De Sevilla a la Costa Brava. Tana vuelve a escena para ser la joya con más brillo de la firma Rabat. Otro reto superado, ahora como imagen de su campaña de verano. Siempre ha estado a la sombra, pero, en respuesta a su inquietud, curiosidad y ganas de crecer, se ha ido dando más espacio. Cayetana, imparable, a sus 25 años.
La hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo es una mujer nueva que se atreve. Frágil y poderosa; un ejemplo de equilibrio entre la templanza y el rompe y rasga de su raza, porque lleva a sangre el legado de sus antepasadas la duquesa de Alba y Carmina Ordóñez.
Cayetana ya no tiene miedo y se la ve muy feliz aprendiendo, exprimiendo la vida, disfrutando de su familia, lo más importante; de su novio, Manuel Vega; de su pandilla, y de sus pasiones. Este 2025 está siendo el año del cambio definitivo. Tana avanza y encuentra su sitio entre dos mundos.
El de la tradición —la Semana Santa, la Feria, el Rocío, el flamenco (la vuelve loca una guitarra) y los toros— y el del día a día, en el que caben todos los proyectos de vida. En este reportaje, para el que se "viste" con oro y piedras preciosas, descubrimos qué le importa, cómo es y cómo piensa.
—En febrero, presentaste tu primera colección de moda, y ahora, te conviertes en amiga de Rabat. ¿Qué ha cambiado para que hayas dado pasos tan importantes?
—Creo que ha sido un proceso natural. He aprendido a confiar más en mí, a no tener miedo de probar cosas nuevas. Todo lo que estoy haciendo este año nace de un deseo genuino de crecer. Presentar mi primera colección de moda fue un reto precioso que me enseñó mucho sobre mí misma.
Me encantó el proceso creativo, me siento muy orgullosa del resultado y me gustaría volver a diseñar. No es algo que tenga en mente, pero si me lo vuelven a proponer, ¿por qué no? Confío mucho en mis diseños junto con ERAX. Y ahora, ser parte de la familia Rabat me hace especial ilusión. El trato que me dan y la pasión que transmiten por su trabajo hacen que todo sea aún más especial.
—¿Qué te ha conquistado de la firma de joyería?
—Lo que más me ha conquistado de Rabat es su capacidad para unir tradición y modernidad de una forma tan sofisticada. Cada joya tiene algo especial, una historia detrás, y al mismo tiempo refleja muy bien a la mujer actual: elegante, segura y con personalidad. Me siento muy identificada con esa visión.
Elegancia atemporal
—¿Con qué colección te quedas de todas?
—Si tengo que elegir una favorita, me quedo con Rabat Three Wishes. Tiene algo mágico… Es delicada, femenina y cada joya transmite un mensaje. Me parece muy bonito llevar algo con tanto significado tan cerca de ti. Pero también me siento muy identificada con Gold Essentials, porque representa esa elegancia atemporal que me encanta. Son piezas versátiles que puedes llevar en tu día a día, pero que también tienen ese brillo especial que eleva cualquier look sin excesos.
—¿Cuál es tu gema favorita?
—Me cuesta elegir, pero, si tengo que quedarme con una, diría el ónix. Para muchos esta gema puede simbolizar el luto, algo triste, pero para mí es todo lo contrario. Representa fuerza, elegancia, misterio, pero a su vez sencillez. Tiene personalidad, pero es discreta al mismo tiempo.
—Marilyn Monroe dijo que el diamante es el mejor amigo de la mujer. ¿Tú qué opinas?
—Creo que el diamante refleja muy bien lo que somos las mujeres: delicadas, pero también resistentes, con brillo propio. Más que un "mejor amigo", para mí es un símbolo. De momentos importantes, de decisiones valientes, de recuerdos que quieres guardar para siempre. Y sí, también de amor… del romántico y del amor por una misma, que me parece fundamental.
"Mi padre es mi mejor plan siempre, nos encanta pasear a caballo, disfrutamos del flamenco, los toros, de llevar a mis hermanos al parque… Es mi referente"
—¿Cuáles son los básicos de tu joyero? ¿Y qué pieza no falta en tu maleta de verano?
—En mi joyero nunca faltan unos pendientes de oro discretos, pero con carácter; un anillo con valor sentimental, y una cadena de oro en la que voy colgando cruces y medallitas que me regalan. Dentro de poco se me cae el cuello (ja, ja, ja). Además de unos pendientes que combinan con todo, en la maleta siempre meto algún brazalete fino que me "arregle" sin llegar a ser exagerado. Me gusta viajar ligera, pero con detalles que me hagan sentir que soy yo esté donde esté.
Piezas con historia
—¿Qué tipo de joyas te gusta llevar en los momentos importantes? ¿Y cuáles no te quitas nunca?
—En grandes momentos me gusta ponerme piezas con historia o con un significado emocional. Puede ser una joya familiar o un detalle que me recuerde a alguien especial. Me hacen sentir más conectada y segura. Y hay joyas que llevo siempre, como los dos anillos de mis abuelas. Son parte de mí. Por suerte, he podido conservarlos, al igual que algunos pendientes, que es lo que se solían poner para su día a día.
Sea la pieza que sea y tenga el valor que tenga, todas son importantes para mí. Es una parte más de ellas y me hacen sentirlas más cerca. Mi padre, junto con Lourdes, también me ha regalado unos pendientes de marfil, una cadena de oro con mi inicial… Y mi madre y Narcís, un reloj (que no me quito) y dos anillos de oro blanco con oro rosa. Siempre he sido más de oro amarillo, porque me parece cálido, clásico y combina con todo, aunque últimamente me estoy abriendo más al oro rosa. Tiene ese toque romántico y delicado que también me encanta.
—¿Asaltas el joyero de tu madre con frecuencia?
—Lo confieso, sí. Pero en mi defensa he de decir que ella también lo hace con el mío. Nos intercambiamos piezas. Es parte de nuestra complicidad. Ya que sus zapatos no me quedan, tengo que tirar de lo que sí.
—Eugenia se casó con la diadema imperial, que perteneció a Eugenia de Montijo y heredó de la duquesa de Alba… ¿La llevarás en tu boda?
—Es una joya con muchísima historia y simbolismo y sería un honor para mí llevarla en un día tan especial como será el de mi boda. Pero aún no he tomado esa decisión… Creo que en ese momento lo sabré con el corazón.
—¿Has pensado en cómo te gustaría que fuese ese gran día?
—Lo he imaginado, claro, como todas. Me gustaría que fuese muy íntimo, lleno de verdad y estar rodeada de la gente que más quiero. Nada excesivo ni extravagante, porque no me representa, pero sí muy especial. Quiero que sea un día en el que se palpe el amor por encima de todo, la alegría, la complicidad, y que los invitados saboreen cada segundo como lo haré yo. Algo que he aprendido es que todo lo bueno pasa rápido, pero nunca se olvida.
"Cada joya de Rabat tiene algo especial, una historia, y refleja muy bien a la mujer actual: elegante, segura y con personalidad. Me siento muy identificada"
—¿Sientes que la vida te va de perlas?
—Ahora mismo, sí. Estoy en un momento bonito, en el que me siento más segura de mí misma, más conectada con lo que quiero. No siempre ha sido así, pero he aprendido a valorar cada paso del camino.
—¿Cuáles son tus prioridades?
—Mi familia y la familia que he escogido. También sentirme en paz conmigo misma, crecer personal y profesionalmente y disfrutar de lo que hago. Me gusta tener metas, pero también vivir el presente.
—¿Qué personas o qué circunstancias han marcado tu vida, tu manera de ser?
—Creo que todos los que forman parte de mi vida la han marcado de una forma u otra. De cada persona he aprendido algo que me hace ser mejor cada día. Y, sin duda alguna, a los que más les tengo que agradecer todo es a mis padres, por la educación y los valores que me han dado. Pienso mucho en si podré transmitirles lo mismo a mis hijos cuando yo sea madre.
No ha decidido si en su boda llevará la diadema imperial que perteneció a Eugenia de Montijo y heredó su madre, pero sí sabe que quiere que sea "un día íntimo en el que se palpen el amor y la alegría por encima de todo"
—Es un momento muy feliz para las dos familias, ¿cómo estás viviendo esta etapa? El nacimiento de tu hermano Nicolás, dos nuevos bebés en la casa Alba, la boda de Cayetano y Bárbara…
—Lo vivimos con mucha ilusión y con la consciencia de que estos momentos hay que disfrutarlos. Estamos todos muy unidos y eso es lo más bonito.
—¿Te sientes más Alba o más Rivera?
—Me siento las dos cosas. Soy el equilibrio entre ambas familias y me gusta llevar lo mejor de cada una. Tengo la pasión y la sensibilidad de los Rivera, y la elegancia y el carácter de los Alba. Esa mezcla me define.
—¿En qué te pareces a tu madre y en qué eres completamente diferente?
—Nos parecemos en la sensibilidad, en la forma de vivir intensamente las emociones, en el carácter fuerte y en que ambas pecamos muchas veces de ser tan sinceras. También en el gusto por lo estético. Somos diferentes en el ritmo: yo soy algo más pausada y reflexiva.
"La familia es lo primero para mí, y mis hermanos son una parte esencial de mi vida. La alegría de mi casa, los que arreglan cualquier día malo. Me los llevaría conmigo las 24 horas"
—¿Qué os gusta hacer juntas?
—Pues creo que no hay nada que no nos guste hacer juntas. Me podría quedar horas haciendo la lista. Vamos mucho al campo, disfrutamos de la naturaleza, de un buen vino, nos reímos, vamos al cine, a conciertos, de compras… Y también tenemos nuestros silencios. Una junto a la otra valorando y disfrutando de ese momento. Mi madre es mi mejor amiga y es lo mejor que tengo en mi vida. De ella aprendo cada día.
—¿Y con tu padre?
—Pues lo mismo. Para mí, mi padre es mi mejor plan siempre, nos encanta pasear a caballo, disfrutamos del flamenco, los toros, de llevar a mis hermanos al parque, los paseos con la perra… Es mi referente. Me conformo con callarme y escucharlo durante horas.
—¿Te ocupas mucho de tus hermanos?
—Sí, me encanta estar pendiente de ellos. Me ocupo, los acompaño en lo que puedo, también los mimo mucho. Para mí, la familia es lo primero y ellos son una parte esencial de mi vida. El nacimiento de mis hermanos pequeños fue algo que me marcó profundamente. Son la alegría de mi casa, los que arreglan cualquier día malo con esa inocencia y esa sensibilidad que tienen. No es porque sean mis hermanos, pero, de verdad, no conozco a unos niños más nobles y educados que ellos con su edad. Me los llevaría conmigo las 24 horas.
"He aprendido a confiar más en mí, a no tener miedo de probar cosas nuevas. Todo lo que estoy haciendo este año nace de un deseo genuino de crecer"
—¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo en Grupo Pacífico?
—El dinamismo. Tengo mucha suerte de poder trabajar en Grupo Pacifico. Cada día es diferente y me permite estar en contacto con personas, proyectos y lugares muy diversos. Me hace sentir activa y creativa. Gracias a ellos he encontrado lo que verdaderamente me llena y me gusta: los eventos. Aprendo mucho de los clientes y, sobre todo, de mis compañeros, que son maravillosos. Me siento muy afortunada de formar parte de este equipo. Me quedan miles de eventos por hacer en mi vida y ojalá todos sean de su mano, porque tenemos muuuchas ideas que enseñar al mundo, nos adaptamos a todo y creamos unas fiestas que tienen poca competencia, ¡eh!, ja, ja, ja, ja.
—¿Qué opinas de los títulos? Algún día serás duquesa de Montoro, y te viene como anillo al dedo por la historia de tu familia paterna.
—Lo vivo con mucho respeto. Para mí, un título es parte de una historia, no una meta. Si algún día me corresponde, lo asumiré con responsabilidad y cariño por lo que representa para mi familia.
—¿Llevas algún tatuaje escondido?
—Sí… Pero, como bien dices, está escondido, ja, ja ,ja… Es algo muy pequeño, muy discreto y con mucho significado para mí.
"He encontrado lo que verdaderamente me llena y me gusta: los eventos, y estoy en un momento bonito, en el que me siento más segura y conectada con lo que quiero. No siempre ha sido así"
—Háblanos de un día en tu vida.
—Me gusta cuidarme, pero sin obsesionarme, e intento empezar el día con algo de deporte, aunque sea una caminata con buena música, que está presente todo el día: me acompaña, me inspira y me conecta con mis emociones. Leo bastante, sobre todo antes de dormir, y soy muy de series. Sobre todo, las de intriga, suspense o hechos reales.
—Una pasión secreta.
—La escritura. Siempre me ha gustado escribir —aunque no lo comparta—. Me ayuda a ordenar ideas y a conectar conmigo.
—¿Tienes un lema para ir por la vida?
—"Hazlo con amor o no lo hagas". Me lo repito mucho. Creo que todo lo que se hace desde el corazón, aunque no sea perfecto, tiene valor.