borman. Cuando hace dos semanas fue al hospital a conocer a su sobrino ya dijo que Lucas es "una monada" y que están felices con el bebé. Mayi, como la llaman sus allegados, está encantada con esta nueva etapa que ha comenzado para José Luis. " Es indescriptible, no puedes describirlo, no te salen las palabras, cuando te lo ponen ahí, te lo dan, estás ahí dentro y lo ves salir... No tienes palabras. Ha sido un momento extraordinario. No se puede describir con palabras la emoción que uno siente", dijo el político horas después de convertirse en padre.

Magdalena Martínez-Almeida llegando al bautizo de su sobrino Lucas© GTRES

Martínez-Almeida y Teresa han dispuesto que la ceremonia religiosa se celebre en la capilla privada de la finca y que sea oficiada por dos sacerdotes: el párroco de Colmenar de Oreja y otro amigo cura al que la familia llama 'El Pater'. Después del servicio religioso, ya con el sol poniéndose, disfrutarán de un cóctel en el jardín que se extiende por 25 hectáreas y cuenta con unas vistas privilegiadas de Madrid. 


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